La activista de Femen Rosa María Molina, que atentó contra el exministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, durante un acto que éste presidía en Madrid en abril de 2015, ha aceptado una pena de un año de prisión y el pago de una multa diaria de 6 euros durante seis meses por un delito de atentado contra la autoridad y dos faltas de lesiones y de desórdenes públicos.
Este lunes se ha celebrado el juicio contra la activista de Femen en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Madrid. La joven ha reconocido los hechos de los que se la acusaba: el 23 de abril de 2015 acudió a un acto que se celebraba en el salón de actos del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid. El entonces ministro de Interior presidía una charla sobre la vida y obra de Santa Teresa de Jesús. La joven se levantó de su asiento, se quitó la ropa de cintura para arriba y mostró el torso desnudo en el que llevaba escrito con tinta negra el mensaje "violador de libertades". En su espalda también se podía leer: "no a las mordazas".
Mientras mostraba esos mensajes preguntó a gritos a Fernández Díaz si sabía lo que era una Constitución y emprendió una carrera a gran velocidad hacia él, lanzándole un ejemplar de la Constitución. Los policías nacionales que había en la sala impidieron que el libro impactara contra el ministro y la contuvieron. Ella se revolvió provocando lesiones contra los agentes, según la acusación de la Fiscalía.
El Ministerio Público solicitaba una pena de un año y tres meses de prisión y dos multas de ocho meses cada una, con una cuota diaria de ocho euros, por los delitos de desórdenes públicos y atentado.
Tras la declaración de la acusada -que ha reconocido los hechos aunque ha sostenido que en ningún momento usó la violencia y que quiso ejercer su libertad de expresión- el fiscal ha rebajado su petición de 15 meses a un año de prisión al retirar la acusación por desórdenes públicos, manteniendo la de atentado. La defensa ha pedido que la multa quede en 360 euros.
A la salida del juicio, la activista de Femen ha atendido a los medios de comunicación, a los que ha dicho que está satisfecha con el resultado del juicio. La activista ha caído, sin embargo, en una contradicción. Mientras su abogado ha pedido en el juicio que se reduzca su multa económica a dos euros diarios porque "es estudiante" y ella misma ha contestado al fiscal que "no trabaja", a la salida del juicio ha dicho que "es azafata de vuelo y que a ver qué pasa ahora, después del juicio", preguntada por su situación laboral.