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Cuando el Gobierno de Pedro Sánchez y la Generalitat Valenciana encabezada por Carlos Mazón intensifican sus reproches a causa de la gestión de la crisis de la DANA, que deja ya más de 220 fallecidos en España, se acaba normalizando el y tú más. Por eso llaman la atención discursos que apelan a la unión, gestos que evidencian que en política pueden aflorar excepciones que no caen en el naufragio de la polarización.

El emotivo abrazo en el que se fundieron este miércoles 13 de noviembre dos senadores del PP y el PSOE representa precisamente ese destello de unidad, en una vida parlamentaria marcada por las recriminaciones mutuas entre los partidos políticos que están enzarzados en la búsqueda de responsables tras las devastadoras riadas.

"Es triste que haya sido noticia", cuenta a EL ESPAÑOL José Antonio Sagredo, alcalde de Paterna (PSOE) y uno de los protagonistas de ese estrujón. "Fue totalmente espontáneo, auténtico y sentido", relata por su parte Gerardo Camps, exvicepresidente valenciano y senador del PP. Para él, que la prensa recoja entre sus titulares un comportamiento así "quiere decir hasta qué grado de crispación ha llegado la política, en la que lo extraordinario es que nos pongamos de acuerdo en algo cuando debía ser lo habitual". 

La respuesta a la catástrofe humanitaria, una de las peores y que más han golpeado el continente europeo este siglo, no puede venir únicamente "desde la razón" sino también del "corazón", añade Camps en conversación con este periódico. "No basta sólo que aprobemos una serie de medidas, sino acompañar a los valencianos en ese dolor irreparable, un dolor que no conoce de banderas porque la desesperación no tiene bandos".

Porque en una "desgracia" como esta, prosigue Camps, "no puede haber diferencias partidarias". "No hablamos de cuestiones que las ideologías puedan spearar, hablamos del drama de los valencianos y ahí tenemos que estar todos juntos". 

"¡Que viene Gerardo!"

Durante el pleno de la Cámara Alta, Sagredo subió a la tribuna con una bandera valenciana manchada por el barro de Paiporta , la conocida como zona cero de la DANA, y no pudo evitar que la voz se le quebrara en varias ocasiones: "Espero que se sumen al grito de Valencia y le demos lo que nos pide, algo tan sencillo como cambiar la confrontación por la unión".

Gerardo Camps (PP) y Juan Antonio Sagredo (PSOE) el pasado 9 de octubre en la Catedral de Valencia. X

Al terminar, era el turno de senador popular, que se acercó al escaño de Sagredo para abrazarle. "Yo estaba plegando la señera con la ayuda de Mari Tere María Teresa Macías, senadora por Extremadura— y no me doy cuenta de que Gerardo se acerca, pero Alfonso Gil secretario general de los socialistas en la Cámara Alta me dice: ¡que viene Gerardo! Y miro para arriba y me da un abrazo. Los dos estábamos emocionados", relata Sagredo.

"No era postureo ni especulación", detalla Camps. "Pronunció un discurso acertado, me emocioné y no podía salir a hablar sin abrazarle, estábamos los dos con el corazón en la mano".

Cuenta el exvicepresidente valenciano que estos últimos días se ha encontrado vecinos que le han felicitado por aquel gesto. "No sé si son de derechas o de izquierdas y ni me importa". "Enhorabuena por su abrazo, nos hacen creer en la política y en los políticos", le han dicho.

Ninguno de los dos quiere hablar ahora de responsabilidades políticas. No es el momento. Para Camps, "eso tendrá que llegar, pero primero hay que responder a la emergencia". Para el regidor socialista, basta con mirar a los "alcaldes y concejales de todos los signos; ninguno hemos criticado y nos hemos puesto a la faena, públicamente no hemos dicho ni mu y vemos el día a día y no está la cosa para tirar los trastos sino para retirar los trastos".

"Este abrazo puede ser el inicio para que las cosas se vean de otra manera". Paterna, situada en lo que se conoce como área metropolitana de Valencia, es reconocida como la Ciutat del Foc ciudad del fuego por su vinculación con la pólvora. "Esa chispa en este caso prende el fuego de la solidaridad", se enorgullece su alcalde.  

Buena relación

Juan Antonio Sagredo (Burjasot, 1977) y Gerardo Camps (Benidorm, 1963) son los dos valencianos. Se conocieron hace año y medio en el Senado. Durante este tiempo, ambos han compartido tren y avión en varias ocasiones. E incluso taxi: de la estación de Atocha a la plaza de la Marina Española, donde se ubica la Cámara Alta. Los diputados y senadores cuentan con un bonotaxi de hasta 3.000 euros al año que el Parlamento les ofrece para facilitar sus desplazamientos, y compartirlo no suele ser lo común.

Por el momento, no se han ido de cañas, bromea el alcalde socialista, pero mantienen una "buena relación". "Me parece un tipo muy agradable", ensalza Sagredo. "Es una bellísima persona, estupenda", elogia Camps. 

"Hay personas en la politica intentamos llevarnos bien sean del partido que sean, no tiene sentido que existan diferencias personales porque existan diferencias ideológicas", defiende Camps. Sagredo respalda su posición: "Al margen de las confrontaciones, no me cabe ninguna duda de que tanto Gerardo como otras personas del PP quieren lo mejor para la Comunidad Valenciana".

La última vez que concidieron fue hace tres semanas, en la Catedral de Valencia durante la celebración del Te Deum por el 9 d'Octubre, Día de la Comunidad Valenciana. Sagredo se convirtió en el verso libre del partido porque fue el único de los suyos en entrar a la iglesia. El resto de socialistas consideran que no se debe mezclar lo civil con lo religioso. Ahí acabó compartiendo asiento con Camps, que le comentaba entre risas: "Alcalde, cómo eres". 

En otra ocasión, Camps le llegó a decir que "como miembro del PP, preferiría que el alcalde fuera de mi partido, pero conociéndote, Juan Antonio, ¡qué difícil lo va a tener!". Y tiene razón. Sagredo gobierna con mayoría absoluta tras cosechar el 48% de los votos en las elecciones municipales de mayo de 2023.