Una Diada "de trámite" y a la defensiva: Junts y ERC evitan convocatorias por los "tiempos difíciles"

De hecho, fuentes de ambos partidos admiten que esta primera Diada sin ocupar el Govern desde el inicio del procés se celebrará a la defensiva. Y, en realidad, como un mero "trámite" a la espera de que los de Carles Puigdemont y los de quien acabe liderando los republicanos hallen cómo volver a "movilizar" a los suyos.

Según fuentes independentistas, ahora mismo "no hay movilización", por lo que "no será la mejor Diada" para el separatismo. Tanto en Junts como en ERC se culpan recíprocamente de la ruptura de la unidad independentista. Ambas formaciones dicen acudir al 11-S con "ánimo de recuperar los puentes" pero reprochándose mutuamente la "pérdida de confianza". 

Ante un ambiente indepe tan lúgubre, en el Palau del Govern, Salvador Illa daba su primer discurso como president este martes, llamando a una Cataluña que tenga "las prioridades correctas" para "volver a ser ejemplar". Sonriente, el líder del PSC posaba sólo ante una bandera catalana, aunque defendía la "pluralidad" y la "diversidad" de Cataluña, apelando a la ciudadanía a "poner el acento en aquello que nos une".

Rovira no estará

Consultadas por este periódico, fuentes de Junts admiten que el partido no ha querido hacer de esta jornada un acto especialmente reivindicativo, y no ha convocado a sus seguidores, ni a la prensa, a actos específicos o discursos de ningún líder. "Es una Diada de trámite", apunta un portavoz.

Para continuar, la actual líder de Esquerra ha decidido ausentarse de los actos oficiales, según pudo confirmar este periódico en fuentes de oficiales. De hecho, Marta Rovira se encuentra fuera de España, con obligaciones personales referidas "al cierre de su exilio" en Suiza.

Nada se sabe tampoco de Oriol Junqueras, el expresidente del partido que aspira a la reelección en el congreso del 30 de noviembre. El entorno de Junqueras admitió que prevé mantener un perfil bajo en esta jornada, en la que ni siquiera la ANC ha sido capaz de impulsar una movilización unitaria. 

Es más, el presidente de la Assemblea Nacional catalana, el excantante Lluís Llach, tuvo que rectificar en apenas unas horas sus palabras de ánimo a la movilización. De inicio, Llach dio la bienvenida a la celebración de la Diada a Sílvia Orriols, la líder de Aliança Catalana, la formación indepe ultraderechista.

En una entrevista en radiofónica, Llach admitió que los miembros de esa formación son "bienvenidos, por bien que no le gusten", ya que no se invita a partidos, "sino a todo aquél que es independentista".

A las pocas horas, después de que la CUP amenazara con el boicot a los actos, Llach recibió críticas internas por haber probado que la debilidad de su convocatoria, lo que le había llevado a querer llenarla con ultras. Y hubo de rectificar.

Así, la ANC emitió un comunicado en el que culpaba a la cadena RAC1 de haber "tergiversado" las palabras de Llach y subrayando el "rechazo a formaciones" como AC, a la que tildaba de identitaria de extrema derecha y, por tanto, "no bienvenida" a las cinco marchas de este miércoles (Barcelona, Tarragona, Lérida, Gerona y Tortosa).

Con razón, el mismo manifiesto publicado por Junts para animar la Diada reconoce que los votantes independentistas están "desorientados" y "desilusionados".

Y que, con un "españolista" al frente de las instituciones políticas de la región, que "se manifestó favorable a la aplicación del artículo 155 de la Constitución que detuvo el autogobierno y destituyó al Gobierno legítimamente elegido por el pueblo de Cataluña", ellos sólo pueden aspirar a "a representar a los herederos del 1-O".

Los dos partidos mayoritarios, en todo caso, sí querrán ser visibles con alguno de sus líderes en los actos habituales del día: la ofrenda floral, la comida popular y la manifestación.

En esta ocasión, el expresident fugado Puigdemont no se aparecerá en las calles de Barcelona, al menos según las fuentes consultadas. Aunque insisten en que Puigdemont podría volver a territorio español para el congreso del partido, que se celebrará en Calella (Gerona) del 25 al 27 de octubre. 

Pero del lado de ERC sí estará Pere Aragonès, como expresident, y algunas de las cabezas visibles de la formación de izquierda independentista, como Marta Vilalta y Laura Vilagrà.