Albares exige la salida de tropas israelíes de Líbano y anuncia 10M para el despliegue de su Ejército en zonas de Hezbolá
El ministro de Asuntos Exteriores ha llegado este miércoles a Beirut para reunirse con las autoridades del país. Mañana viajará a Siria.
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El ministro de Asuntos Exteriores ha inaugurado 2025 con un viaje de dos días a Líbano y Siria, dos escenarios clave "en el puzle de la paz de Oriente Próximo". Este miércoles en Beirut, la capital libanesa, José Manuel Albares ha exigido "la salida de las tropas israelíes y el fin de sus bombardeos" en el país de los cedros. Y ha anunciado un paquete de 10 millones de euros para ayudar al Ejército libanés a desplegarse en la región sur, zona hasta ahora controlada por los terroristas de Hezbolá.
Albares aterriza en Beirut cuando quedan apenas 10 días para que se cumpla el alto el fuego de dos meses entre la milicia chií e Israel. Y con la "esperanza" de que esa tregua se convierta en permanente. Para ello, España no sólo ofrece gestos, como el de este viaje del jefe de su diplomacia, sino que se compromete económica y militarmente.
"Deben cesar los ataques a infraestructuras civiles y deben retirarse las fuerzas israelíes", ha demandado el ministro de Exteriores español, tras reunirse con el nuevo presidente edl país, Joseph Aoun.
En total, albares ha llegado con 20 millones de euros bajo el brazo para ayudar a la reconstrucción institucional y físca de Líbano. Los primeros 10, para el programa militar, se dividen en dos programas: uno para "financiar complementos salariales para los militares libaneses", y otro "que aporta capcidad logística y paneles solares" para dar energía a los cuarteles, tras la guerra con Israel.
"Las Fuerzas armadas libanesas deben desplegarse al sur del río Litani”, y hasta la zona fronteriza con Israel hasta ahora bajo control de Hezbolá. "E Israel debe sacar a todas sus tropas de todo el territorio libanés".
Pero es que además Albares aunució un nuevo paquete de cooperación exterior, por otros 10 millones de euros para la reconstrucción del país, tras los bombardeos israelíes de los últimos meses. Estas ayudasse impulsarán a través del Programa de naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). "Ya hemos impulsado 22 proyectos en estos años, por más de 21 millones de euros", ha recordado Albares.
"Compromiso total"
Albares ha comparecido ante la prensa en el Palacio Presiedncial, tras su entrevista con el presidente Aoun, un cristiano maronita hasta ahora general en jefe del Ejército. El ministro fue recibido en el Parlamento, nada más aterrizar en Beirut, por el presidente de la Cámara, el muslmán chií Nabih Berri.
Tras la derrota de la milicia chií proiraní de Hezbolá, el ministro de Exteriores dice no temer una nueva guerra civil en Líbano. Ese riesgo, latente siempre, se ha despejado en los últimos días, según fuentes del Ministerio. Hay nuevo presidente, se ha nominado a un primer ministro... y todos, junto al presidente del Parlamento, "hablan entre ellos y colaboran".
Líbano es un país pequeño en el que conviven varias confesiones y etnias, encerrado entre el mar y sus fronteras con Siria e Israel, con una Constitución que marca un reparto del poder político entre las tres principales comunidades religiosas. Tras dos años sin líder, el país trata de reorganizarse institucionalmente, y el presidente acaba de designar un primer ministro, en la figura del musulmán suní Nawaf Salam, con quien tiene previsto reunirse Albares más tarde.
Albares no ha querido dar detalles sobre un posible amento de la aportación española a Finul, las fuerzas de interposición que no lograron evitar la última guerra.
Ahora falta saber cuál es la intención de los nuevos gobernantes libaneses. La idea es deshacerse de la influencia de la milicia de Hezbolá, cuyos carteles con el rostro de sus líderes todavía jalonan los márgenes de la carretera que une el aeropuerto Rafiq Hariri con Beirut. El grupo armado chií era, hasta hace poco, mucho más poderosa que el propio ejército del país.
"Son casi 700 militares ya presentes en el país desde 2006", que forman parte del contingente de cascos azules de Naciones Unidas en el sur del país, el ministro de Exteriores ha anunciado que en fechas próximas España contribuirá a la pacificación del Líbano con una nueva misión militar. "Nadie nos lo ha pedido, pero elcompromiso es total", ha dicho sugiriendo esa posibilidad.
"La paz es una de las prioridades de la política exterior española", ha recordado Albares en una comparecencia tras entrevistarse conAoun. "El apoyo a Líbano es el apoyo a la tolerancia y la convivencia. Queremos que los libaneses vivan en paz con sus vecinos, porque es justo y es beneficioso para toda la región".
Albares esea que tras cumplirse el plazo el próximo 25 de enero, el alto el fuego sea permanente. "No lo damos por hecho", había revelado en una conversación informal con periodistas durante el viaje, este miércoles, "pero han sido ya casi dos meses sin casi incidentes, lo que demuestra que para todos en la región es beneficioso un Líbano en paz".
Israel "bombardea sin sentido"
De hecho, el país de los cedros es tradicionalmente el polvorín de la región que es polvorín del mundo. "De modo que si además se despliegan las Fuerzas Armadas por todo el territorio, es mejor para todos y mejor también para el propio Israel".
Se trata de ayudar a garantizar la integridad territorial, la soberanía y la paz en el Líbano, para se una pieza renovada en el puzle regional que contribuya a la paz en Oriente Próximo, según Exteriores. "Cada país es único, pero tiene como derivada la conexión con los demás", ha dicho Albares en referencia a que este jueves visita Siria, por primera vez desde la caída de Bachar Asad.
"Un Líbano fuerte, soberano y estable redunda en la seguridad de isael, y una Siria inclusiva, estable y sin injerencias extranjeras redunda en la estabilidad de Líbano y, por ende, en la seguridad de Israel", ha insistido el ministro.
"Y por eso, apostamos por la solución de los dos Estados, y exigimos a Israel que deje de bombardear sin sentido en Gaza y de atacar a los palestinos en Cisjordania", ha continuado "porque un Estado palestino donde se pueda vivir sin temor a las bombas tamién redunda en la seguridad de los israelíes".
Los militares españoles de la misión de cascos azules están, junto al resto de tropas multinacionales de la Finul, bajo el mando del general español Arnoldo Lázaro, con quien también se encontrará Albares. Todos ellos han pasado meses resguardados en los búnkeres de sus acuartelamientos, mientras se desarrollaba una guerra abierta con una incursión de tropas israelíes en el sur del Líbano.
Las Fuerzas de Defensa de Israel llegaron incluso a atacar los puestos de Naciones Unidas, una acción "contraria al derecho internacional" denunciada públicamente por España, en plena crisis diplomática con Jerusalén.