Andrés D. trabajaba como traumatólogo en el hospital público Doce de Octubre, de Madrid, hasta que en el año 2013 el centro detectó que este médico había falsificado la firma de varios de sus colegas para autorecetarse Rubifen, un psicotrópico que algunos expertos le atribuyen efectos similares a la cocaína o anfetamina y utilizado en niños con Trastorno de Déficit de Atención por Hiperactividad (TDH). La Audiencia Provincial de Madrid le acaba de condenar a dos años de prisión después de que el facultativo haya reconocido los hechos y aceptado una conformidad con la Fiscalía.
Según los hechos probados, el acusado, por su condición de médico traumatólogo del Doce de Octubre, tuvo acceso e hizo uso de diversos sellos oficiales asignados a dos compañeros suyos. Estampó esos sellos en 147 recetas médicas oficiales del Sistema Nacional de Salud y falsificó la firma de los otros médicos, “rellenando como paciente el nombre del acusado o su cuñado y en los que prescribió como medicamento Rubifen 20 mg, medicamento que el acusado destinaba a su propio consumo sin que ningún facultativo se lo hubiera prescrito”.
En el juicio celebrado este miércoles ante la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Madrid, Andrés D. reconoció las acusaciones de la Fiscalía para obtener una rebaja de la petición de pena inicial del Ministerio Público, que solicitaba para él cuatro años y siete meses de prisión por un delito de falsedad en documento oficial en concurso medial con otro de estafa.
Ha devuelto el dinero
Tras su reconocimiento de hechos, el fiscal le ha aplicado la atenuante de reparación del daño después de que haya pagado 453 euros a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid por el precio de los medicamentos adquiridos ilícitamente y por lo que ha rebajado la pena hasta los dos años de prisión. Tras asumir todas las partes la conformidad, el tribunal ha anunciado la firmeza del fallo, que no podrá ser recurrido.
Este médico ha sido inhabilitado durante un año y nueve meses para ejercer la medicina en la Seguridad Pública, además de imponerle una multa de seis meses a razón de siete euros diarios, que suma 1.260 euros.
Durante la vista, el traumatólogo se ha declarado autor de los hechos. El fiscal no se ha opuesto a la pretensión de su defensa de que se suspenda la pena privativa de libertad y evitar así su ingreso en prisión, dado que la pena no supera los dos años de cárcel, no tiene antecedentes penales y no hay perspectiva de que vuelva a recaer.
Recuperado de su adicción
El representante del Ministerio Público ha apoyado tal suspensión tras acreditar que Andrés D. se ha recuperado de su adicción a la sustancia y está desintoxicado. “En principio, no habiendo oposición, parece que la suspensión será concedida por este tribunal. Pero si vuelve a delinquir tendrá que cumplir la nueva condena y esta”, le advirtió el presidente del tribunal.
Según consta en el relato de hechos de la Fiscalía, este traumatólogo estaba 'enganchado' a Rubifen, nombre comercial del metilfenidato, medicamento clasificado como psicotrópico, estimulante del sistema nervioso central. Entre enero y mayo de 2013, este médico no sólo falseó la firma de sus compañeros sino que él mismo se recetó el medicamento, “destinado a su propio consumo”.
Tras obtener las recetas, acudía a distintas farmacias de Madrid para evitar levantar sospechas, y presentando su DNI y número de la Seguridad Social, conseguía el medicamento en cuestión. Este consumo llegó a ser perjudicial para el acusado, afectando a su salud física y mental, “y que afectaba a sus capacidades cognitivas en contextos de intoxicación”.
Según la Agencia Americana Antidroga (DEA), el metilfenidato “tiene un alto potencial para el abuso y produce muchos de los mismos efectos que la cocaína o las anfetaminas. El abuso de esta sustancia ha sido documentado entre adictos a los narcóticos quienes disuelven las tabletas en agua y se inyectan la mezcla”.