El empresario investigado en la trama Púnica, David Marjaliza, ha detallado este jueves ante el juez Manuel García-Castellón de la Audiencia Nacional cómo buscaron ocultar él y el exconsejero madrileño, Francisco Granados, sus cuentas en Suiza en las que atesorarían fondos presuntamente procedentes de actividades delictivas.
Según el conocido como "conseguidor" de la Púnica, Granados y él mantuvieron dos reuniones con el comisario investigado José Manuel Villarejo en las que le trasladaron su temor porque la información sobre dichas cuentas llega a España y le pidieron ayuda para ocultarlas. Su abogado les habría puesto en contacto con otros letrados suizos a los que les pagaron más de 200.000 euros. Marjaliza habría pagado 135.000 "a través de mis empresas" y Granados en efectivo, en tres entregas de 30.000 euros.
Así lo ha manifestado el propio empresario a su salida de la Audiencia Nacional, donde ha completado su declaración de diciembre ante las defensas del caso durante más de dos horas y media.
El abogado de Francisco Granados defiende, sin embargo, que el exconsejero no estaba investigado cuando se abrieron las cuentas suizas a las que se refiere Marjaliza y que sus afirmaciones no tienen sustento.
Nueva documentación
Como viene acostumbrando, el "confeso" de Púnica ha aportado nueva documentación incriminatoria contra Granados a la causa y que las Fuerzas de Seguridad no se llevaron en los registros de su domicilio cuando fue detenido.
Entre ellas, ha aportado una factura de una instalación de un aparato de aire acondicionado en casa de los suegros del político, los padres de Nieves Alarcón, que él mismo pagó. También ha afirmado que él pagaba todos los "caprichos" de la mujer del exconsejero.
Como prueba de la estrecha relación que ambos tenían, Marjaliza ha aparecido a su declaración en el Juzgado Central de Instrucción número 6 con fotografías de viajes que realizaron juntos o sesiones de karaoke que compartieron en sus viviendas.