Puigdemont le roba en 8 años la 'estelada' a ERC: el 91% de los votantes de Junts son ya independentistas
Junts afronta este fin de semana su congreso, con el porcentaje de votantes independentistas creciendo desde las elecciones generales del 23-J.
Carles Puigdemont afronta este fin de semana el congreso de Junts con el objetivo de refundar el partido y reforzar su poder al frente del mismo. Y lo hace en un momento en el que los votantes de la formación parecen respaldar su tesis de mano dura con el Gobierno de Pedro Sánchez, primando el sentimiento independentista frente al pragmatismo.
Si en los albores del estallido independentista, allá por 2012, era ERC el partido más independentista en Cataluña, en los últimos ocho años Puigdemont ha conseguido robarle la estelada a los republicanos desde que llegó al frente de la Generalitat, en 2016. El 91% de los votantes de Junts, una demoledora mayoría, son ya independentistas.
Con motivo del congreso de Junts, que culmina este domingo, hemos analizado cómo ha ido evolucionando en los últimos años el perfil del votante del partido, atendiendo a los barómetros del CEO, el CIS catalán. La conclusión es que no sólo los no independentistas son minoría, sino que desde las elecciones del 23-J ha crecido el sentimiento independentista.
Las políticas de Sánchez, enfocadas a eludir el conflicto y atraer votos para la formación socialista en este territorio, pueden haber servido para investir a Salvador Illa como presidente de la Generalitat, pero también han provocado que los votantes de Junts sean cada vez más independentistas, más convencidos en sus ideales, y que respalden la acción del partido en Madrid: apoyo al Gobierno, pero a un precio muy elevado.
Evolución independentista
El CEO pregunta a los catalanes desde diciembre de 2014 si están a favor de la independencia o no. Entonces, eran los votantes de ERC los más convencidos. El 91% de estos contestó que sí en el primer barómetro, frente al 81% (también mayoría, pero menor) que apoyaba estas tesis en la extinta CiU, la marca previa a Junts.
A partir de 2016, año en el que Puigdemont llegó a la Generalitat, los votantes posconvergentes y republicanos se empezaron a parecer mucho entre sí. El apoyo a la independencia en ambos partidos no llegó a bajar en ningún momento del 90%, hasta que en 2018 se produjo la ruptura total y cambiaron todas las tendencias.
Ese es el momento de mayor tensión en el conflicto territorial, con el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017, la Declaración Unilateral de Independencia, la aplicación del artículo 155 de la Constitución y la fuga de Puigdemont para evitar rendir cuentas ante la Justicia española.
Ese estallido redibujó el panorama independentista. En el barómetro de mayo de 2018, el 96% de los votantes de Junts se declaraban a favor de la independencia, mientras que entre los de ERC el apoyo cayó al 85%, 10 puntos menos. Esa división, aunque con picos variables, se ha mantenido hasta ahora.
El apoyo a la independencia entre los votantes de Junts se ha mantenido por encima del 90% entre los años 2018 y 2023. El único momento en el que cayó fue en junio del año pasado, justo antes de las elecciones generales del 23-J. Entonces, el apoyo era del 82%, el menor desde 2015.
Los votantes de Junts acudieron a las urnas en las pasadas elecciones generales con un apoyo a la independencia amplio, pero reducido en comparación con su evolución histórica. Sin embargo, todo lo que ha sucedido después, con Junts mostrando músculo ante Pedro Sánchez, ha hecho que el convencimiento independentista crezca y repunte desde entonces.
En clave electoral, este escenario puede permitir a Junts atraer votos de los perfiles más independentistas de ERC (aquellos que prioricen el soberanismo al eje ideológico de izquierda-derecha) y a otros de formaciones como Aliança Catalana (Junts ya endureció su discurso migratorio para atraer a estos votantes).
Pactos con el Estado
Para afrontar el congreso de este fin de semana, Puigdemont ha pedido al Gobierno de Sánchez retrasar las distintas negociaciones que tienen en marcha. La más importante, la de que los siete diputados postconvergentes aprueben la senda de déficit, el paso previo a presentar los Presupuestos. Pero también hay otras en materia de inmigración y otros compromisos asumidos para la investidura.
Puigdemont está convencido de que hay que refundar el partido y acabar con el catalanismo reformista, que en el pasado encaró CiU y ahora representa ERC, a quien pretenden acusar de ser la "muleta" de Sánchez, especialmente después de que los republicanos facilitaran la investidura de Illa.
Sin embargo, el líder independentista no rechaza del todo la negociación con el Estado y parece que seguirá colaborando, aunque a un precio muy alto para los socialistas, con el Gobierno. Al menos, hasta que consiga la ansiada amnistía. Por eso Junts hace valer sus votos en el Congreso al máximo en cada momento.
Aunque el CEO catalán no pregunta expresamente si los votantes de los partidos están a favor de pactar o no con Sánchez, sí pregunta sobre qué tipo de independencia se quiere. Las dos opciones mayoritarias son la independencia unilateral y la pactada con el Gobierno central, lo que permite asomarse a la opinión que tienen los votantes de acercarse más o menos al Ejecutivo.
Desde que esto se pregunta, desde abril del 2022, en Junts ha habido un importante sector de los votantes que ha apostado por la independencia unilateral. En ese primer momento, estos eran el 37% de los votantes, y alcanzaron su pico en abril de 2023, siendo el 45%. Entonces, sólo el 50% apostaba por la independencia pactada.
Pero ese espacio pactista ha ido creciendo desde entonces. Probablemente, no se deba a que se están mejorando las relaciones con el Gobierno, ya que el sector independentista está creciendo, sino a que consideran los votantes que con el Ejecutivo de Sánchez es más fácil pactar algo así a partir del 23-J.
Pero lo cierto es que en julio de este año el sector que pedía la independencia unilateral ha caído al 22%, su valor más bajo en la serie histórica. En cambio, aquellos que prefieren la independencia pactada son ya el 69%, también su valor más alto.
Esto demuestra a Puigdemont que una mayoría suficiente de sus votantes no tiene por qué censurar que se llegue a pactos con Sánchez. Sin embargo, el perfil independentista no sólo está, sino que está muy fuerte, así que hace bien para los suyos al mantener un perfil muy duro y sólo apoyar al presidente del Gobierno si considera que a cambio recibe algo que avance en la dirección de que Cataluña esté cada vez más separada de España.