El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, durante una rueda de prensa posterior a la Reunión del Consejo de Ministros.

El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, durante una rueda de prensa posterior a la Reunión del Consejo de Ministros. Alejandro Martínez Vélez Europa Press

Política SUMAR

Moncloa apuesta por Urtasun para salvar a Sumar de la desaparición: "La coalición ya no existe"

La falta de liderazgo de Yolanda Díaz y las discrepancias entre partidos abocan a la coalición Sumar a la irrelevancia o su desaparición.

22 septiembre, 2024 02:54

"El presidente sabe que no puede hacerlo solo". Son las palabras de un destacado miembro del Gobierno para referirse al papel minoritario, pero clave, que tiene que jugar Sumar para el futuro de la coalición progresista. En otras palabras, que Pedro Sánchez no puede asegurar la Moncloa por sí mismo, sin un aliado fuerte que reúna todo el espacio político a su izquierda. 

En este contexto, el análisis que hacen desde los despachos de Moncloa es que Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y líder de facto de Sumar, no aguantará como tal durante los tres largos años que quedan de legislatura. Si no lo hace, la lógica invita a pensar que la coalición de izquierdas no podrá repetir resultados electorales, mucho menos mejorarlos, y ayudar al PSOE a revalidar el Gobierno. 

En Moncloa llevan semanas planeando el futuro de la izquierda y ya miran al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, como posible relevo político de Sumar para evitar que desaparezca. Como mínimo, para impedir que la "mala imagen" que Díaz empieza a proyectar en el electorado manche definitivamente a la alianza de partidos. 

El propio Pedro Sánchez, asegura un colaborador cercano, lleva tiempo apostando por Urtasun. Sólo así se explica que fuera él y no la vicepresidenta Díaz el que negoció y presentó el llamado Plan de Acción por la Democracia, que es sobre lo que girará toda la acción de Gobierno lo que queda de legislatura. Lo mismo con los próximos Presupuestos Generales del Estado.

Urtasun, además, ha sido uno de los dos encargados de contactar con los grupos parlamentarios en el Congreso y recabar su apoyo para la "regeneración democrática". Durante todo el verano, y más con Yolanda Díaz desaparecida, ha sido la cara visible de la coalición, y lo sigue siendo cada lunes como portavoz de Sumar.

Reconstrucción

Desde la parte socialista del Gobierno creen que la coalición a su izquierda debe "recuperar a Podemos" y olvidar las rencillas pasadas, algo que sería imposible con Díaz al mando. Tanto por su historial como por su falta de liderazgo. En la dirección de los partidos de Sumar, por su parte, prefieren no hacer cábalas, pero sí entienden que el proyecto que fundaron está cerca de desaparecer.

"La coalición ya no existe, no tiene sentido tal y como se montó", recuerda esta persona. La idea de la coordinadora de Sumar, de hecho, era organizar un congreso después de verano para reorganizar la cúpula la coalición; no obstante, este encuentro no deja de posponerse debido a que los partidos no quieren participar.

El motivo, explican, es que Sumar nació en 2023 como "un paraguas" para que muchos partidos distintos pudieran tener un proyecto común en toda España. Eso y poder aprovechar a Yolanda Díaz de candidata para las elecciones generales en un momento en que la vicepresidenta estaba muy bien valorada.

Ahora ya no se cumple ni una cosa ni la otra y Sumar ha dejado de ser "la gran casa" a la izquierda del PSOE. Cuatro partidos —Podemos, Compromís, Chunta y Mès— que se presentaron al 23-J bajo el ala de Díaz ya están fuera, y los tres que quedan —Más Madrid, Izquierda Unida y Comunes— no se pueden ni ver.

La idea ahora mismo no es romper, pero sí dejar de colaborar. Ninguna de las fuentes consultadas cree que la coalición sea estable, y apuntan a un futuro en el que los partidos tendrán que negociar entre sí cada vez que haya elecciones, pero sin tener una dirección colegiada.

La realidad es que cada partido ya mide el escenario internamente, evaluando sus posibilidades y haciendo sus propias cábalas electorales sin contar con los demás.

Es más, tanto desde dentro de la alianza como en el PSOE se interpreta que, en buena parte, toda esta rotura del antiguo espacio del cambio es buena parte culpa de Díaz. Como mínimo, por no haber sabido controlar la disidencia interna ni ajustar las distintas sensibilidades de la coalición. 

Cascarón vacío

Sobre el diagnóstico que emiten desde el Gobierno es necesario hacer un matiz.

Sánchez cree que la desaparición de Sumar, al menos con esas siglas, es inevitable, igual que es inevitable la muerte política de Yolanda Díaz antes o después. El análisis es que la coalición nació como un cascarón vacío controlado ideológicamente por la vicepresidenta y orgánicamente por muchos partidos distintos. Si ella falta, el edificio se cae.

Esta posibilidad empezó a plantearse a raíz de las elecciones europeas. Entonces Sumar encadenó su cuarta derrota electoral seguida en apenas cuatro meses, provocando su dimisión de todos los cargos orgánicos, pero no del Gobierno ni de la presidencia del grupo parlamentario, que es donde reside el poder. Un colaborador cercano definió entonces el movimiento como "librarse de un marrón"

Esta impresión, que Díaz vino a confirmar la semana pasada en una entrevista en El País, se vuelve todavía más dolorosa ahora que sus colaboradores interpretan que "no asumió responsabilidades" por los resultados. Preguntada sobre cómo podía hacer la izquierda más allá del PSOE para sobrevivir y ser eficiente electoralmente, su respuesta no pudo ser más clara.

"No me compete".