"Ellas [Dolores Delgado y una magistrada de la Audiencia Nacional] iban de protagonistas, de divas, muy sobradas con eso de que eran de la Audiencia Nacional... No quisimos ir con ellas a cenar. ¡Es que se llevaron hasta a los escoltas a Cartagena de Indias! No nos apetecía ir por allí rodeados de policías. Se enfadaron porque les dimos esquinazo".
Quien así habla es uno de los juristas que participaron en un seminario celebrado en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias y al que también asistieron la entonces fiscal de la Audiencia Nacional Dolores Delgado, actualmente ministra de Justicia, y una magistrada de ese tribunal. Eran las "dos chicas" de un grupo "de gente del Supremo, de no sé qué y de tal… de la Fiscalía General, catedráticos, pitos y flautas”, según el desenfadado relato que Delgado hizo en la comida de celebración de la concesión de una medalla policial al comisario José Manuel Villarejo, hoy en prisión acusado de graves delitos de organización criminal, cohecho y blanqueo de capitales.
A la comida con vino y mariscos, pagada por Villarejo y grabada subrepticiamente por él, asistieron el entonces juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, luego condenado por el Tribunal Supremo y expulsado de la carrera judicial por las escuchas ilegales a imputados del caso Gürtel y a sus abogados; el director adjunto operativo de la Policía, Miguel Ángel Fernández Chico, ya fallecido; y los mandos policiales Gabriel Fuentes y Enrique García Castaño, este último también investigado judicialmente por sus actividades irregulares con Villarejo.
Lo que se habló en el encuentro, celebrado en octubre de 2009, está siendo difundido parcialmente en los últimos días por moncloa.com. En la grabación se escucha a Dolores Delgado decir que ella y la magistrada de la Audiencia Nacional trataron de quedar con el resto de participantes en el seminario que se celebraba en Cartagena de Indias. “Y estos tíos, ‘missing’ en combate. Y vamos nosotras dos, solicas, y me decía ésta 'vámonos a comprar esmeraldas y bueno, si tu quieres, vamos y tal y cual'. Intentamos quedar con ellos y nos decían que no. Nos vamos a cenar, ella y yo solas, palabra de honor, y nos vamos a tomar mojitos allí a un sitio que nos dicen que vayamos. Y nos vamos allí las dos. Estamos sentadicas las dos solas y cuál es nuestra sorpresa cuando vemos al grupo de tíos del Supremo, de la Fiscalía General ¡con menores de edad!".
"Se levantaron a toda pastilla cuando nos vieron, empezaron con el agobio de que nos habían visto”, añadió. “Y las explicaciones: ¡camareras del hotel que nos han dado pena y han venido y no se qué!”.
"Delgado se equivoca. Es falso"
"Hay que tener poca vergüenza para decir tantas mentiras", afirma, indignado, uno de los juristas a los que se refiere Delgado. "La ministra se equivoca gravemente. Nunca en mi vida he estado con menores de edad", asegura.
EL ESPAÑOL ha identificado y contactado a varios de los juristas españoles intervinientes en el seminario, que, en contra de lo informado por moncloa.com, no era una actividad del Aula Iberoamericana, programa que gestiona la Escuela Judicial, dependiente del Consejo General del Poder Judicial. El órgano de gobierno de los jueces no tuvo papel alguno en la organización de este curso, en el que participaron fiscales, catedráticos y magistrados. Sus nombres no serán revelados aquí por respeto al derecho fundamental al honor. Todos ellos rechazan "rotundamente" la versión dada por Delgado de que estuvieron con menores de edad.
"Esa noche nos fuimos a cenar a una terraza en el malecón y no quisimos que vinieran ni Dolores Delgado ni la magistrada de la Audiencia Nacional", indica uno de los aludidos.
"Creo recordar que fuimos al Café del Mar", precisa otro. "Es un lugar muy conocido y muy concurrido, donde te puede ver todo el mundo".
"Ellas iban en plan divas de la Audiencia Nacional", explican cuando se les pregunta por qué prefirieron cenar sin Delgado y la magistrada. "La cosa ya había empezado mal nada más llegar a Colombia. Hubo un desagradable incidente porque vinieron con policías de escolta de la Audiencia Nacional y los policías colombianos se negaron a que pasaran armados. Les dijeron que podían conservar las armas, pero sin balas. Hubo que llamar a la Embajada española para que se solucionara aquello", recuerda.
Los juristas -dos de los cuales han ostentado cargos de responsabilidad política con el PSOE, uno de ellos en el Ministerio del Interior y otro en una destacada comunidad autónoma- recuerdan que estaban tranquilamente en la terraza cuando "aparecieron la camarera del restaurante en el que habíamos comido y una amiga". "Desde luego no eran menores de edad", "tendrían unos 20 o 25 años", afirman.
Uno de los asistentes -que no pertenece ni a la carrera judicial ni a la fiscal- fue el que las invitó "a tomar una copa". Se la tomaron y se fueron, aseguran.
"Aparecieron Dolores Delgado y magistrada y se las veía cabreadas, porque les habíamos dado esquinazo. Eso pudo generar algún momento incómodo, pero nada más", afirman.
"Yo no me acuerdo de ese incidente porque he estado varias veces en Cartagena de Indias y ni siquiera recuerdo bien ese seminario", reconoce otro de los juristas, "pero en mi vida he estado con menores. Eso lo sé seguro". A su juicio, la afirmación de Delgado es una "grave difamación". "No hay derecho a que se manche nuestra honorabilidad de esta forma", lamenta.
"Y si le parecieron menores, ¿por qué no lo denunció?", añade.