El exlíder de ERC y candidato de 'Militància Decidim' a revalidar el cargo, Oriol Junqueras, y la candidata a secretaria general, Elisenda Alamany.

El exlíder de ERC y candidato de 'Militància Decidim' a revalidar el cargo, Oriol Junqueras, y la candidata a secretaria general, Elisenda Alamany. Europa Press Europa Press

Política

Oriol Junqueras recupera la presidencia de ERC tras imponerse a Godàs con el 52% de los votos

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El exvicepresidente del Govern en los años álgidos del procès e histórico líder de ERC, Oriol Junqueras, ha resultado vencedor de las primarias del partido y recuperará el liderazgo de la formación independentista tras haber dimitido en junio de este año.

Junqueras, al frente de la candidatura Militància Decidim, se ha impuesto con el 52% de los votos a su adversario Xavier Godàs (Nova Esquerra Nacional), que se ha quedado en el 42,2% pese a contar con el apoyo de la secretaria general saliente, Marta Rovira, y del expresident Perè Aragonès.

Oriol Junqueras (55 años), una de las figuras más destacadas del procés y vicepresidente del Govern durante el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017, ya ocupó la presidencia de ERC entre 2011 y junio del año pasado. Ahora, partía como principal favorito para recuperar la presidencia de un partido en crisis.

Tras ser condenado a 13 años de prisión por los delitos de sedición y malversación,  cumplió tres años y ocho meses en prisión antes de ser parcialmente indultado. Hasta la fecha, el Tribunal Supremo ha rechazado aplicar la ley de amnistía en su caso, algo que lo mantiene inhabilitado para ejercer cualquier cargo público hasta 2031.

El 80,04% de los afiliados de ERC han participado en esta segunda vuelta de las primarias, una cifra que roza la participación de la primera vuelta (81,35%) del pasado 30 de noviembre. En total, 6.429 militantes han votado telemáticamente.

Entonces, Oriol Junqueras no logró superar el 50% de los votos necesarios para imponerse como candidato sin necesidad de volver a votar. Su candidatura se quedó en el 48,3% de los sufragios por delante de Nova Esquerra Nacional (35,3%) y Foc Nou (12,6%). El 3,7% de los votantes optó por el voto en blanco.

La elección de la nueva dirección, en la que Elisenda Alamany será la nueva secretaria general, se inscribe en el 30 congreso nacional del partido, que no concluirá hasta marzo -como máximo-, cuando la nueva ejecutiva deberá someter a validación su nueva hoja de ruta política.

Vuelta al pasado para superar la crisis

Para ERC era necesario impulsar un nuevo liderazgo y redefinir la estrategia de un partido sumido en una crisis de resultados tras no cumplir con sus expectativas en las elecciones generales de 2023 ni tampoco en las autonómicas del pasado 12 de mayo.

ERC se encuentra en horas bajas tras perder el mando de la Generalitat, con unos 1.500 militantes menos que en 2019 y tras haber perdido medio millón de votos en comparación con ese mismo año.

En aquel momento, precisamente liderados por Junqueras, ERC logró su mejor resultado histórico en unas elecciones generales tras obtener 15 escaños y más de un millón de votos; muy por encima de los 7 obtenidos en julio de 2023 (con 462.883 papeletas).

La formación independentista comienza una nueva fase con consecuencias para la política nacional, autonómica y municipal. La nueva ruta también es vital para la propia supervivencia de un partido que ha ido perdiendo peso y viendo como el PSC, Junts o Aliança Catalana le roban tanto el foco como la presencia en las instituciones.

Impacto nacional, autonómico y municipal

En clave nacional, el congreso de los republicanos ha mantenido en pausa las negociaciones para los Presupuestos Generales del Estado de 2025, una votación clave para la legislatura.

ERC ha sido un socio habitual del Gobierno de Pedro Sánchez y sus siete escaños son clave para sostener o torpedear las votaciones parlamentarias del Ejecutivo. 

Mientras Junts ha sido capaz de hacer sudar y obtener todo tipo de réditos en cada negociación con Moncloa, ERC representa un socio más amigable para el PSOE. 

En la pasada legislatura, con Junqueras como presidente, ERC fue un apoyo fiable en la mayoría de los trámites parlamentarios, con sonadas excepciones como la frustrada reforma de la ley mordaza o su negativa a la reforma laboral de Yolanda Díaz (finalmente aprobada).

Los republicanos lograron concesiones del Gobierno como la derogación del delito de sedición y la modificación del delito de malversación para rebajar ciertas penas, algo que pretendía favorecer a varios encausados del procès.  

La connivencia entre ERC y el PSOE, tanto a nivel nacional como en Cataluña, ha permitido a Junts abanderar el relato de que solo los exconvergentes son inflexibles y desafiantes con los partidos de Estado. Por el contrario, ERC queda desdibujado en algunos sectores radicales del independentismo que piden más contundencia.

Esto podría provocar que Junqueras redefina la relación con el Gobierno para frenar la sangría de votos y recuperar la bandera del independentismo catalán.

Una oposición "vigilante" con Salvador Illa

En Cataluña, los republicanos tienen en su mano la gobernabilidad autonómica. La victoria de Junqueras hace presagiar una relación más tensa y exigente de cara a aprobar los presupuestos catalanes.

Para investir al socialista Salvador Illa, ERC consultó a sus bases el pasado mes de agosto y, en una votación difícil, el 53,5% de los militantes (3,397 votos) que participaron en la consulta secundó dar apoyo a Illa a cambio de concesiones como el “cupo catalán”.

Sin embargo, esto también produjo divisiones y críticas en el seno del partido que se encarnaban en su cúpula, con Rovira favorable al acuerdo con el PSC y Junqueras siendo escéptico. 

La votación fue muy reñida y el 44,8% de los votos (2.847 personas) fueron negativos.

Algunos sectores del partido y su militancia expresaron su desconfianza con el PSC y defendieron entonces que ERC debía quedarse en la oposición para “vigilar” el acuerdo y marcar un perfil propio. 

El futuro presidente ya advirtió el pasado septiembre en una entrevista en el diario Ara que su partido haría “todo lo posible” para que el PSC no esté en el Govern en caso de no respetar los compromisos de investidura y negó la posibilidad de que los republicanos puedan entrar al Ejecutivo en una eventual coalición.

En esa ocasión, el mayoritario sí de los militantes otorgó una victoria a Rovira frente a Junqueras, pero la grieta dentro del partido se agrandó y Rovira ha mostrado abiertamente su apoyo a la candidatura de Godäs.

El pacto con Collboni, en el aire

Por último, a nivel municipal, también tiene un papel importante en la gobernabilidad de Barcelona. En concreto, ERC ha de decidir si entra a formar parte del gobierno barcelonés del socialista Jaume Collboni, que rige en minoría.

Mientras Godàs era claramente partidario a un pacto para entrar en el Ayuntamiento, Junqueras ha evitado posicionarse durante toda la campaña para "no imponer" su postura a las bases y a la federación barcelonesa del partido, quienes deberían tomar esa decisión según el propio Junqueras.

El alcalde Collboni se abrió a un pacto con el que daría entrada a ERC al Ayuntamiento (e incluso, a los Comunes en un gobierno tripartito).

La militancia de ERC se divide entre aquellos partidarios al pacto con el PSC para volver a tocar poder en un momento de extrema debilidad (los republicanos perdieron la mitad de los concejales en las anteriores elecciones); y los más puristas, reacios a pactar con un PSC contrario a los intereses independentistas. En ambas tesis, la voluntad de ERC es dejar fuera a los Comunes.

La número dos de Junqueras y nueva secretaria general de ERC, Elisenda Alamany, sí que se ha mostrado públicamente a favor del pacto con Collboni.

La decisión quedó aplazada hasta que se dirimiese el resultado en el congreso de ERC, por lo que el enigma podría empezar a aclararse pronto.