El director de cine porno Ignacio Allende, alias Torbe, no tenía escrúpulos a la hora de grabar sus vídeos. Así se ha ido poniendo de manifiesto a través de las múltiples declaraciones de diversas jóvenes que han narrado ante la Policía cómo el director y actor pornográfico se aprovechó de ellas y después las extorsionó. El último en atreverse a acudir a la Policía ha sido el padre de una joven con discapacidad psíquica a quien Torbe, a través de su productora Perroflauta, habría grabado un vídeo.
El padre de la chica acudió el pasado 23 de junio, tras conocer que Torbe había sido arrestado por varios delitos relacionados con la pornografía y trata de seres humanos, únicamente para poner en conocimiento de los investigadores hasta donde era capaz de llegar el director de cine con tal de ganar dinero a través de chicas necesitadas. En su caso se agravaba porque su hija padece un Trastorno Límite de Personalidad, que le había llevado a estar ingresada en un centro especializado.
Su enfermedad le había acarreado “graves problemas”, desde el consumo de drogas como el éxtasis o la cocaína, hasta varios intentos de suicidio. La joven tuvo que ser ingresada en un centro especializado para tratar su enfermedad hasta que los terapeutas decidieron que era el momento de intentar integrarse de nuevo en el hogar familiar.
Empeoró tras la grabación
De la declaración del padre ante la Policía se desprende que la chica estaba muy controlada para evitar que pudiera acceder a dinero y así poder comprar ninguna droga que pudiera hacerle empeorar en su enfermedad. Sin embargo, pocas semanas después de que la joven volviera a su casa comenzó a sufrir una crisis muy grave, consistente en agresividad extrema, mutismo, tendencia a escaparse de casa así como tendencia al consumo de estupefacientes.
El padre acudió a los terapeutas de su hija para intentar averiguar qué le ocurría y así descubrió que el motivo de esa crisis estaba causado por un episodio vivido por la joven semanas antes, coincidiendo con la reintegración a su hogar, cuando fue grabada realizando varios vídeos de carácter pornográfico para la productora, editora y distribuidora de vídeos porno Perroflauta S.L., propiedad de Torbe.
El progenitor de la chica supo entonces que la intención del director de cine era publicar el contenido en unos meses y reaccionó para evitar que saliese la imagen de su hija en tales circunstancias. Así, acudió a un Juzgado de Primera Instancia de Madrid solicitando medidas cautelares para evitar que se colgara el vídeo en Internet.
Compró los derechos
El padre de la chica consiguió que el Juzgado, dado las circunstancias y la enfermedad de la chica, decretara la ocupación de los vídeos grabados por su hija. Sin embargo, el hombre no confiaba que la orden judicial fuera suficiente para parar los pies a Torbe y decidió pagarle 8.000 euros mediante un cheque bancario y tras la firma de un acuerdo privado con la productora Perroflauta S.L, con el fin de “comprar” los derechos sobre los citados vídeos pornográficos en los que aparece su hija, con el único fin de que dichos vídeos no vieran la luz en ningún momento.
El padre de la chica está convencido que los dirigentes de la productora Perroflauta se aprovecharon de la situación médica y psicológica en la que se encontraba su hija para convencerla de grabar los vídeos, dado que en ese momento se encontraba en una situación de “dependencia absoluta de sustancias estupefacientes, así como en una fase agravada de su Trastorno Límite de la Personalidad por desarraigo social y familiar, y que asimismo, y precisamente con el fin de evitar que tuviera acceso a la compra de sustancias estupefacientes es por lo que su hija no tenía ninguna manera de conseguir dinero”, explicó el padre a la Policía.
Este hombre no quiere personarse como acusación en la causa contra Torbe pero sí quería poner en conocimiento de la Policía su vivencia. Hay otros padres, como los de la menor a la que obligó -según la versión de ésta- a grabar vídeos pornográficos con él que sí han decidido actuar contra el director.
Su historia también ha sido puesta en conocimiento de los investigadores y precisamente al tratarse de una menor en el momento de los hechos los actos se agravan. Según la narración de la chica ante la Policía, fue extorsionada y forzada a grabar una serie de vídeos para evitar que Torbe enviara a sus padres unas fotos de ella desnuda, que envió para hacer una prueba aunque después se arrepintió.
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