
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este jueves en Bruselas, en el Consejo Europeo. EFE
Sánchez ya ha comunicado a algunos de sus ministros que renuncia a que haya Presupuestos en 2025
No ha habido ningún contacto con sus socios parlamentarios y sabe que la izquierda no apoyará el gasto militar, pero aún mantiene la ficción.
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Un destacado e ilustrado miembro del equipo más cercano a Pedro Sánchez explica en reuniones internas de Moncloa la situación del Gobierno con un símil zoológico atrevido: los tiburones necesitan para sobrevivir el movimiento permanente, mientras que el besugo debe vivir en la quietud, sin arriesgar en sus movimientos.
Según su razonamiento, el actual Gobierno se asemeja al besugo, porque está obligado a limitar sus movimientos. Y es que cada envío de iniciativas al Parlamento supone asumir un riesgo en cada votación. Sólo hay que dar pasos que ya hayan sido medidos y por eso no puede ser tiburón.
Esa situación se constató este jueves en las votaciones adversas y atropelladas del Congreso y explica que Sánchez haya tomado la firme decisión de cumplir los compromisos adquiridos para subir el gasto militar sin someterlo a votación alguna en el Parlamento, por el riesgo de perder.
Explica también el freno que Moncloa impone a iniciativas de los ministerios que no tienen garantizado su apoyo y, sobre todo, la resistencia de Sánchez a presentar en el Congreso los Presupuestos Generales del Estado de 2025, contraviniendo de nuevo el imperativo artículo 134.3 de la Constitución.
Fuentes del Gobierno aseguran que Sánchez ya ha comunicado a algunos ministros su decisión de no enviar las cuentas al Congreso ante la imposibilidad de sacarlos adelante. Queda en el aire si lo intentará en otoño para abordar los de 2026.
Ya en diciembre, miembros del Gobierno entendían que era mejor esperar a otoño para abordar las cuentas de 2026, porque no era realista creer que se iban a culminar las negociaciones antes de junio de este año, como adelantó EL ESPAÑOL.
Los Presupuestos en vigor se aprobaron en 2022, es decir, en otra legislatura y por un Parlamento distinto, algo que no había ocurrido nunca en Democracia.
No hay negociaciones
Esa decisión, aún no oficializada, contradice muchas declaraciones del propio presidente del Gobierno y de su número dos, María Jesús Montero, en las que aseguraban que aunque no tuvieran garantizados los apoyos remitirían el Presupuesto al Congreso. Ahora quieren evitar una derrota en una votación sobre este asunto.
Sánchez dijo que se presentarían en el primer trimestre de 2025, pero la decisión es no hacerlo, tras constatar que los socios de investidura no están dispuestos a apoyarlos. Sobre todo tras el acuerdo en la Unión Europea para aumentar el gasto militar.
De hecho, no hay ninguna negociación en marcha y ni siquiera los ministerios han hecho los trabajos previos para preparar las cuentas.
Públicamente, el Gobierno vive en la ficción y el argumentario sigue siendo que no lo dan por perdido y que lo intentarán, tal y como explicó este jueves la propia vicepresidenta primera, María Jesús Montero.
El propio Sánchez se remitió en la rueda de prensa posterior al Consejo Europeo en Bruselas a las palabras de Montero "Estamos hablando con los grupos y trabajando con ellos y no renunciamos a presentarlos". No obstante, añadió que "con los que tenemos (los de 2023) estamos liderando el crecimiento en las principales economías avanzadas, cuando empleo y dentado respuesta a la rotección social. No nos rendimos. Queremos aprobar los presupuestos y estamos trabajando en ello. Vamos a sudar la camiseta".
Sin embargo, ninguno de los partidos con los que podría aprobar los Presupuestos admite eso contactos con el Gobierno sobre Presupuestos. Incluso, con Sumar no hay contactos sobre los Presupuestos y, de hecho, la parte minoritaria del Gobierno de coalición ya sabe que no se presentarán.
A pesar de ello, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, aseguró este jueves en Telecinco: "Yo creo que la ministra de Hacienda debe de presentar los Presupuestos Generales del Estado (…) creo que esto debe de hacerse (…) si después no salen pues lógicamente habrá que tomar una decisión, pero la obligación del Gobierno es presentarlos".
De Belarra a Nogueras
Con Podemos tampoco hay contactos para hablar de las cuentas. Ni siquiera previsión de hacerlo. El Gobierno no está dispuesto a aceptar sus exigencias que se refieren a romper relaciones diplomáticas con Israel y a que se bajen los alquileres un 40%.
Esas exigencias iniciales se han multiplicado con el rechazo radical del partido de Ione Belarra a cualquier aumento del gasto militar.
Con ERC tampoco hay contactos y su líder, Oriol Junqueras, aseguró el lunes en TVE que "el Partido Socialista entenderá la bondad de cumplir con los acuerdos, porque si no, no solo no tendrá Presupuestos en 2025, sino que no tendrá ninguna opción de tenerlos en 2026".
"No se van a atrever porque palman", aseguró gráficamente este jueves el portavoz parlamentario de ERC, Gabriel Rufián, al ser preguntado si el Gobierno va a presentar las cuentas de 2025.
Con Junts tampoco hay contacto sobre Presupuestos, según explican en este partido. Además, el Gobierno considera "un disparate" la exigencia de Carles Puigdemont para aprobarlos: 50.000 millones de euros de "deuda pendiente en infraestructuras” con Cataluña.
La portavoz de Junts en el Congreso de los Diputados, Míriam Nogueras, aseguró este miércoles que ve "muy difícil, si no imposible·, que "a estas alturas" haya Presupuestos para este año porque "cada negociación es complicada" y para que haya una negociación sobre este tema al Gobierno le quedan "muchos deberes por hacer aún".
El Gobierno hizo correr que el acuerdo sobre inmigración con Junts abría la puerta a la negociación de Presupuestos, pero ni siquiera ha dado un paso para abrir esa negociación.
Y Bildu y BNG están radicalmente en contra del aumento del gasto militar que se materializaría en esos Presupuestos. Ninguno de estos partidos de izquierdas parece dispuesto a asumir el coste de apoyar unos Presupuestos con el gasto militar incluido.