Miembros de Junts y del PSOE se han reunido este viernes en Suiza cinco días después de que el líder de la formación independentista, Carles Puigdemont, instara a Sánchez a someterse a una "cuestión de confianza".
El encuentro ha sido tenso, breve y, según fuentes cercanas a Junts, ha terminado sin avances. Junts ha vuelto a pedir al PSOE que se cumplan los acuerdos y se cierren las negociaciones que ya están en marcha. Además, ha vuelto a retar a Sánchez a que se presente a una moción de confianza aceptando la Proposición No de Ley registrada en el Congreso de los Diputados este lunes. Sin embargo, la delegación socialista ha pedido a los separatistas que la retiren.
En el encuentro han estado por parte de la formación independentista Puigdemont, Jordi Turull, secretario general del partido, Josep Lluís Alay, director de la Oficina del presidente, y Míriam Nogueras, vicepresidenta. Del PSOE han acudido el número tres del partido, Santos Cerdán, negociador habitual, junto al diputado socialista Juan Francisco Serrano, su número dos.
En la cita se han repasado los "incumplimientos" que explicó Puigdemont a principios de esta semana. La oficialidad del catalán en la Unión Europea, la aplicación de la ley de amnistía o el traspaso integral de las competencias de inmigración a Cataluña, entre otras cuestiones.
Hay que remarcar que ambos partidos pactaron hace un año mantener reuniones periódicas para hacer un seguimiento del cumplimiento de los acuerdos. La de este viernes debería haberse celebrado en noviembre, pero la crisis de la DANA y la celebración del Congreso Federal del PSOE han retrasado la cita. El momento, sin embargo, no es cualquiera.
Aviso de Puigdemont
Puigdemont lanzó este lunes uno de los avisos más claros a Sánchez, dejando en evidencia que hay cierto hastío en las filas independentistas con el Gobierno y los socialistas. La relación no vive su mejor momento.
"No es de fiar", afirmó el líder independentista sobre el presidente del Gobierno, remarcando que los acuerdos que habían pactado hace un año no se estaban cumpliendo y que hay una "descoordinación entre lo que se aborda en Suiza y la praxis del gobierno español, que es muy preocupante". La crítica personal a Sánchez la acompañó con un reto: someterse a una cuestión de confianza.
Las palabras de Puigdemont, sin embargo, no calaron en Moncloa. EL ESPAÑOL informó este martes que la presidencia del Gobierno no se ha creído el órdago del expresident, aunque sí se sorprendió por su exigencia. El equipo de Sánchez entiende que el líder de Junts está marcando territorio antes de negociar la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, buscando así subir el precio de su 'sí'.
Además, la amnistía a Puigdemont aún está pendiente de facilitarse, por lo que el expresident necesita presionar a Sánchez, pero no le conviene dejarle caer.
En este sentido, se espera que los letrados de la Mesa del Congreso -controlada por PSOE y Sumar- rechacen debatir y tramitar la PNL en la que se pide a Sánchez someterse a una moción de confianza ya que, de hacerlo, sería como una "cuestión de confianza encubierta".
No obstante, sí que hay algunos socialistas abiertos a aceptar la PNL, ya que su tramitación no pasaría por el Congreso hasta dentro de varios meses y les serviría para ganar tiempo ante Junts.
Por su parte, fuentes del PP han criticado el encuentro entre socialistas e independentistas de este viernes. "El mismo día que se celebra la Conferencia de Presidentes, el PSOE viaja a Suiza para definir con Junts el futuro de nuestro país. Seguro que allí no han llevado folios en blanco como las repartidas hoy en Santander", comentan los populares. Dirigentes autonómicos del PP han criticado que el Gobierno no preparara propuestas por escrito a la Conferencia de este viernes y, por tanto, que no se acordara ninguna medida.