José Luis Ábalos pasa por delante de la número dos del PSOE, María Jesús Montero, en un Pleno del Congreso, el mes pasado.

José Luis Ábalos pasa por delante de la número dos del PSOE, María Jesús Montero, en un Pleno del Congreso, el mes pasado. Europa Press

Política CASO KOLDO

Satisfacción en el PSOE con la declaración de Ábalos y con que haya puesto distancia con las acusaciones de Aldama

Publicada

El Gobierno esperaba que José Luis Ábalos negara ante el Tribunal Supremo formar parte de una trama corrupta, que se distanciara de Víctor de Aldama y que, por supuesto, no implicara a nadie del PSOE ni del Ejecutivo en irregularidad alguna. Explicaban con tranquilidad en los días previos que así sería.

Y por lo que saben los socialistas de la declaración del exministro de Transportes y exnúmero dos del PSOE ante el juez Leopoldo Puente, se cumplió esa expectativa y ese deseo.

Para el Gobierno es fundamental que Ábalos y Koldo García, su exasesor, se distancien de Aldama y no confirmen ninguna de sus acusaciones. Es decir, que no disparen hacia arriba ni se sumen al empresario y comisionista admitiendo los hechos y pactando con la Fiscalía Anticorrupción.

Los escalones desde Aldama al Gobierno en el procedimiento judicial son Koldo García y Ábalos y, al tiempo, son las dos barreras que separan al Ejecutivo y al PSOE de un grave problema político y, sobre todo judicial.

Moncloa cree asumible la responsabilidad política de algunas actividades del exministro y su asesor, pero no puede permitirse que avance con conductas más graves y que incluya a más altos cargos y ministerios. 

De hecho, desde que el PSOE tomó la decisión en febrero de darle de baja en el partido y mandarle al Grupo Mixto del Congreso, sus dirigentes han procurado no descalificarle, ni hacer declaraciones en contra. Especialmente, en los últimos días, después de que Aldama pactara con la Fiscalía y se lanzara a verter acusaciones contra ministros y cargos del PSOE.

"No he visto pruebas"

La propia número dos del Gobierno y del PSOE, María Jesús Montero, explicó el pasado viernes en la recepción del día de la Constitución en el Congreso y el miércoles en la copa de Navidad en la Moncloa que las pruebas contra Ábalos se desinflan.

"No he visto ninguna prueba fehaciente contra él", aseguró la vicepresidenta el miércoles en una conversación con periodistas.

El Gobierno, a través del ministro Óscar Puente, ha desarmado en los últimos días la acusación de Aldama sobre el supuesto pago de comisiones en las adjudicaciones de obras en carreteras durante la etapa de Ábalos, supuestamente contenidas en documentos entregados por el comisionista al juez.

El ministro de Transportes ha concluido un informe que señala que de las 38 adjudicaciones mencionadas, hay 17 que nunca se han licitado ni adjudicado y uno se corresponde con el pago anual de una adjudicación de una autovía decidida en 2005.

Hay cuatro adjudicaciones realizadas antes de la llegada de Ábalos al Ministerio de Transportes, una de ellas de la etapa de Ana Pastor, ministra de Mariano Rajoy. Hay seis realizadas durante el mandato de Ábalos, pero sólo una se corresponde con las empresas mencionadas por Aldama, y el resto son posteriores.

El Gobierno rechaza que pueda haber irregularidades en modificados de esas adjudicaciones, porque deben intervenir técnicos del Servicio de Inspección del Ministerio y elaborar informes de justificación. Si son ampliaciones de Presupuestos superiores al 20% debe pedirse informe al Consejo de Estado, entre otros trámites.

Explica el Gobierno que los documentos aportados por Aldama se corresponden con proyectos de Presupuestos Generales del Estado y su sospecha es que pudieron ser cogidos en algún momento por el empresario en la sede del Ministerio. Añaden, además, que las anotaciones y subrayados de colores que presentó carecen de una explicación lógica.

Ábalos mostró su enfado este verano con el informe que elaboró el ministro Puente sobre su gestión en Transportes. Fue preguntado sobre ese informe en el Tribunal Supremo y mostró su disconformidad, asegurando que en él se habla de irregularidades, pero no de delitos.