
Isabel Rodríguez, ministra de Vivienda, Salvador Illa, presidente de la Generalitat de Cataluña, Diana Morant, ministra de Ciencia, y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, este viernes en Valencia.
Moncloa saca su artillería en apoyo a López y Morant en los congresos del PSOE en Madrid y Valencia contra Ayuso y Mazón
Sánchez, Zapatero, Illa, Bolaños y Albares respaldarán el domingo a López, con la consigna de confrontar con la presidenta de Madrid.
Más información: Zapatero cita a Fraga para aplaudir el apoyo del PP al 'decreto ómnibus': "Solo aciertan cuando rectifican"
"Llevo seis años casi sin hablar en público. Los periodistas saben e intuyen las ganas que tengo y las ganas que traigo, porque llevo seis años callado. Por lo tanto, habrá para todos, también para la oposición”, aseguró Óscar López el pasado 6 de septiembre cuando tomó posesión de su cargo de ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública.
Desde entonces está cumpliendo con creces ese deseo y desde este domingo lo hará además investido oficialmente como líder de los socialistas madrileño y candidato a la Comunidad de Madrid.
Arrancará formalmente su camino como oposición a Isabel Díaz Ayuso y con la idea de intentar arañar al PP lo que ya es uno de sus feudos autonómicos y también el foco principal de confrontación política con Pedro Sánchez y su Gobierno.
Fuentes socialistas explican que se trata de cambiar el tono que utilizó Juan Lobato por uno mucho más proactivo y duro, que responda a cada una de las acciones y declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
López lo está haciendo confrontando con Ayuso y también con su jefe de Gabinete, Miguel Ángel Rodríguez. A cada acto de la presidenta de la Comunidad de Madrid le sigue siempre una respuesta del ministro. Más aún cuando uno de los principales asuntos políticos del momento es el del proceso contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por supuesta filtración de un correo en el que el novio de Ayuso confiesa haber cometido fraude fiscal.
Desde hacía tiempo, Sánchez hacía saber en su entorno que no compartía la estrategia de Lobato. En su opinión era excesivamente tibio, de tal forma que obligaba al propio presidente del Gobierno a confrontar con Ayuso. Incluso, Sánchez explicaba a su equipo que dudaba que Lobato fuera de izquierdas.
Por eso, Sánchez impulsó a su jefe de Gabinete y mano derecha al cargo de ministro, con idea de proponerle para liderar el PSOE de Madrid. Luego Lobato “se suicidó políticamente” con el episodio de los mensajes sobre el novio de Ayuso y dejó el espacio expedito a López.
Reconquistar poder territorial
Óscar López arrancará el domingo haciendo muy visible que parte hacia esa batalla política arropado por la artillería de la Moncloa. Estará acompañado de Pedro Sánchez, José Luis Rodríguez Zapatero, Salvador Illa, Félix Bolaños y José Manuel Albares, entre otros.
La suya es una de las partes fundamentales de la estrategia puesta en marcha por Sánchez para reconquistar poder territorial. El alarde de poder del líder socialista se salda con la sustitución de cabezas de lista territoriales y la imposición como tales de los ministros López, María Jesús Montero, Diana Morant, Pilar Alegría y Ángel Víctor Torres.
Nunca antes había habido ministros candidatos a presidentes autonómicos y, por tanto, jefes de la oposición en las comunidades desde el Gobierno.
Hoy mismo será visible esta estrategia en el congreso del PSPV que entronizará a Morant y en las próximas semanas el de los socialistas andaluces como Montero y los de Aragón con Pilar Alegría.
Sánchez, que forjó su carrera política en dos primarias y el apoyo de los militantes, lo ha conseguido sin elecciones internas y con retirada de los posibles contendientes. Un poder en los territorios que no tuvo ni siquiera el Felipe González de la abrumadoras mayorías absolutas.
En Valencia hace meses que Sánchez logró situar a Morant y la ministra de Ciencia ha ejercido desde su despacho oficial la oposición. La Dana, con las dificultades de Carlos Mazón para gestionar las consecuencias -Feijóo aseguró que el president de la Generaltat quedó “noqueado”-, debilitaron al Gobierno autonómico del PP y aumentaron las expectativas de los socialistas.
El órdago de Sánchez se completará en busca del premio de gordo de Andalucía, con su vicepresidenta primera y vicesecretaria general al frente del PSOE de esa comunidad. En el caso de Montero se trata de poder compaginar su actividad de responsable de hacienda que negocia un sistema de financiación para las comunidades y un sistema de concierto con Cataluña con su papel de líder de la oposición al presidente andaluz, Juanma Moreno.
Todos los ministros/líderes de la oposición/candidatos tienen la ventaja de estar en el Gobierno y disponer de esa visibilidad y el inconveniente de estar en el Gobierno y estar expuestos al desgaste de su gestión.
López, por ejemplo, tiene que gestionar estas semanas el conflicto sobre Muface, mirando a su futuro en la Comunidad de Madrid. Si no lo logra tendrá que responder como candidato del aluvión de funcionarios hacia la sanidad pública de Madrid y si lo soluciona será a costa de elevar sustancialmente el pago a empresas de sanidad privada, lo que complica su discurso sobre la forma en la que Ayuso favorece a estas empresas.
En Madrid, Comunidad y ayuntamiento, no han funcionado nunca los ministros como candidatos. Ni Reyes Maroto, ni Miguel Sebastián, ni Fernando Morán, entre otros. Sólo hay una limitada excepción con Ángel Gabilondo, que se presentó tres veces y sólo ganó en una, pero sin poder formar mayoría para gobernar.
En el caso de Alegría, se une la exposición de actuar como portavoz del Gobierno mientras hace política en Aragón.
Y, además, el hándicap de no participar directamente en la política autonómica, con escaño en los parlamentos autonómicos. Necesitan portavoces parlamentarios de confianza que tienen que salir de grupos que ellos no designaron.
Por ejemplo, la ausencia de Morant del parlamento valenciano durante los debates sobre la Dana con Mazón le ha quitado protagonismo a los socialistas, frente a Compromís, el otro partido de la oposición con Joan Baldoví como portavoz.
En los congresos territoriales que oficializan sus liderazgos en las diferentes federaciones podrán, además, impulsar sus equipos. Por ejemplo, López situará en puesto destacado a Pilar Sánchez Acera, pendiente de declarar por su presunta participación desde la Moncloa en la filtración de correos sobre el novio de Ayuso.
Eso sí, los cinco ministros candidatos se han asegurado permanecer en el Gobierno hasta las elecciones autonómicas.
En 2023, el PSOE quedó con el menor poder territorial de su historia y Sánchez pretende dar la vuelta a esa situación poniendo sobre la mesa a su equipo y, sobre todo, su respaldo.
Entonces hubo líderes autonómicos que prefirieron que el presidente del Gobierno no pisara sus campañas, para que no les arrastrara el desgaste del Ejecutivo. Aun así les arrastró la marea en favor del PSOE y Sánchez clamó en la primera Ejecutiva del partido tras esos comicios sobre la falta de liderazgos fuertes del partido en esas comunidades. Ahora ha culminado la ejecución de su propósito de renovar el partido en los diferentes territorios.