Sánchez no logra que las autonomías acepten privilegios fiscales para Cataluña a cambio de una condonación de deuda
Más información: Pedro Sánchez anuncia que en enero negociará el acuerdo para que el Estado asuma parte de la deuda de las CCAA
Pedro Sánchez lanzó el anzuelo, sin éxito, durante la Conferencia de Presidentes celebrada este viernes en Santander: anunció que en enero abrirá la negociación para condonar una parte de la deuda de las comunidades autónomas, en un intento de fracturar el frente común formado por los barones del PP contra la financiación privilegiada prometida a Cataluña.
No lo consiguió. El anuncio de Sánchez buscaba doblegar la voluntad de los presidentes cuyos ejecutivos arrastran una mayor carga de deuda con el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA): Juanma Moreno en Andalucía (25.000 millones), Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha (11.000 millones) y Fernando López Miras en Murcia (algo más de 10.000). Sólo superados, a muy larga distancia, por Cataluña (73.000 millones).
Sin embargo, al término de la reunión, López Miras calificó de "caramelo envenenado" y "chantaje" la oferta lanzada por Sánchez. Para la presidenta de Cantabria y anfitriona de la reunión, María José Sáenz de Buruaga, se trata de un "cebo", para que el resto de presidentes autonómicos acepten repartirse "las migajas" que quedan tras el pacto de Cataluña.
Pedro Sánchez se remitió al Consejo de Política Fiscal y Financiera que convocará el próximo mes de enero, y evitó concretar qué porcentaje de deuda pretende condonar a las CCAA. En el pacto de investidura firmado hace un año con ERC, prometió aprobar una quita de 15.000 millones a la Generalitat (lo que equivale al 20% de su deuda con el FLA).
Al final, el debate sobre la financiación autonómica (y el rechazo al cupo catalán) copó buena parte de la sesión, e incluso provocó un agrio enfrentamiento entre la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso y el de la Generalitat, Salvador Illa.
Además de Ayuso, se mostraron especialmente beligerantes contra el trato privilegiado a Cataluña Juanma Moreno y el socialista Emiliano García-Page. El presidente de Castilla-La Mancha pidió que PP y PSOE sumen sus fuerzas para consensuar un modelo de financiación autonómica que garantice la solidaridad entre regiones, con el fin de blindarlo frente a los "chantajes" de los partidos independentistas.
"Solo se puede negociar un modelo único y no caben modelos aparte, ni complementarios, ni singulares", indicó Page ante los periodistas tras la reunión, "ninguna región puede hablar con el resto de España como si fuera propietaria de su PIB". Y remachó: "Si no se entiende esto, es el caos".
En su discurso de bienvenida, Pedro Sánchez había pedido a los presidentes autonómicos abordar cuatro grandes cuestiones durante la Conferencia: financiación autonómica, inmigración, vivienda y sanidad.
Pero tras la reunión, casi todos los presidentes autonómicos constataron el fracaso de la Conferencia de Presidentes (la primera que se celebra en tres años) y criticaron que no ha sido posible alcanzar acuerdos, dada la falta de propuestas concretas planteadas por Pedro Sánchez.
El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, calificó de "oportunidad perdida" el encuentro, pues no sirvió para garantizar, a través de una reforma de la ley de extranjería, el reparto de los menores inmigrantes que permanecen hacinados en su región.
Por su parte, el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, se mostró "profundamente decepcionado" y "cabreado" por la falta de resultados. Este era el sentir general entre los principales barones del PP.
En el debate sobre el cupo catalán brilló especialmente Marga Prohens. La presidenta de Baleares utilizó su turno en ruegos y preguntas para replicar a Salvador Illa, quien había negado que el sistema de financiación prometido por el PSOE para Cataluña (por el que la Generalitat recaudará el 100% de los impuestos) tenga cualquier parecido con el concierto vasco.
En su lugar, lo definió como un "sistema de solidaridad". Antes, Illa había advertido que no acepta "lecciones de solidaridad de quienes practican la insolidaridad fiscal", dijo en referencia a las comunidades del PP que bajan impuestos para estimular la economía.
Pero Prohens, hablando "en nombre de una de las comunidades que aportan al fondo de solidaridad", se mostró indignada: "Si de las tres que aportamos, Madrid, Cataluña y Baleares, una deja de poner para equilibrar a los demás, ¿qué solidaridad puede haber si hay menos dinero para repartir?".
La baronesa balear abundó en que, si Sánchez impone ese "privilegio para Cataluña", sólo hay dos soluciones: "O Madrid y Baleares ponen lo que faltará, lo cual es injusto para nuestros ciudadanos, o las demás CCAA pierden financiación, lo cual es injusto para los suyos".
La presidenta de la Comunidad de Madrileña, Isabel Díaz Ayuso, fue aún más agresiva contra el "cupo independentista". Atacó al PSOE y al PSC por "el infierno fiscal" catalán que, "aun así, recauda 40 millones en impuestos, mientras Madrid los baja y recauda 103 millones".
Ayuso vinculó el sistema bilateral pactado para Cataluña con el "ataque" a la autonomía fiscal de su región, "a la que pintan como una comunidad de ricos, que no lo es. Sólo van a conseguir que las empresas se vayan".
"No querían pactar nada", explica otro de los presidentes, en el coche de vuelta ya camino de su región. "Llegó Sánchez, contó sus propuestas mientras os las filtraban a los periodistas, y luego nos dio la palabra".
Una "sucesión de monólogos" de 19 líderes autonómicos, a los que Sánchez ni siquiera iba dando paso, según varios testigos. "Íbamos por turnos, y el presidente no recogía tras cada intervención, ni comentaba nada".
Cita en Suiza
Mientras escuchaba las intervenciones, la cabeza de Pedro Sánchez estaba muy lejos: en la reunión que este mismo viernes mantenía en Suiza el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, con los emisarios de Junts (Jordi Turull y Miriam Nogueras), para intentar reconducir el apoyo del partido de Puigdemont a los Presupuestos.
Tras el último turno de palabra, Sánchez abrió un par de turnos de ruegos y preguntas. Fueron varios los que trataron de colar ahí sus demandas más individuales. Por ejemplo, María Guardiola sacó el tema del cierre de las nucleares. A Extremadura, según dijo, le hará mucho daño la clausura de Almaraz.
Trufó de datos económicos, de empleo y de eficiencia energética su exposición, pero el presidente simplemente le contestó que se lo fuera a decir "a las compañías eléctricas, que han acordado con el Gobierno" el fin de las nucleares en España.
"Y al final, Sánchez le dio el último turno a Illa", cierra otro presidente presente en el cónclave. "El president sólo intervino 30 segundos más, para dejar caer, en un tono algo desabrido, que alguna de las cosas que se habían dicho ahí sobre Cataluña eran falsas... en referencia a la intervención de Ayuso".
En cuanto a la sanidad, Sánchez anunció durante la Conferencia que el Gobierno repartirá en enero una partida extraordinaria de 223 millones de euros entre todas las CCAA, para que financien "el desarrollo de nuevas soluciones sanitarias basadas en Inteligencia Artificial", con el fin de mejorar la atención a los pacientes y aprovechar mejor el tiempo de los sanitarios.
También asumió una de las medidas que le venían reclamando todas las comunidades autónomas gobernadas por el PP: se comprometió a aumentar las plazas MIR para atender la falta de profesionales médicos de las regiones. Pero lo hará, ha precisado, "siempre y cuando exista un compromiso firme" de los gobiernos autonómicos de asumir una parte de su coste.