El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, durante la presentación en el Congreso de sus discursos parlamentarios.

El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, durante la presentación en el Congreso de sus discursos parlamentarios. Europa Press

Política

Zapatero pide “el máximo apoyo” del Congreso a Sánchez en la UE ante "una transición global hacia no se sabe dónde"

El expresidente del Gobierno reivindica 25 años de "ilustración feminista" contra las críticas de "terraplanistas que atacan la democracia"

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Hay un momento en el que los presidentes del Gobierno dejan el cargo, se confiesan y empiezan a hacer balance sobre lo que mereció la pena y lo que no. En esto consisten las presentaciones de los discursos institucionales de algunos de los personajes más relevantes de nuestra democracia que se están celebrando en el Congreso de los Diputados, donde este lunes le tocó el turno a José Luis Rodríguez Zapatero

Allí, el expresidente socialista dijo que "nuestro presente es mejor que nuestro pasado", pese a todas las alarmas que se encienden en la actualidad. Aunque, en realidad, habló más en pretérito que en futuro. Glosó los logros de las últimas décadas y menospreció a los "terraplanistas" que buscan "someter nuestra democracia liberal"

Las pocas referencias explícitas al momento actual llegaron cuando se refirió a la cumbre de líderes europeos que Emmanuel Macron improvisó este lunes en París. Allí, varios dirigentes, incluído Pedro Sánchez, debatían sobre el final de la guerra en Ucrania, el papel de comparsa que le ha reservado a la UE Donald Trump y, en definitiva, sobre las amenazas para Europa que supone la llegada de éste a la Casa Blanca. 

"Vamos a confiar en que hoy en París este europeísmo que tenemos los españoles ilustrados, demócratas, modernizadores, resurja con fuerza. Y en que el presidente Sánchez, que tiene un papel de gran responsabilidad por lo que está pasando en Europa y en el orden global, obtenga también el máximo apoyo de la Cámara", pidió Zapatero. 

Su discurso avanzaba por lo que de verdad queda de la actividad parlamentaria con el paso de los años, por los consensos, el "talante" y las posiciones constructivas. Y así, reclamó unidad en una cuestión de Estado como la política exterior. "Cuando se trata de defender algo como el europeísmo no deberíamos dudar", manifestó. 

A él siempre lo acompañará la fotografía sentado ante la bandera estadounidense durante el desfile del 12 de octubre de 2003 como protesta ante la guerra de Irak. Aunque ahora el momento es otro. 

Donald Trump ha llegado al Despacho Oval con la intención indisimulada de ningunear a la UE, dejándola fuera de las negociaciones de paz en Ucrania -ante las que tampoco está invitado el propio presidente ucraniano Volodimir Zelenski- e imponiendo aranceles al Viejo Continente. 

La vieja relación atlantista entre Estados Unidos y la UE, forjada en 1949 con la creación de la OTAN, atraviesa una de sus fases más delicadas. Una etapa que José Luis Rodríguez Zapatero compara con "un momento tan importante como el final de la Segunda Guerra Mundial"

"Es muy parecido también a nuestra Transición democrática, porque nos encontramos ahora mismo en una transición global hacia no se sabe dónde", expresó. Y ahí fue donde instó a una máxima colaboración de las fuerzas políticas en el Congreso de los Diputados.

La ilustración feminista

Zapatero presentaba en el Congreso un libro sobre sus discursos parlamentarios, un trance por el que ya han pasado Mariano Rajoy o recientemente José Bono, presidente de la Cámara Baja entre 2008 y 2011. La iniciativa de editar estas diatribas fue ideada hace años por el PP, aunque sólo se ha empezado a poner en marcha recientemente. 

La ocasión, por tanto, es propicia para dejar atrás viejas rencillas o polémicas estériles y centrarse en lo verdaderamente útil que también ha dejado el parlamentarismo. Porque de lo demás, "¿qué queda?", se preguntó Zapatero. 

"De todas las palabras que nos damos para zaherir, descalificar, insultar.... No quedará nada en un libro", se respondió el expresidente. "Aplausos forzados de tu grupo".

El acto tenía un poco de sentarse en el diván y hacer terapia grupal sobre el funcionamiento de las instituciones y el uso que hacen de ella los políticos. Y en esa catarsis colectiva estaban presentes la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y el titular de Transformación Digital y Función Pública, Óscar López

Zapatero reivindicó como la "mayor aportación a la democracia en el siglo XXI" lo que bautizó como la “ilustración feminista”. 

"Ahora vemos un ataque a la democracia, que es un ataque banal, más parecido al terraplanismo. Pero lo que más me asusta es que estos debates que buscan someter la democracia liberal tienen una impronta de querer acabar con los avances en materia de igualdad entre hombres y mujeres”, expresó.

El expresidente comparó este momento con la aparición de las sufragistas a principios del siglo XX, cuando también corrieron "ríos de tinta cuestionando la igualdad entre géneros o razas". "Pero al final se impuso la racionalidad", defendió el dirigente socialista, quien destacó que el discurso parlamentario que más le emocionó fue el que se produjo cuando se aprobó el matrimonio igualitario en 2004.

Agradecido al PP

Zapatero también destacó como alguno de esos grandes momentos la entrega de las armas de la banda terrorista ETA o la aprobación en 2005 del pacto de Estado contra la violencia de género, del que ahora se cumplen 20 años. 

El ex jefe del Gobierno había acudido al Congreso con la bandera blanca levantada y estas dos efemérides le sirvieron para agradecer al PP una actitud constructiva por haber favorecido el diálogo. 

"El Parlamento debe ser la casa de la oposición. Esto es algo que en un sistema presidencialista no ocurre. La confianza que el Parlamento debe transmitir a la oposición está en manos de la oposición, esencialmente", remarcó. Y agregó que "el presidente del Gobierno se debe al Parlamento, mientras que el líder de la oposición se debe al país".

Recordó sus trifulcas de aquellos años como presidente del Gobierno con el entonces líder de la oposición, Mariano Rajoy, de quien dijo que sólo le quedan "buenos recuerdos". "No tengo ningún rencor, me queda el aprecio. Y con Rajoy, también algún momento divertido", reconoció. 

Era un día para la reflexión y el recuerdo edulcorado de lo que fue, pues en aquella época se hablaba de la era de la "crispación". Este lunes el tono de Zapatero era muy distinto, uno que sólo se suele reproducir en el Congreso cuando han pasado los años y el tiempo ha enfriado las discusiones del momento.