Manuel Moix ha presentado esta mañana su renuncia "irrevocable" al cargo de fiscal anticorrupción, para el que fue nombrado hace 87 días, el pasado marzo, y el fiscal general la ha aceptado porque no ha podido "convencerlo para que se quede".
José Manuel Maza y Moix han celebrado un reunión en la que el fiscal general le ha expresado que no hay ningún motivo para que deje el cargo, pero el fiscal anticorrupción ha insistido en que las presiones que está recibiendo, aunque considera que se basan en noticias infundadas, han generado un clima que perjudica la imagen de la Fiscalía e impide realizar un trabajo sosegado.
El detonante para que Moix tire la toalla ha sido la trascendencia de la polémica a su familia. En las últimas horas, incluso los hijos del fiscal anticorrupción han recibido mensajes contra su padre y preguntando por "el dinero de Panamá". Es una situación "personalmente insostenible que le ha afectado mucho", explican.
En una breve comparecencia de prensa sin aceptar preguntas, el fiscal general ha dicho con rotundidad que "no ve ninguna ilegalidad ni irregularidad, ni siquiera desde el punto de vista de la incompatibilidad" en la conducta de Moix en relación con la posesión del 25 por ciento de la sociedad heredada de su padre, desvelada el pasado lunes por EL ESPAÑOL.
"Por ser titular de una participación en una sociedad no existe ninguna incompatibilidad", ha insistido Maza. "Los que saben de esto saben que lo que se trata de impedir es que un servidor publico intervenga en el mercado, pero el hecho de ser poseedor de un bien, que aunque fuera en el extranjero pagaba impuestos, es regular".
"No existen motivos, ni existen, para el cese", ha añadido, y "sería de justicia que siguiera ejerciendo el cargo, pero no puedo obligar a nadie que me alega problemas personales a seguir ejerciéndolo".
Maza, que ha señalado que Moix ha ejercido como fiscal anticorrupción "a plena satisfacción", ha confirmado que, tras fracasar en intentar convencerle para que siga, va a admitir su renuncia.
El fiscal general ha aprovechado su comparecencia para reclamar respeto ala autonomía del Ministerio Público. "El argumento para [pedir] la dimisión de un posible daño a la imagen pública debería ceder ante algo más importante, que es el fondo de la institución, su autonomía", ha dicho.
"La Fiscalía debe ser independiente no sólo del Gobierno, sino también de todos los poderes del Estado y otras instituciones. Sólo se debe al imperio de la ley y no debe ser influida por nada más", ha concluido en una alusión que se ha entendido referida también a los medios de comunicación.