
Ione Belarra, secretaria general de Podemos, este lunes en una reunión de su formación en Madrid. Europa Press
Podemos resiste los movimientos para unificar la izquierda del PSOE y cree que Díaz busca su supervivencia
El partido de Belarra ridiculiza la oferta de unidad de la vicepresidenta de Sumar y considera que muestra que su proyecto político está acabado.
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La unidad de la izquierda es una especie de unicornio. Y en los últimos años, tras la ruptura entre Sumar y Podemos y las visibles tensiones personales entre sus dirigentes es, además, una bandada de unicornios pintados de rosa y volando por el cielo. Un imposible mítico del que se habla con la ilusión que define la primera acepción del diccionario.
Ahora ha sido Sumar, el movimiento de cuya dirección forma parte Yolanda Díaz, el que en su segunda asamblea en solo un año, ha sorprendido con un llamamiento a Podemos para ir juntos de nuevo. Incluso se les promete autonomía y primarias, es decir, lo que se les ofreció pero no tuvieron en 2023 cuando fueron juntos a las elecciones generales.
El llamamiento de Díaz ha sido recibido con una media sonrisa burlona por los dirigentes de Podemos, felices porque Sumar haya hecho que el titular de su asamblea sean ellos. Y con gesto de incredulidad por parte de otros partidos que conforman con el Movimiento Sumar el grupo parlamentario del Congreso.
Entienden fuentes de Podemos, partido que lidera Ione Belarra, que es una muestra de debilidad de Díaz y su equipo, que busca ganar oxígeno en un momento en el que todas las encuestas les dan pésimos resultados y cuando internamente provoca críticas de los partidos que forman la coalición Sumar. Es decir, Más Madrid, Izquierda Unida, Compromís y los Comunes.
Algunas de esas formaciones están inquietas por la falta de proyecto de Sumar y las dudas sobre el liderazgo. En concreto, porque Díaz es la líder del espacio en el Gobierno y como tal negocia con Pedro Sánchez y, al tiempo, da un paso atrás en la actividad orgánica. Nadie sabe qué querrá hacer en el futuro.
"Yolanda Díaz se siente ahora muy débil y recurre al histórico mantra de la unidad de la izquierda", aseguran en Podemos. Dirigentes de partidos de Sumar comparten esta idea. Es decir, que la vicepresidenta ha sacado a relucir el unicornio pintado de rosa y volando por el cielo cuando se ha visto en problemas.
Aseguran los de Belarra que ahora Podemos tiene capacidad y libertad para manejar la bandera de la izquierda, sin las ataduras que tuvo estando en el Gobierno, y que no tiene la más mínima intención de converger con Díaz y los suyos.
Hay que añadir los odios personales cruzados entre los de la vicepresidenta segunda y los de Belarra, Irene Montero y Pablo Iglesias.
"Plataforma inservible"
Todas la fuentes de este partido consultadas explican que Sumar es "una plataforma inservible" y aseguran que el proyecto de Díaz, que nació para sustituir a Podemos, está ya muerto y no es viable. La vicepresidenta carece de apoyo y poder orgánico, y su poder es sólo el de su presencia en el Gobierno, difícil de repetir en el futuro. Eso sí, ayudada por apoyo mediático y, por supuesto, por el presidente del Gobierno, según Podemos.
El propio Iglesias puso voz a esta posición asegurando este lunes en Radio Nacional que algunos de los miembros de Sumar acabarán en el PSOE.
Gran parte de la estrategia de Podemos en los últimos meses consiste, precisamente, en confrontar con Sumar para presentarse como la única izquierda que realmente puede decir que lo es.
Y se incrementará en los próximos meses a medida que Díaz y los suyos tengan que aceptar decisiones del Gobierno, por ejemplo, vinculadas al gasto militar. En ese escenario, Podemos tendrá vía libre para defender esa bandera.
Sólo desde esa posición, Belarra puede tachar a Sánchez de "señor de la guerra", para enfado del presidente del Gobierno. En palabras de Pablo Echenique, la respuesta de Podemos a Yolanda Díaz es un "señora, suélteme el brazo".
Desde hace meses, sí hay algunos movimientos en partidos de Sumar para buscar acuerdos futuros, sobre la idea de que, tal y como están ahora las cosas, puede resultar imposible reunir con el PSOE los suficientes escaños para repetir un Gobierno de coalición tras las próximas elecciones generales.
En esos movimientos se han propuesto ideas como coaliciones con personalidades al frente, por ejemplo, algún dirigente sindicalista.
Podemos lo ve con escepticismo, tras el experimento fallido de Sumar, y se deja querer. Y entiende que Díaz y su equipo sienten ahora terror al vacío, es decir, a quedarse al margen.
El PSOE no es ajeno a algunas de esas gestiones, bajo la alarma de una división a su izquierda que haga imposible reeditar el Gobierno de coalición.