El juez manda a la cárcel al dueño de los perros que mataron a dentelladas a un hombre en Alicante
Se trata de un ciudadano holandés y el instructor, que le acusa de un delito de homicido imprudente y maltrato animal, aprecia riesgo de fuga.
26 mayo, 2017 15:07El Juzgado de Instrucción número 3 de Dénia (Alicante) ha ordenado prisión provisional comunicada y sin fianza para el dueño de los cinco perros que atacaron mortalmente a un hombre, de 76 años, en un huerto de la localidad de Beniarbeig. El sospechoso, un ciudadano holandés, fue detenido el pasado jueves, aunque la muerte de la víctima se produjo en febrero.
El magistrado, que este viernes ha tomado declaración al detenido, ha encontrado indicios de que delitos de homicidio imprudente y maltrato animal.
Además de la gravedad de los delitos y de la pena que llevarían aparejada en caso de condena, el juez considera que hay un “peligro fundado” de que el hombre influya en testigos de los hechos o en la práctica de nuevas diligencias de la investigación.
En el auto de prisión, el instructor añade que existe riesgo de fuga ya que el investigado no tiene arraigo en España ni está acreditada cuál es su situación personal, familiar, económica ni social.
Los hechos sucedieron el pasado mes de febrero en Beniarbeig (Alicante) cuando la Guardia Civil localizó el cadáver de un hombre en un campo de naranjos, con numerosas mordeduras y desgarros por todo el cuerpo.
Causa de la muerte
Las primeras sospechas recayeron sobre cinco perros de raza potencialmente peligrosa propiedad de un vecino holandés de la víctima, que vivía a unos 400 metros de la zona del suceso.
Desde que ocurrieron los hechos se han practicado diversas diligencias encaminadas a determinar si el hombre murió a consecuencia del ataque, o bien ya había fallecido cuando los canes le mordieron.
El resultado de la autopsia concluye que la víctima murió por mordedura de animal y las pruebas de ADN determinan la existencia de restos de sangre de la víctima en las muestras tomadas a los perros.
Los animales, que fueron sacrificados, presentaban heridas que, presumiblemente, se habían causado entre ellos al atacarse entre sí, motivo por el que el juez imputa al propietario un delito de maltrato animal.