Ribera no logra desmontar las quejas contra la Confederación del Júcar tras tres semanas de silencio desde la riada
- En su doble comparecencia en las Cortes, la vicepresidenta no respondió a las preguntas clave ni desmintió ninguna de las informaciones que apuntan a responsabilidades de su Ministerio en la prevención y gestión de la DANA.
- Más información: Ribera confirma la denuncia de la Generalitat: la CHJ no avisó del aumento del caudal en las dos horas y media clave el 29-O.
Cuando Carlos Mazón compareció el viernes pasado ante las Cortes Valencianas, su discurso de 69 folios incluyó "disculpas" y "asunción de errores", aunque no concretó cuáles. Sólo especificó como fallo "no haber contado con mejor información sobre la crecida brutal en el barranco del Poyo". Un absurdo, que en realidad era achacable al Ministerio de Teresa Ribera, la otra gran responsable política del desastre de la DANA. Pero ella, este miércoles, no admitió ni siquiera ése.
La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica dedicó el miércoles entero a comparecer, primero, en el Congreso y después, en el Senado. En ninguna de las dos cámaras asumió ninguna responsabilidad en lo ocurrido. En realidad, no disipó ninguna de las dudas ni desmintió ninguna de las informaciones que éste y otros periódicos han venido publicando sobre las obras no acometidas, las alertas no emitidas o la razón por la que el Gobierno no declaró la Emergencia Nacional.
Nada dijo sobre las fallidas predicciones de la AEMET, que anticipó 150 litros por metro cuadrad cuando, finalmente, cayeron más de 600. Sobre el "apagón informativo" de la Confederación Hidrográfica del Júcar en las dos horas y media clave dijo de palabra que "no lo hubo" aunque, en realidad, lo reconoció.
Su versión es que entre las 16.13 y las 18.43 horas, en las que el barranco el Poyo pasó a estar perdiendo caudal tres veces seguidas a multiplicarlo casi por 100 y estar ya inundando Paiporta, el epicentro del desastre, la CHJ "emitió nueve correos". Pero estos emails, seǵun admitió ella misma, hablaban de precipitaciones en forma de lluvia, no de caudal en forma de tsunami.
¿Por qué hubo ese silencio en las comunicaciones? No lo contestó.
Desde que EL ESPAÑOL desveló esta circunstancia, hace ya dos semanas, fuentes de la CHJ y de Transición Ecológica han filtrado que "de palabra", sí se advirtió en el CECOPI de esta circunstancia. Hace una semana, ya se matizó esa versión, admitiendo las mismas fuentes que no recordaban ni quién lo dijo ni a quién se lo comunicó, ni a qué hora ni en qué circunstancias.
Este miércoles, la vicepresidenta ni lo ha mencionado.
Los presentes en el CECOPI estaban centrados en el riesgo de rotura de la presa de Forata, dado que del Poyo no había más que información vieja y tranquilizadora. Pero tampoco supo responder Ribera a por qué a las 18:04 sus técnicos le dieron 13 horas de margen a esa infraestructura antes de que rebosara y, sin embargo, esto ocurrió en apenas 89 minutos.
Ni a por qué si a las 19:33 ya se había entrado en "Escenario 3", es decir, de rotura inminente o ya comenzada, ésta no se declaró oficialmente nunca. Sobre la versión de la Generalitat de que los responsables de la Confederación presentes en el CECOPI sí lo advirtieron "de palabra" en el seno de la reunión, tampoco hizo mención alguna la vicepresidenta.
Y finalmente, sobre su decisión de parar en 2021 las obras de "adecuación y drenaje" del barranco del Poyo por una "nueva visión del coste-beneficio", incluso, trató de culpar al Gobierno popular de Mariano Rajoy. "Fue la secretaria de Estado Teresa Ribera", dijo hablando de sí misma en tercera persona, "la que aprobó la Declaración de Impacto Ambiental de esa obra en 2011, y ustedes la dejaron caducar".
Después, la portavoz del PP en la Cámara Baja, Ester Muñoz, le afeó la excusa. Ribera lleva seis años en el Gobierno en la misma cartera, el Ejecutivo de Rajoy le dejó ese trabajo también hecho y, sobre todo, fue ella la que, tres años después, ordenó no acometer la obra "que habría minorado los efectos de la DANA" del 29-O.
También se le reprochó que no estuviera en España (ni ella, ni su secretario de Estado ni la directora general) o que no haya ido a Valencia en tres semanas "porque no puede mirar a la cara de las víctimas". Su respuesta a lo primero fue ninguna; y a lo segundo, contradictoria con la conducta de Pedro Sánchez: que ella estaba "en el despacho", no en el terreno "para hacerme fotos".
Así, Ribera no fue capaz de contestar dos preguntas clave que señalan a su Ministerio. Por qué no se hicieron esas obras si ella misma las calificó de "prioritarias" en su etapa de secretaria de Estado en los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero. Ni qué responsabilidad asume su departamento por todas esas informaciones contradictorias de la CHJ durante las horas críticas de la tarde del 29 de octubre en Valencia.
Explicaciones ante Bruselas
Cuando Mazón se presentó ante las Cortes Valencianas, el viernes pasado, hubo quien le reprochaba que había tardado mucho en hacerlo, pasados más de 15 días de la DANA. Teresa Ribera ha tardado tres semanas. Y sólo lo hizo una vez que se vio obligada por la imposición del Partido Popular Europeo, que se negaba a darle el aprobado para ser comisaria si no daba "explicaciones satisfactorias donde debe darlas", es decir, en el Parlamento español.
Cuando pidió comparecer, el lunes 11 de noviembre por la noche, esperaba que le sirviera para forzar el éxito de su audiencia en la Eurocámara. Pero, tras una videollamada entre Alberto Núñez Feijóo y Manfred Weber, líder del PPE, el día siguiente los populares europeos la vetaron.
Anoche, se cerró la crisis en Bruselas, después de que Pedro Sánchez negociara con la neofascista italiana Giorgia Meloni y el autócrata húngaro Viktor Orbán. Fuentes del PPE destacan que los socialistas europeos prometieron votar a favor de los comisarios de "esa internacional ultraderechista" para salvar el cargo de Ribera, Weber decidió dar por bueno el pacto "a pesar de que Ribera no contestó a las preguntas clave" en las Cortes españolas.
Es más, los tres comisarios del PPE presentes en una reunión del grupo parlamentario celebrada este miércoles pasadas las 15.00 horas, aceptaron de buen grado la decisión de Feijóo: los 22 eurodiputados del PP español votarán en contra de la Comisión Von der Leyen "por la presencia de Ribera" el próximo miércoles 27 en el pleno de Estrasburgo.
En todo caso, el PPE sólo la apoyará bajo la condición de que se comprometa a dimitir "cuando sea imputada por un juez por sus actuaciones como ministra en España".
La redacción tan poco concreta de la nota oficial de los populares europeos obedece a una nueva advertencia de los españoles. El PP recordó a sus compañeros que, aparte de las querellas ya presentadas contra ella por la gestión de la DANA, "sigue pendiente el caso Hidrocarburos", que mantiene en prisión a Víctor de Aldama. Fue su Ministerio el que concedió la licencia a las empresas del calificado por los jueces "nexo corruptor" de las tramas que afectan al Gobierno Sánchez.
Dos datos, dos dudas
Aparte de un largo relato horario del 29-O, de un desglose de sus políticas, y de una defensa de que "hay que confiar en la ciencia, en los técnicos y en las instituciones" para afrontar los desastres naturales que "serán más recurrentes por el cambio climático", Teresa Ribera sólo aportó dos datos de peso. Y los dos ofrecen serias dudas.
En sus dos comparecencias de este miércoles en el Congreso y el Senado defendió que "el sistema funcionó" porque la CHJ "dio todas las alertas", y que el problema estuvo en que "de nada sirve contar con toda la información si quien tiene que decidir no sabe hacerlo".
Lo otro fue una información absolutamente novedosa: que entre las 18:00 y las 19:00 horas "hubo un pantallazo a negro" en el CECOPI, lo que impidió a la Confederación, a la AEMET y a la Delegación de Gobierno participar de la reunón de crisis.
Lo primero quedó explicado más arriba. Los avisos automatizados vía email no parecen lo más eficiente en una crisis "tan excepcional que los técnicos la califican como de 5.000 a 10.000 años de periodo de retorno", como sostuvo la misma vicepresidenta en el Congreso. Menos aún si éstos son sobre lluvias, cuando "el peligro está en las ramblas, y en los efectos de los caudales desbordados, sobre todo si las riberas están urbanizadas".
Y lo de la "cancelación" del CECOPI fue incluso alimentado horas más tarde por RNE, que llegó a acusar a la Generalitat de haber "desconectado de manera premeditada" a estos organismos, todos ellos dependientes del Gobierno central, ninguno de ellos presente en la sala en toda la tarde de la crisis.
No sólo parece extraño que aparezca esta versión tres semanas después y que ni la AEMET, ni la CHJ ni la delegada del Gobierno supuestamente desconectadas lo hayan denunciado hasta ahora. Es que el Gobierno de Carlos Mazón desmintió a Ribera categóricamente y de inmediato.
Fuentes oficiales de la Generalitat emitieron una nota durísima en la que califican de "falsa" la afirmación de la vicepresidenta. Y aunque admiten que hubo "un breve receso" sostienen que "la conexión por videoconferencia nunca se cortó".