Carles Puigdemont, el martes, en un coloquio sobre la oficialidad del catalán en la UE.

Carles Puigdemont, el martes, en un coloquio sobre la oficialidad del catalán en la UE. X

Política GOBIERNO

Cerdán intenta que Puigdemont cambie la cuestión de confianza pero Moncloa insiste en que puede gobernar sin Presupuesto

Si Puigdemont bloquea las cuentas, en el Gobierno son partidarios de tomar medidas, como abortar la cesión integral de la inmigración a Cataluña.

Más información: Puigdemont cortará con Sánchez hasta que le visite en Waterloo: "Sin moción de confianza no se habla más".

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De sobresalto en sobresalto hasta el pacto final y avanzando en la legislatura con Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Así se vive en la política española desde hace tiempo y hoy es otro de esos días de ultimátum y negociación al límite entre el PSOE y sus socios parlamentarios, especialmente, Junts.

Hasta ahora, Sánchez ha salvado todos los match point con acuerdos más o menos ambiguos y exigentes, frenando votaciones y con concesiones diferidas en el último momento. Lo ha hecho sobre Presupuestos, sobre leyes y sobre decretos, y lo curioso es que ahora el riesgo para el futuro de Sánchez está en una proposición no de ley, un instrumento parlamentario sin valor ejecutivo y de las que se aprueban cientos que nunca son aplicadas ni cumplidas, porque se limitan a instar al Gobierno a hacer algo.

Carles Puigdemont hizo que su grupo llevara una proposición al Congreso en la que insta al Gobierno a presentar una "cuestión de confianza". La Mesa de la Cámara la tiene que calificar hoy, tras aplazar en diciembre su decisión. El PSOE pretende vetarla y Junts ha amenazado con romper relaciones con los socialistas si eso ocurre.

Por eso, Moncloa ha tirado de manual y está negociando con Junts para que reformule su iniciativa, es decir, que le ponga un texto ambiguo y menos comprometido para el Gobierno. Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, habla desde hace días con Puigdemont para convencerle, hasta ahora con poco éxito. Y seguirán hasta que la mañana de este jueves se reúna la Mesa del Congreso.

Los socialistas proponen una reformulación pactada de la iniciativa y la agilización de otros temas pendientes ya acordados. Sobre el tapete está también lo que Puigdemont llama la "amnistía política", es decir, la foto de Sánchez con él para normalizar a Junts. Moncloa entiende que la foto no tiene sentido sin el compromiso firme de aprobar los Presupuestos.

Si no hay acuerdo y el PSOE veta la iniciativa, Puigdemont tendrá que decidir si esta vez cumple su amenaza. Por el momento, se han congelado las reuniones de negociación de asuntos pendientes en diferentes ministerios y será el líder de Junts el que anuncie la respuesta el viernes en Bruselas.

Fuentes del Gobierno creen muy probable que la respuesta de Puigdemont sea negarse a abrir las negociaciones para los Presupuestos de 2025. De hecho, Moncloa ha activado el plan b, que supone recuperar el mensaje de que se puede seguir gobernando perfectamente sin Presupuestos, aunque los que están en vigor sean los de 2023, es decir, de la anterior legislatura. Algo que no había ocurrido nunca, pero estamos en la etapa en la que casi todo lo que ocurre no ha ocurrido nunca.

De hecho, desde hace tiempo hay miembros del Gobierno que sostienen que no tiene sentido arrancar ahora unas negociaciones inciertas para ir a una votación final en mayo o junio para aprobar las cuentas a mitad de ejercicio y, por eso, entienden que sería mucho mejor esperar a septiembre para intentar aprobar los Presupuestos para 2026.

Incluso alguno sostiene que teniendo en cuenta también las exigencias de Podemos y la dificultad para cuadrarlas con las de Junts, es mejor evitar el desgaste de una negociación que sería muy complicada y cargada de episodios como el que se vive estos días.

Moción de censura

Están convencidos en el Gobierno de que Puigdemont no votará con PP y Vox una moción de censura contra Pedro Sánchez, pero entienden que puede preferir mantener al Ejecutivo de coalición débil y sin Presupuestos. Por contra, si aprobara ahora las cuentas, Junts y sus siete diputados perderían poder.

Fuentes del Gobierno creen, no obstante, que si Puigdemont bloqueara los Presupuestos deberán también tomar medidas contra Junts, por ejemplo, suspendiendo las largas y difíciles negociaciones sobre la cesión a Cataluña de las competencias de inmigración, pactada hace ya un año.

Puigdemont, además, tendría dificultades para ser beneficiario de la amnistía que en este momento está bloqueada en el Tribunal Constitucional.

Sánchez entiende que la iniciativa de Junts sobr ela cuestión de confianza no puede tramitarse para que se debata y vote, porque le dejaría muy débil si saliese aprobada con la suma del partido de Puigdemont, del PP y de Vox. 

Se agarra el PSOE a que la Constitución da al presidente del Gobierno la competencia para decidir si presenta la cuestión de confianza. El problema para los socialistas es que los etrados del Congreso hicieron un informe jurídico que no rechaza expresamente la iniciativa, sino que abre la puerta a que pueda tramitarse.

De hecho, las Cámaras votan habitualmente proposiciones no de ley que instan al Gobierno a tomar decisiones de su estricta competencia. Por ejemplo, al reprobar ministros o al instar al presidente a convocar el Debate sobre el estado de la Nación, pese a ser prerrogativas reservadas al jefe del Ejecutivo.