El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha defendido en su declaración como testigo en el juicio por la salida a bolsa de Bankia que se sigue en la Audiencia Nacional el papel del Banco de España en el período en que el banco tuvo que ser rescatado públicamente.
Goirigolzarri, que se encargó de reformular las cuentas del banco y sacar a la luz los 3.000 millones de pérdidas en el año 2011, ha afirmado que el papel del Banco de España fue de "total ayuda" desde que él llegó a la presidencia del banco a principios de mayo de 2012 a propuesta de Rodrigo Rato.
A diferencia de la versión aportada por Rato y por los principales acusados de la presunta salida a bolsa fraudulenta de Bankia, el testigo Goirigolzarri ha mantenido que el Banco de España ayudó "más con una cuestión de criterio que de recomendación" para la refinanciación del banco. También ha negado haber sufrido ningún tipo de "injerencia política" para la gestión de la entidad. El presidente de Bankia asegura que fue Rato quien le propuso como sustituto y que no tuvo contacto con el ministro de Economía, Luis de Guindos, hasta que ya estuvo en el cargo.
"Refinanciar no es malo"
El presidente de Bankia ha explicado cuáles fueron sus funciones nada más llegar a Bankia: auditar las cuentas de 2011 presentadas a la CNMV sin ser auditadas y crear un plan de capitalización y saneamiento de la entidad.
Finalmente, Goirigolzarri y su equipo vieron necesarios 18.0000 millones de euros para refinanciar el banco. El presidente de Bankia ha defendido que una "refinanciación no es mala, no es una mala praxis", así como ha argumentado que ésta fue necesaria por la situación económica del momento, "con un PIB del 3% y una tasa de paro del 20%". Goirigolzarri ha admitido que de los 19.000 millones de pérdidas que tenía Bankia en 2011, 14.500 procedían de su cartera inmobiliaria.
Exigencias de Europa
El presidente de Bankia también ha sostenido durante su declaración como testigo que "el despido de 4.500 personas, el cierre de 1.000 oficinas y el perjuicio para los preferentistas" fueron exigencias impuestas por Europa para sanear el banco. Ha afirmado que no las conocía cuando abordó la reestructuración del banco.