El comisario de policía Enrique García Castaño y el inspector de policía Antonio Bonilla, próximos al comisario jubilado José Manuel Villarejo, han quedado en libertad después de declarar ante el juez Diego de Egea de la Audiencia Nacional que instruyó la denominada Operación Tándem.
Ambos continuarán investigados por presuntos delitos de cohecho y revelación de secretos, y han eludido la prisión preventiva aunque tendrán medidas cautelares de declaraciones quincenales en un juzgado, retirada del pasaporte y la prohibición de salir del país.
El juez ha rechazado así la petición de la Fiscalía Anticorrupción, que ha solicitado que García Castaño ingresara en prisión incondicional. Tanto él como Bonilla fueron detenidos este miércoles por la Policía Nacional a instancias de Anticorrupción por dar información sobre personas investigadas presuntamente al comisario Villarejo a cambio de dinero.
Además de Bonilla, este viernes también han declarado en la Audiencia Nacional la pareja e hija de Enrique García-Castaño, que han quedado en libertad y sin medidas cautelares.
Durante los registros policiales, los investigadores encontraron dos BMW utilizados por los investigados en los domicilios de los investigados a nombre de sociedades de Villarejo.