Tomás Serrano

Tomás Serrano

Política LEY MORDAZA

Otegi llama "monstruo" a Íñigo Errejón el día que el PSOE vota con Bildu la ley que desprotege a policías y guardias civiles

Luis Casal
Publicada

El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, dijo sentirse "afectado y tocado" este martes al conocer las acusaciones de violencia sexual contra Íñigo Errejón, dado que le conoce personalmente a él y a algunas de sus exparejas. "No hay que buscar monstruos, los tenemos a nuestro lado", señaló sobre el ya exportavoz parlamentario de Sumar.  

Apenas un par de horas después de sus palabras, unía sus votos a PSOE, Sumar y el resto del bloque de investidura en el Congreso para iniciar la tramitación de la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, bautizada como Ley Mordaza por la izquierda y reformulada como Ley Otegi por el PP.

Bildu ha sido precisamente el gran encargado de presentar una ley cuyo texto estaba pactado por "toda la izquierda" (y apoyada por Junts). La idea es que el trámite sea de urgencia y pueda aprobarse antes de que la actual, que entró en vigor en julio de 2015, cumpla su décimo aniversario.

El borrador de la ley será el mismo que decayó en comisión en la pasada legislatura, pero incorporando los cuatro puntos de choque que entonces provocaron el rechazo de la izquierda abertzale y de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC): la prohibición del uso de las pelotas de goma; de las devoluciones en caliente; la revisión de las faltas de respeto a la autoridad; y la desobediencia.

En realidad, el sobrenombre de mordaza no tiene demasiado que ver con el texto de esta ley. La norma no incluye ninguna restricción a la libertad de expresión en lo que se refiere a las injurias a la Corona, la Religión, el Gobierno o las demás instituciones. De hecho, como ya publicó este diario, la negociación de algunos de estos delitos se llevó por la vía del Plan de acción democrática, no por la de la Seguridad Ciudadana.

Salvo el artículo que habla de las grabaciones "no autorizadas" a los agentes, el Tribunal Constitucional avaló en 2020 prácticamente toda la norma, incluidas las devoluciones en caliente de inmigrantes y las sanciones por disturbios en las concentraciones, así como los cacheos que implican el desnudo integral.

Los Presupuestos, de fondo

Pero una vez termine su trámite, la ley tal, y como está planteada (sufrirá algún cambio más durante el periodo de enmiendas) servirá para desproteger a los policías y guardias civiles. Así lo aseveran las principales asociaciones de los agentes, que denuncian que la reforma "sólo beneficia a los manifestantes violentos y a los delincuentes y nos ata de pies y manos".

El mismo texto presentado por Bildu promete terminar con las sanciones "injustificadas o basadas en interpretaciones subjetivas" en las faltas de respeto a la autoridad. También considera infracción leve "los insultos o injurias cuyo destinatario sea un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el ejercicio de sus funciones de protección de la seguridad". 

El contexto es importante en este caso. Pedro Sánchez se encuentra inmerso en la negociación de unos Presupuestos Generales del Estado que, de conseguirse, podrían darle la oportunidad de llegar inmune al final de la legislatura (y no tener que aprobar unos nuevos el año que viene). El apoyo de Bildu es imprescindible. 

Es por ello por lo que hace menos de un mes los socialistas dieron el visto bueno a la reforma de la ley que permitirá rebajar las penas de 52 etarras que cumplieron condena en las cárceles francesas, algunos de ellos con delitos de sangre. Esa fue la primera concesión. La mordaza es la segunda.