La Fiscalía de Madrid solicita 96 años de prisión para Pedro Luis Gallego, más conocido como "el violador del ascensor", agresor reincidente con un amplio historial delictivo que ya fue condenado por dos delitos de asesinato y varios de violación.
El Ministerio Público le acusa de violar a dos mujeres e intentarlo con otras dos entre 2016 y 2017, por lo que solicita para él altas penas de prisión por los delitos de agresión sexual continuada, detención ilegal y robo con violencia.
Gallego sembró el terror entre los años 80 y 90, cuando se extendieron las noticias de sus violaciones en Valladolid y Zamora, entrando a portales de viviendas en los que conducía por la fuerza a mujeres al ascensor aprovechando su condición de mecánico de ascensores. Agredió hasta a 18 mujeres y asesinó a las jóvenes Leticia Lebrato, de 17 años, y Marta Obregón. Fue detenido en La Coruña en el año 1992 y condenado a 273 años de prisión. Si no se hubiera anulado la doctrina Parot, habría salido de prisión en 2022. Pero salió en 2013, y reincidió.
Secuestro y violación
En 2017 fue detenido por las cuatro agresiones que ahora le imputa la Fiscalía. Le acusan de violar hasta en cinco ocasiones a una joven en febrero de 2017 a la que habría asaltado por la calle, encañado con un arma y llevado a su casa de Segovia, en su coche y con los ojos tapados, para agredirla sexualmente maniatada. Habría provocado lesiones físicas a la mujer, además de importantes secuelas psicológicas. La joven perdió un año de estudios por estos hechos.
Intentó, presuntamente, lo mismo con otras dos jóvenes que lograron escapar. Una de ellas, de 17 años, gracias a la ayuda de unos viandantes presenciaron que intentaba meterla en el coche y la ayudaron.
Pero la cuarta agresión por la que Gallego se sentará en el banquillo en octubre, lamentablemente no se pudo evitar. Ocurrió el 14 de abril de 2017 también en el norte de Madrid, cuando el acusado habría colocado a una mujer una pistola en la cabeza y la habría introducido en su coche. La habría violado en una gasolinera de Las Rozas y después trasladado a su casa de Segovia. Allí, maniatada, la forzó sexualmente durante seis horas, según la acusación.Después la trasladó de nuevo a Madrid, donde la dejó tirada en la calle. La mujer sufrió graves daños físicos, perdió cuero cabelludo en la agresión, y secuelas de estrés postraumático.
El conocido como violador del ascensor habría cambiado su modus operandi en los últimos años, hasta que fue detenido en Madrid e ingresó en prisión. La gravedad de sus delitos y el daño provocado a las mujeres que se toparon en su camino reabre la polémica de la prisión permanente revisable.