José Manuel Villarejo, principal investigado en el caso Tándem, ha defendido este jueves en la Audiencia Nacional, donde ha declarado como investigado sobre la nueva pieza abierta sobre el presunto robo del contenido del teléfono móvil a Dina Bousselham, jefa de gabinete de Pablo Iglesias, que no ha participado en ningún robo. Según Villarejo, "es una cuestión de una investigación policial que él solo ha vehiculizado en el entorno policial".
Es decir, el comisario ahora investigado en la causa en la que Pablo Iglesias y su jefa de gabinete están personados como investigados, reconoce que la Policía investigó a Pablo Iglesias. Su abogado, Antonio García-Cabrera, ha afirmado ante los medios que Villarejo "no hizo ningún uso indebido de ninguna información sobre Pablo Iglesias ni reveló "información personal sobre el líder de Podemos", sino que "vehiculizó" dicha información en el entorno policial.
El juez del caso, Manuel García-Castellón, investiga por qué la información contenida en dicho móvil acabó finalmente publicada en medios como okdiario.com y si fue distribuida por altos mandos policiales en el marco de una campaña de desprestigio contra Iglesias orquestada por el Ministerio de Interior.
Precisamente la brigada policial que habría estado detrás de dichos trabajos bajo el mando del Director Adjunto Operativo (DAO) de la Policía, Eugenio Pino, también habría pagado con fondos reservados el seguimiento al extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, para recuperar documentos en su poder que incriminarían a altos mandos de dicho partido. Éstos nunca llegaron a ponerse en manos de la Justicia, que ya investigaba al partido por la presunta financiación irregular del partido. Los responsables de dicha brigada están imputados en la Audiencia Nacional.
Ahora, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 investiga a Villarejo por el robo de los datos del móvil de la asistenta de Iglesias porque el contenido de su teléfono apareció en los registros practicados por la Unidad de Asuntos Internos de la Policía en un pen drive requisado en los registros al exagente encubierto.