El juicio a Companys suscitó una enorme expectación, hasta el punto de que ya en la madrugada del primer día se había formado una cola de público que rodeaba el Palacio de Justicia. "El primer lugar lo ocupa el sr. Pi y Suñer, que envió a una persona para que guardara sitio", cuenta la Prensa en referencia al entonces alcalde de Barcelona. Actúan como defensores los mejores abogados: Jiménez de Asúa, Ossorio y Gallardo, Barcia, Ruiz Funes. Los acusados, recluidos en la cárcel Modelo de Madrid, llegan a Las Salesas "en un autocar nuevo de la Dirección General de Seguridad y no vienen esposados". Algunos periódicos reflejan la declaración "nada destacable, borrosa, gris, falta de toda personalidad, del sr. Companys" y valoran que fue favorable a los acusados que interviniera en primer lugar Joan Lluhí, que declaró: "La Generalidad era partidaria de una República democrática y liberal, lo que ha sido desvirtuado con la inclusión de la CEDA en el Goberno. Peligraba la autonomía de Cataluña, como se ha demostrado con los numerosos incidentes surgidos con motivo de la interpretación del Estatuto". El diario La Nación escribe: "Claro que la desmembración de Cataluña no fue decretada, porque romper la tierra, aparte de Dios, sólo lo hizo Hércules. Y de éste a Companys y compañía todavía hay distancia". Condenado a 30 años de reclusión, pronto fue amnistiado.