El único acusado de asesinato por el doble crimen de Almonte (Huelva) en el que murieron Miguel Ángel Domínguez y su hija de ocho años, María Domínguez, ha sido absuelto. La magistrada presidenta del tribunal del jurado popular que declaró no culpable al único acusado, F.J.M, ha dictado la correspondiente sentencia absolutoria. EL ESPAÑOL ha tenido acceso a la sentencia de la juez Carmen Orland, contra la que cabe recurso y en la que explica que no hay pruebas suficientes para declarar culpable al único acusado.
La juez considera que el veredicto del jurado popular está "motivado suficiente y razonadamente" por cuanto "contiene los elementos y razones de juicio que permiten conocer cuáles han sido los criterios que fundamentan la decisión de inculpabilidad".
El jurado emitió su veredicto de inculpabilidad el pasado 6 de octubre. Este jueves, en la sentencia absolutoria, la juez argumenta que no solo se han valorado las pruebas presentadas durante el juicio oral, sino también las declaraciones de dos testigos que sitúan al acusado en su lugar de trabajo en el momento que se habría producido el doble asesinato.
Miguel Ángel Domínguez y María Domínguez murieron el 27 de abril de 2013. Aquel día, padre e hija se encontraban en su casa cuando alguien entró en el domicilio hacia las diez de la noche y les acuchilló en múltiples ocasiones. Ambos murieron desangrados. El cadáver del padre apareció con 49 heridas y el de la hija, con 105. El único acusado, FJM, mantenía una relación sentimental con la madre y exmujer de los fallecidos, Marianela Olmedo, con la que también compartía trabajo en un supermercado de Almonte. Ésta rompió su relación con su marido y se trasladó del domicilio familiar a raíz de la relación con el acusado. Desde que su hija y exmarido aparecieron muertos sufre un trastorno ansioso depresivo y está incapacitada permanentemente.
Falta de pruebas
El Tribunal del Jurado que ha participado en el juicio han encontrado no culpable al acusado del delito de asesinato de Miguel Ángel Domínguez y de su hija de ocho años. Estiman que "los elementos probatorios en que se apoyan las hipótesis acusatorias no son suficientes para afirmar la participación del acusado en las muertes violentas de las víctimas, sin margen de duda razonable, frente a su versión exculpatoria".
No consideran probado que el hombre accediera a la vivienda de las víctimas a las 22 horas, cuando se produjo el asesinato. Para su decisión han sido clave las declaraciones de dos compañeras de trabajo. El acusado trabajaba en un supermercado de Almonte, donde también era compañero de Marianela Olmedo, madre y exmujer de las víctimas, con la que mantenía una relación sentimental.
Las dos compañeras de ambos (una de ellas mantuvo también un largo noviazgo con el acusado) declararon que le vieron en el supermercado minutos antes de que se produjera el asesinato. Una de ellas declaró que "le había visto en la sección de carnicería a las 21.40 horas" y la otra que "el acusado estaba entre las 22 y las 22.10 horas en las inmediaciones del supermercado".
Con referencia a la hora aproximada que los médicos forenses estiman que se produjo el asesinato (22.00 horas), los miembros del jurado consideran que habría sido imposible que el acusado hubiera salido de su puesto de trabajo, hubiera cometido el asesinato y volviera al supermercado, donde le sitúan los testigos minutos después de la muerte violenta de las víctimas.
El ADN del acusado coincidió con el encontrado en las toallas del baño de las víctimas, aunque estas toallas fueron lavadas por Manianela Olmedo en su casa y puesto que ella y el acusado mantenían una relación "podría tener una explicación que no fuera la de su presencia en el escenario del crimen", puesto que el informe elaborado por el Instituto Nacional de Toxicología para comprobar estos restos de ADN ve igual de posible que llegaran a las toallas de manera directa o indirecta.