El comisario jubilado y detective investigado por la Justicia, José Manuel Villarejo, habría pinchado hasta 3.925 teléfonos y espiado 15.000 llamadas para averiguar los movimientos de Sacyr en su intento de asalto al BBVA entre finales de 2004 y principios de 2005.
Según publica Moncloa.com, en esa guerra sucia de Villarejo para el BBVA contra Sacyr para mantener en el cargo de presidente de la entidad a Francisco González, habría rastreado de manera ilegal llamadas de multitud de personas, entre ellas directivos de primer orden y miembros del Gobierno de Zapatero.
Entre las personas espiadas sin saberlo se encontraron directivos del grupo PRISA, el abogado Matías Cortés, el presidente de Intereconomía, Julio Ariza, o miembros de la dirección del diario económico Hispanidad.
Según publicaba también este miércoles Moncloa.com, el comisario hizo un seguimiento exhaustivo al asesor económico de Zapatero y exministro de Industria, Miguel Sebastián. Precisamente Francisco González siempre le consideró el gran valedor de Sacyr Vallehermoso de cara al Gobierno en la operación relámpago que Luis del Rivero y otros directivos como Juan Abelló pusieron en marcha para hacerse con el control del BBVA y desbancar a Francisco González.
Además, se habría espiado a al exvicepresidente del Gobierno y en aquel momento director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato; al propio Luis del Rivero; al marido de la hoy exsecretaria del PP, Ignacio López del Hierro, y a Carlos Arenillas, vicepresidente en esas fechas de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Registro de llamadas
Durante esos trabajos, Villarejo no sólo consiguió detalles sobre la operación que quería boicotear sino también "aspectos personales censurables", tal y como los califica en los informes que elaboró, y cuestiones políticas peliagudas.
En esos informes se incluye no sólo las conversaciones y las personas con las que hablaban por teléfono los espiados sino también la hora de las llamadas y el número de veces que contactaban.
Moncloa.com explica que algunos de los espiados se dieron cuenta de que sus teléfonos podrían estar pinchados y comenzaron a comunicarse a través de empresas de mensajería, dejando de lado los sistemas electrónicos.
El titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, ha abierto una pieza separada secreta en la que investiga dichos trabajos fuera de la legalidad de Villarejo para el BBVA.
Entre la documentación de dicha operación en manos del digital se encuentra el listado de llamadas que el excomisario revisó, así como la información sobre el "grupo hostil" con el que la empresa Sacyr habría intentado "hacerse con una significativa participación accionarial en el BBVA" que tendría como objetivo "cambiar su rectorado, especialmente la figura de FG", en referencia a Francisco González.
Grupos estancos
El excomisario fue el encargado de crear los grupos de espionaje de forma independiente para que pocas personas conocieran los datos que se obtenían de esos pinchazos. En total fueron "ocho equipos de personal especializado" para "vigilancia y control directo (mas contra-vigilancia en su caso)" o "equipo de infiltración", según consta en uno de los documentos del comisario.
Villarejo llegó incluso a introducir a un infiltrado en una de las empresas implicadas del Grupo Hóstil, que él llamaba, consiguiendo información interna de todos los movimientos que hacían sus responsables.