Existían dudas de que el primer juicio de presunto robo de bebés en Europa se celebrara finalmente en la Audiencia Provincial de Madrid por la alta edad del único acusado, Eduardo Vela Vela (86 años), pero finalmente ha tenido lugar.
El ginecólogo, que era el director médico de la Clínica San Ramón de Madrid, ya cerrada y que estuvo situada en el Paseo de La Habana, habría entregado a Inés Madrigal Pérez a sus padres adoptivos "como un regalo" en junio de 1969, según sostiene la Fiscalía y la denunciante.
Por estos motivos, el doctor está acusado de los delitos de detención ilegal, suposición de parto y falsedad documental por los que se solicitan para él hasta 13 años de prisión. Esta mañana, sin embargo, Vela ha negado los hechos. Debido a su sordera, ha tenido complicaciones para escuchar las preguntas de la Fiscalía, la acusación y su defensa, pero ha dicho, claramente aunque en un tono muy bajo:"Yo no le he dado una niña a nadie".
El médico jubilado ha declarado que eran las matronas y las asesoras del centro quienes se encargaban de registrar a las madres que llegaban a dar a luz a los bebés. No ha podido recordar si en el centro había protocolos para recibir a las parturientas o para enterrar a los bebés que fallecían en el parto. Tampoco si las madres llegaban a la clínica para dar a luz acompañadas por monjas.
Precisamente tras ser preguntado sobre si en la Clínica San Ramón se practicaban adopciones, ha dicho que pudieron hacerlas las asistentas o alguna monja. "¿Pudo ser alguna monja?" ha preguntado la fiscal y, tras un largo silencio del acusado, ha contestado: "No lo recuerdo".
Desvincula a su esposa
Cuando le han mostrado su firma en el parte de nacimiento de Inés Madrigal Pérez de junio de 1969, el médico también ha declarado: "No lo recuerdo". Y, cuestionado sobre si le suena el nombre de la denunciante, agachando la cabeza e intentando acercarla hacia uno de los dos micrófonos que los funcionarios de la Audiencia le han acercado para que pudiera escucharse su voz, ha lanzado en voz muy baja: "Yo no le he dado una niña a nadie".
Vela ha apartado a su mujer Adela Bermejo, que le ayudaba a veces en la clínica, de cualquier responsabilidad en el caso juzgado. Ha dicho que el día del registro del parto de Inés Madrigal ella estaba en su casa.
"Una almohada para fingir embarazo"
Inés Madrigal Pérez descubrió que no era hija biológica de Inés Pérez en 1987, cuando alcanzó la mayoría de edad y su madre adoptiva se lo contó. Con el paso de los años, Inés Pérez, cuyo testimonio fue crucial cuando comenzó a instruirse el caso, contó a su hija que el doctor Vela le entregó en la Clínica San Ramón en 1969 como un regalo, que no hubo ningún pago a cambio.
Según el relato de la señora ya fallecida, el doctor llamó a la lechería del pueblo madrileño de Los Molinos, donde esta residía, y le dijo que acudiera a la clínica porque tenía "un regalo para ella". También le habría indicado, según contó ésta, que se colocara una almohada para fingir embarazo y también que dijera a su entorno que tenía náuseas. Se trasladó con su marido dicho centro, le entregaron a la niña y ésta ya fue inscrita en el registro del distrito madrileño de Chamartín con su nombre adoptivo, según el relato recogido en el auto de procesamiento.
La madre de Inés Madrigal ayudaba a las monjas del convento del municipio de Los Molinos, en el cuidado de los niños de madres solteras que allí se acogían. De hecho, ella misma crió en su casa durante dos años a un niño, 'Paquito', que después devolvió a sus padres adoptivos años antes de que le fuera entregada Inés.
Dichas monjas y la madre de Inés tenían buena relación con el jesuita Félix Sánchez Blanco, que a su vez era amigo del doctor Eduardo Vela porque fue su profesor de Matemáticas, como él mismo ha declarado durante el juicio.
Éste, según sostiene la denunciante, pudo ser el enlace entre su madre biológica y la adoptiva y siempre estuvo muy pendiente de ella. "Cuando yo me fui a vivir a Murcia con mis padres, él fue destinado allí. Hubo un tiempo que pensé que podía tener alguna relación biológica con él", ha declarado Inés Madrigal durante el juicio.
¿Delitos prescritos?
A pesar de haber tenido conocimiento de que habría sido adoptada desde 1987, Inés Madrigal no acudió al registro a comprobar sus datos de filiación hasta el año 2010, cuando leyó un reportaje en el diario El País sobre niños robados en el hospital San Ramón.
Ella sospechó porque en su casa había un cuadro donde aparecía el nombre de dicha clínica. Fue a comprobar si sus datos habían sido falsificados y no fue hasta el 13 de septiembre de 2011 cuando una prueba de ADN le confirmó con un 0,0000% de coincidencia que no era hija biológica de Inés Pérez.
De ahí que su abogado, Guillermo Peña, haya expuesto en las cuestiones previas del juicio que el delito de detención ilegal es "permanente" y por tanto no ha prescrito, al igual que los delitos instrumentales a este principal.
En cambio, el abogado de la defensa sostiene que, puesto que los hechos que se están juzgando ocurrieron en 1969, el caso debería haber prescrito y que, "retorciendo mucho el caso", y situando la fecha de partida en 1987, cuando Madrigal se enteró de que era adoptada, también habría prescito. La presidenta del Tribunal que juzga el caso, María Luisa Aparicio Carril, ha decidido sin embargo celebrar el juicio y dilucidar, después de que se estudien los indicios de culpabilidad o no, si los delitos han prescrito o no al dictar sentencia.