Un hombre de 56 años ha aceptado una pena de cinco años y medio de cárcel tras llegar a un acuerdo con el fiscal sobre el delito de homicidio intentado del que ha sido acusado.
El condenado se ha conformado con los hechos delictivos que el fiscal le atribuía y que se produjeron en la Comisaría de Marítimo en la tarde del 27 de enero de 2016. En la mañana de ese día el hombre, Miguel S., había tenido un incidente de tráfico con otro conductor y, personada la Policía, le había inmovilizado el coche por no tener en vigor la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).
Por la tarde, Miguel S. fue a presentar una denuncia en la Comisaría por la inmovilización de su vehículo. El agente que le atendió le explicó que esa actuación policial no era motivo de denuncia, aunque sí podía presentar una queja en otras dependencias.
Miguel S. se encaminó hacia la salida y, de forma sorpresiva, extrajo de una funda que llevaba sujeta la cinturón un cuchillo de cerámica de 12 centímetros. Súbitamente se dirigió hacia un policía que estaba de espaldas y "mientras con un brazo le inmovilizaba por detrás al tiempo que le alzaba el cuello, con la mano en la que portaba el cuchillo iniciaba de forma decidida la trayectoria horizontal de izquierda a derecha con la intención de hacerle un corte en el cuello que le ocasionara la muerte", relata la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Valencia.
En un movimiento reflejo, el policía agarró el cuchillo y forcejó con el acusado, cayendo ambos al suelo. Miguel S. fue detenido por otros agentes, no sin oponer una "gran resistencia".
El tribunal considera probado que el condenado había sido tratado en el pasado de un trastorno bipolar y un trastorno de personalidad, aunque en el momento de los hechos no sufría ningún brote que mermara sus capacidades cognoscitivas ni volitivas.