Si el PP sostiene que el Gobierno de Pedro Sánchez es débil e inestable por su dificultad para aprobar iniciativas parlamentarias y, especialmente los Presupuestos Generales del Estado para 2025, mucho más lo son los gobiernos de seis comunidades en las que no les será fácil aprobar las cuentas para el próximo año.
Ese es básicamente el razonamiento de Moncloa, por el que discurrirá parte del argumentario socialista, para sacudirse la presión por una posible prórroga de los presupuestos del Estado.
Se trata de contraponer la estabilidad que proporciona la izquierda con la que tiene la derecha y buscar coartadas para justificar prolongar la legislatura sin presupuestos. De esa forma intentará debilitar la oposición de Alberto Núñez Feijóo.
Vox salió de los gobiernos de coalición de Castilla y León, Extremadura, Comunidad Valenciana, Murcia y Aragón y retiró apoyo al de Baleares. Los ejecutivos del PP en esas comunidades intentan ahora negociar las cuentas para el próximo año y la única opción posible es la de Vox.
Este lunes, en su intervención en el Congreso ante los parlamentarios del PSOE, Sánchez ya hizo alguna insinuación a esa situación en las comunidades del PP, y fuentes socialistas explican que será en gran medida la base de la argumentación política del presidente del Gobierno.
Primero porque la coalición del PSOE en el Gobierno central, antes con Unidas Podemos y luego con Sumar, ha durado ya más de cinco años y no tiene visos de romperse, mientras que la de PP y Vox se rompió recientemente.
Si esas comunidades no logran aprobar sus respectivos presupuestos por falta de acuerdo entre PP y Vox y se ven obligados a prorrogarlos, Sánchez tendrá el argumento perfecto para defender que es posible seguir gobernando con prórrogas presupuestarias. Consideran que anularán gran parte de la argumentación del PP de Alberto Núñez Feijóo para exigir el fin de la legislatura por ser un Gobierno que no es capaz siquiera de aprobar presupuestos.
La otra opción es que los gobiernos del PP en esas comunidades logren sacar adelante las cuentas de sus respectivas comunidades.
Si lo hacen tendrá que ser mediante pactos con la ultraderecha, y el PSOE da por hecho que será a costa de pactar asuntos que a Sánchez le proporcionan munición política. Por ejemplo, sobre migrantes, sobre igualdad o sobre las leyes de memoria histórica.
Es decir, si se producen esos pactos habría una especie de retroceso del PP hacia posiciones de Vox sobre los asuntos que, precisamente, provocaron la ruptura de las coaliciones entre la derecha y la ultraderecha.