El expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, participó directamente en la puesta en marcha de la red de guarderías que la familia González habría utilizado, presuntamente, para blanquear dinero de origen ilícito. Él mismo puso en contacto a la socia salmantina del negocio de las guarderías, Carmen Pilar Pazos Bejarano, con su esposa Lourdes Cavero Mestre, según ha podido saber EL ESPAÑOL de fuentes de la investigación.
Los hechos que prueban su participación en la puesta en marcha de esta presunta trama de blanqueo que investiga el juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, se remontan a junio de 2016. Concretamente, al 14 de junio de 2016. Aquel día, el expresidente de la Comunidad de Madrid "tomó un café" con la salmantina Carmen Pilar Pazos Bejarano en el restaurante madrileño NO, muy próximo al paseo Recoletos. Allí mismo, se interesó por la trayectoria de la empresaria que este miércoles ha declarado en la Audiencia Nacional como investigada en el marco de la Operación Lezo. La mujer presidía en aquel momento la empresa Grupo Mis Pollitos SL, una red de guarderías de gestión propia, pública y privada constituida en Salamanca en 2010 y que en 2015 tuvo un balance de ventas de 1,4 millones de euros.
Según ha podido saber este diario, González (en prisión incondicional desde el 21 de abril) transmitió a la empresaria el interés de su mujer Lourdes Cavero por su negocio. Le pidió su teléfono y al día siguiente ella misma se puso en contacto con la profesora de guardería. Lo hizo por teléfono y a través de un correo con el membrete del despacho de abogados LC&AG Global, donde trabajaba como consultora.
La empresaria salmantina se había reunido esa misma mañana con los representantes del fondo de inversión madrileño Weston Hill, interesados en los negocios de guarderías. Después de la reunión, fue a comer con uno de los inversores al restaurante NO del callejón de Puigcerdá (ahora cerrado) muy frecuentado por Ignacio González y su esposa. Allí mismo y espués de comer fue donde tuvo lugar el breve encuentro, al parecer no planeado, con el expresidente de la Comunidad de Madrid.
Se da la circunstancia de que tras la puesta en marcha del restaurante NO se encuentra Jaime Antoñanzas de Toledo, empresario madrileño que también ha declarado este miércoles en la Audiencia Nacional como investigado en la pieza 5 del caso Lezo, relativa a los hechos relacionados con el blanqueo de capitales.
Una versión contraria
Esta secuencia de hechos desmontaría la declaración de la esposa de Ignacio González este mismo lunes ante el juez Castellón. A preguntas de la Fiscalía, Lourdes Cavero defendió que "en casa no habla de negocios con su marido y que nunca ha manejado dinero negro". EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con el despacho del abogado que defiende a Ignacio González para confirmar estos hechos, pero no ha obtenido respuesta.
Sin embargo, según la información a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, la esposa de Ignacio González se habría puesto en contacto con Pilar Pazos Bejarano pocas horas después del citado encuentro de junio con su marido. Llamó a la empresaria salmantina la mañana del 15 de junio y ese mismo día comenzaron a intercambiarse correos para poner en marcha un nuevo negocio.
En diciembre de 2016 constituyeron la sociedad Grupo Empresarial Chickies SL, dedicada al "cuidado diurno de niños" y en la que también entraron a formar parte Pilar Cavero (la hermana de Lourdes Cavero), las sobrinas de Ignacio González y Lourdes Cavero, Letizia y Rocío Bonet Cavero, la madrastra de éstas, Pino Escudero del Castillo, y Alberto Pérez de la Sal, el promotor inmobiliario que vendió al expresidente de Madrid y a su esposa un chalet de 450 metros cuadrados en el barrio de Aravaca y que también fue consejero de Cofely, una de las empresas investigadas en la Operación Púnica.
Pérez de la Sal, que nunca llegó a tener contacto físico con Carmen Pazos Bejarano, se convirtió en el enlace permanente vía correo electrónico entre la empresaria y Lourdes Cavero. En la constitución de Chickies SL se acordó que Lourdes Cavero aportase su know how para hacer negocios y 500 euros para la constitución de la sociedad. Además, se encargaría de atraer a los inversores que aportarían 400.000 euros. Carmen Pazos Bejarano pondría las unidades productivas de su empresa. Es decir, las guarderías.
Estos datos coinciden con una de las conversaciones entre Ignacio González y su hermano Pablo manejada por la Unidad Central Operativa (UCO) en el marco de la investigación de la Operación Lezo que adelantó este diario.
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Desde julio de este año, una empresa liquidadora gestiona la sociedad Grupo Empresarial Chickies SL, que adeuda más de dos nóminas a los 32 trabajadores de las tres guarderías que actualmente la conforman.