"¿No vio a sus compañeros golpear a la gente, que estaba con las manos levantadas?", "¿vio situaciones que pudieran causar un número de heridos de hasta 33 ciudadanos?", "¿sabe que hay 17 agentes imputados por esa intervención?" "¿no vio a su superior usar la defensa reglamentaria en la cara de una ciudadana?", "¿qué es lo que tuvo, una lesión en el quinto dedo? ¿vio a quién le golpeó? ¿no pudo hacérselo cuando desalojaba a los ciudadanos?".
Durante las últimas jornadas del juicio al 'procés', en las que están testificando decenas de miembros de la Policía Nacional que actuaron en Cataluña el 1-O, las preguntas de las defensas son sistemáticamente de ese tenor y albergan un doble objetivo: minusvalorar las lesiones que los agentes relatan (cuando no cuestionar que existieran) y, sobre todo, atribuirles la utilización de un ejercicio desmedido de la violencia, que habría sido lo que alteró a votantes pacíficamente concentrados.
Los representantes de la Fiscalía nunca han interrumpido un interrogatorio de la defensa. Hasta este martes. Consuelo Madrigal, ex fiscal general del Estado y la única mujer en el equipo de cuatro fiscales de Sala que tienen a su cargo la acusación pública, ha saltado y se ha quejado al tribunal de la criminalización de la Policía Nacional. Su protesta ha determinado que las defensas hayan tenido que reformular su cuestionario a los agentes: no podrán dar por hecho situaciones que no están probadas.
Preguntaba la abogada de Jordi Cuixart, Marina Roig, a un agente que actuó en el instituto Torreforta, de Tarragona. La letrada quería saber si entraron en el centro de votación todos los miembros de la unidad de Policía Judicial que debía incautar el material del referéndum ilegal. "Sólo pudimos entrar 10. Cuando iba a entrar el 11, que era un compañero que grababa con una cámara, se levantó la gente y fue imposible que entrara, empezaron los gritos...él ya no pudo acceder", responde el policía.
- "¿No es más cierto que no pudo entrar porque intentó hacerlo pasando por encima de la gente, pisándola?"
La fiscal protestó dirigiéndose al presidente del tribunal, Manuel Marchena. "Hay preguntas que parece que estamos en un juicio contra la actuación policial en cumplimiento de órdenes judiciales", dice Madrigal, a la que no se oye la primera parte de su queja, seguramente porque se lanzó a hablar sin activar el micrófono.
Marchena le dio la razón. Siempre didáctico y con muchos 'por favor', el presidente de la Sala manifestó a la letrada que "vamos a intentar, por favor, que las preguntas no partan de la base de lo que el letrado considera ya acreditado y a partir de ahí intentar contrastar la versión de los hechos que tiene el letrado con lo que ha visto el testigo".
"De lo que se trata -lo he dicho antes- es de preguntarle al agente qué fue lo que vio", explica. "Cuando usted dice '¿y vio a alguien que saltó en una barrera?' nosotros no sabemos si eso es cierto o no. Lo vamos a saber, pero no lo sabemos [ahora]. Si usted lo da por probado y a partir de ahí le hace una pregunta al agente está habiendo dos versiones con un matiz: la del agente está bajo juramento, la suya no. Esto plantea un problema serio. Por eso desde hace algunas sesiones estoy intentando, aunque veo que sin éxito, que por favor las preguntas no partan de la base de una versión que se da ya por absolutamente acreditada, que vamos a acreditar, no tengan duda de eso, no voy a entrar otra vez en el tema de los vídeos. Preguntemos, por favor, no tomando como referencia algo que usted da por probado, ¿de acuerdo?".