Juan Carlos Monedero, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, durante la Asamblea Ciudadana de Vistablegre.

Juan Carlos Monedero, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, durante la Asamblea Ciudadana de Vistablegre. Europa Press

Política caso errejón

Los testimonios contra Errejón se remontan al año que fundó Podemos: "Fue agresivo, violento, humillante"

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Los testimonios de mujeres que acusan a Íñigo Errejón de comportamientos machistas o de acoso sexual no se limitan a su etapa como portavoz de Sumar, que se vio quebrada el jueves con su dimisión.

Algunos de sus testimonios conocidos en los últimos días se remontan a su etapa como número dos de Podemos, e incluso a 2014, el año en el que fundó el partido morado junto a Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero.

El digital El Salto difundió este fin de semana el relato personal de una mujer que mantuvo varios encuentros con Errejón, tras conocerle en un acto organizado por Podemos en junio de 2014 en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.

La mujer, que entonces tenía 23 años y que asegura conservar numerosos mensajes de Errejón que acreditan su relación, relata la primera cita que ambos mantuvieron en un piso del barrio de Lavapiés, en la que el entonces dirigente de Podemos le anunció que debía asumir el papel de "su puta".  

"Fue agresivo, violento y humillante, no era lo acordado", relata la mujer. "Fue como una película burda de porno heteronormativo. Tirones de pelo, cachetes, frases desagradables". 

Luego, Errejón le explicó que sus encuentros debían ser más discretos, debido a la notoriedad que le estaba proporcionando la política, gracias al partido que reivindicaba la herencia del 15-M. 

La mujer relata otra cita en un hotel de Sevilla, en la que el dirigente de Podemos acabó tratándola con absoluto desdén tras mantener relaciones sexuales: "Ni me miró, se puso a leer un libro y me dijo que era alguien importante que tenía mucho trabajo, y que la notoriedad que estaba adquiriendo le gustaba mucho. Hizo como si no estuviese allí, me trató con un profundo desprecio".

La concejal de Más Madrid Rita Maestre, que en aquellos años era la pareja de Errejón, difundió este domingo una carta pública en la que confiesa sentirse "conmocionada" y "profundamente engañada", al conocer ahora "los episodios de comportamientos y violencia misógena denunciados por las víctimas".

Sólo ahora ha comprendido, explica, que bajo la apariencia de "un buen novio", Errejón era a la vez "un misógino que volvía a casa con normalidad después de agredir a una mujer de 20 años en un hotel".

El exsecretario general de Podemos Pablo Iglesias aseguró el jueves en TVE que no le sorprenden las acusaciones de mujeres que han provocado la dimisión de Errejón.

"Yo no tenía buena opinión ni personal ni política" sobre él, admitió Iglesias, "hace ya más de cinco años que no hablamos ni compartimos entornos. Pero fue mi amigo y no me alegro de que tenga un final tan siniestro", subrayó.

Por su parte, la periodista Cristina Fallarás ha difundido otro testimonio anónimo de una mujer, que también conoció a Errejón en aquella etapa: "Todo lo que pasó con Íñigo fue de manera virtual, en una relación de cibersexo, pero el trato que sentí fue desagradable y degradante".

"Sentí una fuerte relación de poder hacia mi persona, como si yo no importara nada, ni mi deseo, ni mis necesidades", afirma la misma mujer, "sentí que era un objeto y que él ejercía poder sobre mí, sin importarle en absoluto mi persona". La mujer finalmente abandonó la habitación de hotel, sin que Errejón le dirigiera siquiera la mirada.

A diferencia de la denuncia presentada el viernes en una comisaría por la actriz y presentadora Elisa Mouliaa, que asegura haberse sentido violentada con relaciones sexuales "no consentidas", los hechos descritos en los dos testimonios que se remontan a la etapa de Podemos podrían no revestir relevancia penal.

En todo caso, evidenciarían un trato vejatorio hacia las mujeres, que difícilmente encaja con el discurso feminista que Errejón defendía públicamente como portavoz de Sumar. 

Se trata de la irreconciliable "contradicción entre la persona y el personaje" a la que Errejón aludía en su carta del jueves, en el momento de anunciar su renuncia a todos los cargos políticos que ocupaba.

En la citada aparición del jueves en TVE, Pablo Iglesias agradeció públicamente a la periodista Cristina Fallarás que se haya "jugado la cara" para abrir en su cuenta de Instagram "un espacio de seguridad para que las mujeres se atrevan a denunciar unas cosas, que eran muy difíciles de denunciar en este país".

A lo largo del fin de semana, distintos dirigentes de Podemos y Sumar (desde la vicepresidenta Yolanda Díaz a la exministra Irene Montero) han animado a las mujeres afectadas a utilizar la cuenta de Instagram de Cristina Fallarás como un buzón para difundir denuncias anónimas, sin pasar por la Justicia.

Aunque Cristina Fallarás ha abierto la caja de los truenos y ha desatado un MeToo con consecuencias impredecibles. Durante las últimas semanas ha difundido denuncias de abuso sexual contra personajes como "cierto rapero de izquierdas y supuestamente aliado feminista", un conocido "locutor de radio que pinchaba rock, heavie metal y fútbol en los años 80" o "un politólogo y militante de la CUP" que mantenía relaciones extramatrimoniales.

Siempre sin nombres y apellidos, pero en algunos casos con detalles y perfiles fácilmente reconocibles.

La iniciativa ha supuesto una catarsis para mujeres que tras sufrir abusos sexuales han conseguido romper su silencio. Pero también amenaza con llevarse por delante a "políticos relevantes de izquierdas y de derechas", así como a empresarios y representantes de sindicatos y del mundo de la cultura, tal como anunciaba Fallarás el viernes en una entrevista a EL ESPAÑOL.

Sólo Beatriz Gimeno, que fue directora del Instituto de la Mujer en el Ministerio de Irene Montero, ​ha reconocido sentir cierto vértigo ante la dinámica de delaciones anónimas que se ha abierto.

"El feminismo no puede ser la denuncia en redes, los linchamientos públicos (yo siempre estoy en contra), escudriñar vidas sexuales y comportamientos personales y exponerlos, buscar a los culpables, a los que sabían y callaron", escribió el sábado Gimeno tras los hechos que han provocado la dimisión de Íñigo Errejón.

"No estoy segura de que a la larga sea justo para las víctimas tampoco", reflexionó, "supongo que es inevitable en tiempos de redes sociales, pero no hay sociedad que soporte eso para siempre las denuncias, la exposición pública de agresores y víctimas, el linchamiento, el castigo ilimitado y que no acaba jamás".