Dos imágenes antagónicas describen el inicio y el final del segundo juicio más largo de la historia de España después del caso Malaya: una sala de la Audiencia Nacional abarrotada, repleta de investigados, sus defensas, fiscales y magistrados aquel 4 de octubre de 2016 y una sala solitaria, con Francisco Correa como único interrogado, en mitad de un mar de sillas vacías.
Durante más de un año, en la pieza Época I del caso Gürtel, en la que se investigan los primeros años de la presunta corrupción en el seno del Partido Popular, se ha escuchado la declaración de políticos, empresarios e incluso el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que declaró como testigo un caluroso día del pasado julio y tuvo que responder a las incómodas preguntas sobre la presunta contabilidad B de su partido.
La última de las sesiones celebrada este viernes, como era de esperar, tampoco ha defraudado. El cabecilla y creador de las empresas de Gürtel ha sorprendido al Tribunal sacando a la palestra al primer juez que comenzó a investigar el caso, Baltasar Garzón, inhabilitado de la carrera judicial. Correa ha pedido su indulto por considerarle "una víctima como él". Así intentaba el cabecilla de la trama defender que ha sido utilizado por un sistema corrupto existente en España desde hace décadas.
Los momentos que pasarán a la historia
La intensidad del juicio del caso Gürtel ha dejado exhausto a su cabecilla, que este viernes estaba visiblemente desmejorado y con lapsus mentales continuos, aunque no ha sido el único. En la Audiencia Nacional han corrido lágrimas, como las de la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que recibía un día antes de declarar como testigo la imputación de su hombre de confianza, Ignacio González, por otra investigación por corrupción, la de la Operación Púnica. Aún así, tuvo fuerza para pronunciar aquella frase que todos recordarán: "Yo destapé la trama Gürtel".
También se ha roto en sollozos en más de dos ocasiones el exconcejal popular de Getafe, José Antonio Sáenz, que tuvo que dimitir de su cargo en la Empresa de la Vivienda de la ciudad por su imputación en Gürtel y desde entonces no ha vuelto a encontrar trabajo.
-Las mujeres que confiaban en sus maridos
Durante las 125 sesiones en las que se ha extendido el juicio, algunos acusados, como el extesorero del Partido Popular, Álvaro Lapuerta, han perdido (literalmente) la memoria. En su caso lo ha provocado la demencia, en otros, quizá ha sido el paso del tiempo.
Mientras unos perdían la memoria, otros perdían cualquier capacidad de decisión en el ámbito familiar. La esposa de Luis Bárcenas, Rosalía Iglesias, la exministra de Sanidad, Ana Mato y la esposa de Francisco Correa, Carmen Rodríguez Quijano, han dejado toda la responsabilidad de sus actos en manos de sus maridos, en quien confiaban ciegamente. Hasta tal punto lo hacía Rosalía Iglesias que firmó infinidad de documentos sin saber que con ellos autorizaba el envío de fondos a las cuentas de Suiza donde el extesorero del PP acumuló hasta 47 millones de euros.
Ana Mato, a la que la Fiscalía sitúa como partícipe lucrativo (igual que al Partido Popular en su conjunto) por las actuaciones de su marido Jesús Sepúlveda como alcalde de Pozuelo de Alarcón, siempre ha defendido que tenían cuentas separadas y que fue su marido quien recibió los regalos del grupo Correa, como fueron la organización de hasta tres fiestas infantiles y un viaje familiar.
-La caja B del PP queda "abrumadoramente acreditada"
La fiscal del caso, Concepción Sabadell, ha tenido que leer durante casi 9 años de investigación multitud de documentos, entre ellos la contabilidad paralela del Partido Popular que llevaba el extesorero Luis Bárcenas y que, según Sabadell, ha quedado "meridiana y abrumadoramente acreditada".
En su informe de conclusiones, la fiscal fue especialmente dura contra el Partido Popular en su conjunto, al que considera "partícipe lucrativo" de la corrupción en la contratación de servicios con las empresas de Correa, principalmente a través de los ayuntamientos de Pozuelo de Alarcón, Majadahonda y Estepona, así como otros servicios paralelos.
La fiscal también incidió en la "costosa reparación social" que tendrá la trama Gürtel. Durante el juicio se ha tomado declaración a 37 acusados. Las penas que se piden para los principales responsables suman varios siglos. El Ministerio Fiscal reclama 125 años de prisión para el cabecilla Francisco Correa, 85 años para su socio Pablo Crespo y 39 años de cárcel para el extesorero del PP, Luis Bárcenas.