Los ocho acusados de amenazar, acorralar y apalear a los guardias civiles Óscar A. y Álvaro C. y a sus novias, María José y Pilar, en el bar Koxka de Alsasua (Navarra) el 12 de octubre de 2016 se sientan a partir de este lunes en el banquillo. La Fiscalía pide para ellos penas de prisión que van desde los 50 a los 62 años por los delitos de lesiones terroristas y amenazas terroristas.
La celebración del juicio ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional da cuenta de la dimensión del caso, en el que no se juzga una pelea, sino el presunto linchamiento de un amplio grupo de personas relacionadas con la izquierda abertzale contra los guardias civiles, hacia los que desde hace 30 años ha existido un continuo acoso en la villa navarra, según el escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía.
El fiscal José Perals relata en dicho escrito que, a pesar del cese definitivo de la actividad armada de ETA, tanto dicha organización como los grupos de la izquierda relacionados con ella mantienen la actividad de Alde Hemendik (¡Que se vayan!) con la finalidad de "la expulsión de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de la Comunidad Autónoma Vasca y la Foral de Navarra, influyendo de manera negativa en la calidad de vida de los miembros de la Guardia Civil, así como en la de sus familiares y amistades como paso previo a su exclusión social".
De ahí que el Ministerio Fiscal solicite penas de hasta 62 años de prisión para los acusados, Ohian Arnanz, Jokin Unamuno Goicoetxea, Jon Ander Cob Amilibia, Julen Goicoechea, Adur Ramírez de Alda, Aratz Urrizola e Iñaki Abad y Ainara Urquijo. Tres de ellos continúan en prisión provisional.
Los hechos
El día 15 de octubre de 2016, los guardias civiles y sus novias -una de ellas vecina de Alsasua desde los 3 años de edad- fueron a tomar algo al bar Koxka de dicha localidad. Allí, uno de los acusados, acompañado de otros individuos, se acercaron a increpar al grupo por su presencia allí. A pesar de que éstos les pidieron que les dejaran en paz, la discusión fue subiendo de tono, otro de los acusados les empujó y les dijo "iros de aquí que os vamos a matar por ser guardias civiles". Una menor que acompañaba al agresor les dijo "no tenéis derecho a estar ahí", según recoge el escrito del Ministerio Público.
Hasta 25 personas llegaron a acorrarlarles, insultarles y a darles golpes, patadas y finalmente puñetazos en la cabeza que les provocaron contusiones múltiples y al guardia Óscar A. una rotura de tobillo. Ya fuera del bar, entre 20 y 25 personas formaron un pasillo y les dieron "todo tipo de golpes conforme lo cruzaban", relata la Fiscalía, "no auxiliándoles ninguna de las personas que se encontraban allí".
Cuando las patrullas de la Guardia Civil y la Policía Foral llegaron al lugar de los hechos una vez los servicios médicos habían atendido a los agredidos, "unas 50 personas muy alteradas" se encontraban en las proximidades del bar Koxka. Esa misma madrugada un grupo de personas se manifestó en las inmediaciones de la Policía Foral de Alsasua para manifestarse contra la detención de Jokin Unamuno Goicoetxea, así como hubo manifestaciones los días posteriores con mensajes contra la Guardia Civil.
Territorio comanche
Alsasua es sinónimo de territorio comanche para la Guardia Civil. La trayectoria del Instituto Armado en este municipio navarro -unos 7.000 habitantes y colindante con Guipúzcoa- se sostiene entre la hostilidad y la presión de ETA y su entorno. El punto de partida se sitúa en el 8 de enero de 1980, cuando un comando asesinó a balazos al ex guardia Sebastián Arroyo a las puertas de la fábrica Igartex, en la que trabajaba. Desde entonces, sus calles cuentan historias de desarticulaciones de grupos terroristas, algaradas y hasta un centenar de sabotajes contra los agentes y sus familias, todas ellas vertebradas bajo la campaña de hostigamiento Alde hemendik! (¡Fuera de aquí!, en euskera).
De 1980 saltamos a 1988. De un asesinato, a un intento de masacre. En esta ocasión, los terroristas plantaron un lanzagranadas en la ladera de un monte apuntando directamente a la casa cuartel de la Guardia Civil. Los agentes, precipitados por la explosión de los artefactos, abandonaron la vivienda en plena noche. Uno de ellos, el cabo primero José Aguilar, alcanzó una bomba trampa que los etarras habían ocultado entre la maleza. Perdió la pierna, víctima de la deflagración.
El entorno de ETA, y no directamente la banda terrorista, asumió desde entonces la campaña de acoso contra la Guardia Civil. La organización juvenil Jarrai actuó como dinamizadora. El escrito de acusación de la fiscalía cuantifica un centenar de sabotajes contra el Instituto Armado: piedras al paso de los coches patrulla, cócteles molotov contra las instalaciones castrenses, artefactos caseros…
Además, el nombre de Alsasua ha estado relacionado con 11 desarticulaciones de comandos terroristas efectuadas por la Guardia Civil. El comando Aralar fue capturado en 1978 entre Alsasua y Pamplona; en este municipio también fueron detenidos los miembros de los grupos Beriain, Aritza y Burunda. Otros nombres destacados de la banda, como el jefe del aparato político Vicente Goikoetxea Barandiaran -detenido en 2001-, nacieron en la villa navarra.
El informe de la Fiscalía recoge en cierto modo este contexto para justificar que los sucesos que tuvieron lugar en el bar Koxka de Alsasua en octubre de 2016 fueron algo más que una pelea nocturna.
Manifestación por la "justicia"
Miles de personas, 35.000 según la delegación del Gobierno, han participado este sábado en una manifestación en la que han pedido "justicia" para los encausados por la agresión a dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua, y han defendido que "no es terrorismo".
La manifestación, convocada por los familiares de los encausados agrupados en Altsasu Gurasoak y la plataforma vecinal Altsasukoak Aske, se celebra dos días antes del inicio del juicio, este lunes en la Audiencia Nacional. La marcha ha partido pasadas las 17.30 horas de la Plaza de Europa, junto a los cines Golem, y ha recorrido la avenida Bayona, la avenida del Ejercito, Baja Navarra, Carlos III para finalizar en la Plaza del Castillo donde se ha leído un comunicado.
La movilización ha contado con el apoyo oficial del Parlamento de Navarra que el pasado lunes aprobó una declaración institucional, con el voto a favor de Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra, y la oposición de UPN, PSN y PPN, en "apoyo" a esta manifestación. También se ha adherido el Gobierno de Navarra, con la presencia de su portavoz María Solana, el Ayuntamiento de Pamplona, con la participación del alcalde Joseba Asiron, así como Geroa Bai, EH Bildu, Podemos, Izquierda-Ezkerra y los sindicatos CCOO, ELA y LAB.
"No podemos permitir que jueguen con la vida de nuestros hijos con las cartas marcadas", ha dicho Edurne Goicoechea, madre de uno de los encausados, ha declarado que "este año y medio ha sido un calvario y sólo nos hemos sentidos arropados por la fuerza y el cariño de la gente que hoy se está demostrando de manera palmaria". Esa sensación de "injusticia que estamos padeciendo", ha señalado, "la percibe la ciudadanía".