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Política LO QUE EXPLICA LA DEMOSCOPIA

El 32% ya quiere pagar menos impuestos aunque empeoren los servicios públicos: antes de Sánchez era el 19%

También ha crecido el descontento con los servicios públicos, especialmente en sanidad y seguridad, según el estudio 'Opinión pública y política fiscal' del CIS.  

28 septiembre, 2024 02:40

Ahora que la legislatura está intentando adquirir velocidad de crucero, aunque a trompicones, se nota cómo el discurso político va poco a poco abandonando los debates más identitarios y electoralistas (la Ley de Amnistía o el miedo a la ultraderecha, por ejemplo), para centrarse en lo que podría llamarse las cosas del comer. Es decir: financiación, impuestos y servicios públicos, entre otros.

En medio de ese viraje hay dos discursos que están calando. Por un lado, el asociado a la derecha de que los ciudadanos pagan cada vez más impuestos y están hartos de ser exprimidos.

Así lo refleja el estudio anual Opinión pública y política fiscal publicado recientemente por el CIS. El 32% de los españoles se decanta actualmente, en mayor o menor medida, por pagar menos impuestos. Incluso, aunque ello conlleve una reducción de los servicios públicos. Se trata de un tercio de la población, la cifra más elevada desde que Pedro Sánchez llegó a la presidencia del Gobierno. En junio de 2018, el porcentaje era del 19,6%.

Pero, por otro lado, también está calando un discurso que se podría asociar a la izquierda y al Gobierno, que dice que los servicios públicos se están deteriorando y que el menor esfuerzo fiscal y la privatización no son la respuesta.

La gente que está descontenta con la enseñanza, la sanidad, los servicios sociales, las obras públicas o la seguridad ciudadana ya supera, en cada uno de los casos, el 40% de la población.

La preponderancia de estos dos discursos se vio claramente esta semana en el debate parlamentario. El jueves, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, compareció en el Congreso para explicar la financiación singular de Cataluña y acusó al PP de tener un modelo que quería deteriorar expresamente los servicios públicos.

Dijo que el modelo del PP era "de privatización de los servicios, de pedir menor esfuerzo fiscal a los que más tienen, de no dar garantía de accesibilidad sobre esos servicios a aquellos que más lo necesitan". "Deteriorarlos para que la sensación ciudadana sea que ganan cuando se privatiza, es a lo que juega el PP", añadió.

Ese mismo día, el portavoz económico del PP, Juan Bravo, acusó al Gobierno de estar subiendo los impuestos a los españoles a la vez que beneficiaba a Cataluña. Dijo que "habrá menos médicos en Sevilla, pero más embajadas independentistas; menos profesores en Jaén, pero más consejeros en el Gobierno de Salvador Illa".

Ambos discursos convencen a una parte importante de la población, pero cada uno tiene sus características. Vamos por partes, comenzando por los impuestos.

Pagar menos impuestos

El estudio elaborado por el CIS pregunta por la disposición a pagar impuestos y permite a los ciudadanos ubicarse en una escala del 0 al 10. Los que se ubican entre el 0 y el 4 son aquellos que, en mayor o menor grado, están dispuestos a pagar más impuestos para mejorar los servicios públicos. En cambio, los que se sitúan entre el 6 y 10 son los que prefieren pagar menos impuestos, aunque ello conlleve una reducción de los servicios públicos.

Los que responden 5 son las personas que consideran que las cosas están bien como están, que no quieren pagar más impuestos pero que tampoco están de acuerdo en pagar menos a riesgo de reducir los servicios públicos.

Según el estudio, el 32% de los españoles se ubica actualmente en el sector que prefiere pagar menos impuestos, aunque implique una reducción de los servicios públicos y las prestaciones sociales. No sólo se trata de la cifra más alta desde 2018, como ya se ha explicado, sino que además es el año en el que mayor ha sido el crecimiento.

En 2023, ese sector representaba al 25,5% de los españoles, un cuarto de la población. Ahora ha aumentado 6,5 puntos porcentuales. Se trata de una crecida mayor que la que hubo entre los años 2021 y 2022, que fue de 6,1 puntos, y es la primera vez que esta cifra supera el umbral del 30% desde que Sánchez llegó al Gobierno.

Sin embargo, el cambio más notorio se aprecia en el sector contrario. El porcentaje de españoles que prefiere pagar más impuestos y mejorar los servicios ha caído drásticamente. Actualmente, se trata del 36,2% de la población, una caída de 9 puntos porcentuales con respecto al año anterior. Es la primera vez desde que gobierna Sánchez que este sector está por debajo del umbral del 40%.

Entre los años 2021 y 2022 ya se notaron estas tendencias, aunque no tan marcadas como ahora. Entonces, por ejemplo, se habló mucho de youtubers y creadores de contenido que se iban a Andorra para pagar menos impuestos (El Rubius anunció que se iba al país pirenaico en enero de 2021) y se generó un auténtico debate social al respecto.

Ahora, por ejemplo, los discursos liberales parecen tener más acogida. Así se contagia España de debates como el relativo a la figura del presidente de Argentina, Javier Milei, o crecen opciones políticas como la de Alvise Pérez, que esta misma semana llamó a evadir impuestos. Y las encuestas más relevantes le otorgan ahora mismo escaños a su partido, Se Acabó La Fiesta, en caso de que se celebren elecciones.

Como resulta lógico, en estas dinámicas se puede detectar una diferencia ideológica. Los votantes de los partidos de izquierda son los más propensos a afirmar que hay que pagar más impuestos. Los votantes de PSOE y Sumar se concentran mayoritariamente en el valor 0 de la tabla, aunque los socialistas se reparten más por valores más centrados.

En el caso de la derecha, la opción preferida de los votantes de PP y Vox es el 5, el término medio. Sin embargo, se escoran en una tendencia que prefiere pagar menos impuestos, aunque implique reducir los servicios públicos. Los que más se concentran en torno al valor 10 son los votantes de Vox.

Sobre los servicios públicos

Al mismo tiempo que está creciendo el porcentaje de personas que prefiere pagar menos impuestos, se está incrementando también el descontento con el funcionamiento de los servicios públicos. Aquí parece calar más el discurso del Gobierno: el Estado del bienestar está en peligro y hay que mantenerlo a flote.

El estudio sobre Opinión pública y política fiscal del CIS refleja que el malestar con los servicios públicos está aumentando en todos los casos sobre los que se pregunta: Justicia, ayuda a dependientes, obras públicas, sanidad, enseñanza, pensiones, servicios sociales, seguridad ciudadana y transporte público.

En el estudio se pregunta a los ciudadanos por su grado de satisfacción, y se entiende que los más descontentos son aquellos que responden estar poco o nada satisfechos, frente a los que se muestran muy o bastante satisfechos.

Desde que Sánchez llegó al Gobierno en 2018 y hasta la pandemia, en 2020, el grado de descontento hacia los servicios públicos siempre fue muy elevado, si bien mostraba una tendencia a la baja en todos los casos, excepto en seguridad ciudadana. 

Con la pandemia y la reivindicación de lo público como garante de la vacunación y la atención médica, la satisfacción creció notablemente en sanidad y en servicios sociales. También en áreas como en el de la Justicia o la seguridad ciudadana se redujo el malestar, pero porque en ese momento importaban menos.

Sin embargo, esa tendencia ya se da por rota y en todos los casos crece el descontento, aunque cada uno con sus particularidades. El caso de la asistencia sanitaria es el más notable. En 2023, el 40,7% de los ciudadanos reconocía sentirse poco o nada satisfecho con este servicio; en 2024 ha crecido al 48,9%. Se trata de un incremento de 8,2 puntos, el mayor de todos.

La percepción de la seguridad ciudadana también está resintiéndose. Se ha pasado de un 36% de descontentos en 2023 al 42,9% en 2024: 6,9 puntos más.