Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, ha presentado las propuestas de su partido, Sumar, para los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Impuesto a las herencias, modificar el impuesto a las grandes fortunas o aumentar la fiscalidad del trabajo son algunas. Pero la más destacada es “reequilibrar el IVA”.

Así lo definió la ministra de Trabajo. Dicho de otra manera: rebajar este impuesto a determinados bienes y servicios básicos para aumentarlo a otros que cuentan con alternativa pública.

En concreto, rebajarlo del tipo general al reducido a peluquerías y centros veterinarios, y del tipo reducido al superreducido en los pañales y los productos sin gluten. “También planteamos el tipo reducido para los consumos vitales en el IVA de la electricidad y el Impuesto Especial sobre la Electricidad”, añaden en su programa.

Más casos: eliminación de la exención del IVA en educación privada y seguros sanitarios privados. “La exención del IVA de las educación privada conlleva una menor recaudación tributaria, de la que se benefician mayoritariamente las rentas altas”, explican.

En concreto, y durante su presentación, Yolanda Díaz remarcó que estos centros educativos privados “segregan y discriminan por sexo”. Y puso el ejemplo concreto de los colegios “del Opus Dei”.

¿Qué IVA se olvida bajar Yolanda Díaz?

Antes de entrar en detalle, conviene recordar que el IVA grava el consumo de productos y servicios. Y existen varios tipos: general (21%), reducido (10%) y superreducido (4%). “Hay nueve millones de personas que tienen mascotas. No puede ser un lujo tener una mascota y, en este sentido, hay que actuar”, subrayó Díaz defendiendo su propuesta.

Usando esta misma lógica, habría una serie de productos y servicios que podrían seguir el mismo camino. Por ejemplo, la gasolina. En España hay 27 millones de conductores. Y por cada litro de combustible que echan, un 21% es IVA. Los únicos que pueden desgravarse de manera total o parcial el impuesto son los profesionales del transporte siempre y cuando lo justifiquen.

Trabajadores de un servicio funerario.

Una matización: el IVA se calcula a partir del precio base del combustible cuando ya se le ha aplicado el Impuesto Especial de Hidrocarburos (IEH). De ahí que, si hacemos una distribución del precio de la gasolina, quede como sigue: coste de materia prima (42%); IEH (26%), IVA (17%); y coste de distribución y márgenes (15%).

Otro campo que también tendría opciones de bajar el IVA sería el de los servicios funerarios. No es que lo usen tantas personas como el coche (de hecho, en 2023 fallecieron en España 435.331 personas, según el Instituto Nacional de Estadística -INE-). Pero los precios están por las nubes.

De media, en España los servicios funerarios vienen a costar entre 3.000 y 4.000 euros de media. Aunque los precios varían según zonas geográficas. Velatorio, ataúd, incineración o entierro, flores... Como decía la película, ‘la muerte tenía un precio’. Y se podría añadir que bastante elevado.

Son sólo dos ejemplos, pero seguro que hay quienes abogarían a que también se rebajara el IVA de productos de uso común como la ropa y el calzado, ordenadores portátiles y teléfonos móviles, el mobiliario de la vivienda, o los coches de primera y segunda mano.