Francisco Nicolás Gómez Iglesias, el 'Pequeño Nicolás', no será juzgado esta semana por los delitos de usurpación de funciones públicas, falsedad documental y cohecho pasivo de los que está acusado y por los que se enfrenta a siete años de prisión.
Este lunes estaba previsto que comenzara en la Audiencia Provincial de Madrid el juicio contra el joven por su famoso viaje a Ribadeo (Lugo) en 2014 haciéndose pasar por un enlace entre la Presidencia del Gobierno y la Casa Real acompañado por dos policías, Jorge González Hormigos y Carlos Pérez-Dávila, que también se enfrentan a cinco años y medio de prisión por los delitos de usurpación de funciones y cohecho pasivo.
Sin embargo, su abogada Ana Blanco Vázquez de Prada renunció a su defensa hace unos días denunciando haber sufrido "presiones indirectas". Este lunes ella misma ha pedido al Tribunal que suspendiera el juicio por la situación de indefensión en la que quedaría el acusado tras renunciar ella.
Tanto la Fiscalía como la acusación ejercida por el partido político Podemos, no han puesto ninguna objeción y la Sala ha decidido aplazar el juicio. Por la actividad de la Audiencia de Madrid, con una agenda llena de juicios, se espera que no se pueda celebrar hasta febrero o marzo de 2020.
El 'circo' de Ribadeo
Los hechos por los que se debería haber juzgado este lunes a Gómez Iglesias y que le acercan a la prisión más que ninguna otra de las causas abiertas contra él, son los siguientes: el joven concertó en 2014 una reunión en el Puerto Deportivo de la localidad gallega de Ribadeo con Jorge Cosmen, presidente de ALSA, relevante empresa nacional de autobuses, asegurándole que asistiría una persona muy importante de la Casa Real. De ahí que tanto él como el alcalde del municipio creyeran que el propio Juan Carlos I, rey emérito, podría visitar el pueblo.
Haciéndose pasar por enlace entre la presidencia del Gobierno y de la Casa Real, Gómez Iglesias no sólo convenció al empresario de ser quien afirmaba ser, sino también al alcalde del pueblo que fue a recibirle en el restaurante. También puso a su disposición un vehículo de la Policía Municipal y dos motocicletas que escoltaron a los cuatro vehículos de alta gama que alquiló con sus respectivos conductores y para los que confeccionó, presuntamente, acreditaciones falsas del Ministerio de Interior en el ordenador de su propia casa.
Durante la comida, uno de los policías que le acompañó le pasó un móvil afirmando que recibía una importante llamada y el 'Pequeño Nicolás' fingió hablar con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Acabó la comida con tres mesas reservadas por el joven en el restaurante, volvió a Madrid con su comitiva y después el alcalde de Ribadeo, Fernando Suárez, confesó haberse sentido engañado. Los hechos pusieron a Francisco Nicolás Gómez Iglesias en el foco de la Policía, que le detuvo poco tiempo después.