Jordi Turull, secretario general de Junts, ha celebrado el acuerdo ratificado hace unos días por el Gobierno y su partido para traspasar las competencias en materia de inmigración y control de fronteras al Govern de la Generalitat. Y ha afirmado que dicho pacto incluye "requisitos" en "materia lingüística", a pesar que desde el Ejecutivo central se ha negado en varias ocasiones que el conocimiento del catalán vaya a ser obligatorio para obtener el permiso de residencia.
"Para que nadie piense que nos salimos por la tangente, quiero dejar claro que defendemos y defenderemos que el conocimiento de la lengua sea un requisito", ha prometido Turull en un artículo publicado este martes en el diario La Vanguardia. "De la misma manera que cuando una persona llega a Zamora se le pide el castellano para acreditar arraigo, si esta persona decide arraigar en Cataluña es lógico que se le pida por el catalán".
El secretario general de Junts y número dos de Carles Puigdemont ha añadido que "sin integración no hay progreso, y sin integración no hay nación. Y queremos el progreso de todo el mundo y que perviva la nación, también en beneficio de todo el mundo".
Turull, al anunciarse el pacto con el PSOE, ya insistió en que el catalán "tendrá que ser un requisito para los diferentes permisos". La portavoz de la formación independentista en el Congreso, Míriam Nogueras, se manifestó en la misma línea: "¿Se va a pedir que la lengua sea un requisito? Claro que sí, estamos en Cataluña y hay una lengua oficial que es el catalán. Igual que, si te vas a vivir a Francia, el requisito es aprender francés".
Los ministros del Gobierno llevan desde entonces defendiendo todo lo contrario. Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, dijo que se trata de "un debate inexistente con el simple hecho de leer la proposición de ley". Elma Saiz, ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, añadió que "la lengua no es un requisito para denegar un permiso, expulsar a una persona de nuestro país o para prohibirle la entrada".
En el artículo, Turull ha defendido la propuesta de ley orgánica para la delegación de competencias en materia de inmigración y ha cargado contra todas las voces que se han manifestado en contra y la han calificado de "racista": "Mucha gente se ha sorprendido por esta reacción y, sobre todo, porque quien ha sido más visceral ha sido la izquierda supuestamente progresista. Ninguna sorpresa. A menudo, cuando se trata de Cataluña, afloran las más bajas pasiones y el españolismo o el anticatalanismo más recalcitrante. Y desgraciadamente, estos sentimientos son transversales en el panorama político".
También ha opinado que el catalán se encuentra "hoy en situación de emergencia" y que la delegación de competencias permitirá a Cataluña tener "las herramientas y más soberanía" para abordar "una serie de retos demográficos que marcarán su futuro social, económico, territorial y nacional".
Sobre las competencias en inmigración, Turull ha expresado que será el Parlament y las fuerzas políticas allí representadas serán las que tendrán que "decidir sobre aspectos esenciales", desde "la contratación en origen hasta las políticas de acompañamiento a los menores que llegan a nuestro país o la creación de la ventanilla única que agilice y facilite los trámites para las autorizaciones de residencia".