Lesiones, secuestro, amenazas, tres violaciones agravadas por su carácter degradante o vejatorio y otra más en grado de tentativa son los presuntos delitos por los que el titular del Juzgado número 6 de Figueres (Girona) ha acordado la prisión preventiva incondicional de M.C.C., de 39 años, a quien se atribuye una agresión sexual a una vecina de esa localidad en la noche del pasado jueves.
Los hechos ocurrieron entre la medianoche y la 10.00 horas en una barraca situada en un huerto familiar en Hostalets de Llers, lugar al que el presunto agresor y la víctima se dirigieron después de haber estado juntos de fiesta esa noche con otras personas.
Según el relato provisional plasmado por el juez en el auto de prisión, que recoge los indicios hallados hasta el momento contra M.C.C., en un momento dado la mujer le dijo que quería irse a su casa, a lo que él le contestó que quería tener sexo con ella. La víctima le dijo, "de forma clara y entendible", que no y entonces el hombre "le pegó en la cara a la altura del pómulo derecho, obligándola seguidamente a que le practicará una felación, cogiéndola fuertemente de la cabeza".
Después M.C.C "intentó penetrar con su pene vaginalmente a la perjudicada, forcejeando con ella y cogiéndola fuertemente de los brazos, sin llegar a conseguirlo, ante la oposición activa" de ella.
Ante la oposición que presentaba la víctima a la penetración, M.C.C. "cogió su pene y empezó a frotarlo fuertemente por el exterior de la vagina de la perjudicada introduciéndole a la perjudicada un bote de pimienta por la vagina y obligándola a que se introdujera el citado bote por el ano, hasta que eyaculó, manifestándole en todo instante la perjudicada su negativa a tener relaciones sexuales con él, a lo que él hizo caso omiso".
"Finalizada la relación sexual inconsentida", añade la resolución judicial, M.C.C "exhibió una arma de fuego con el propósito y ánimo de atemorizar" a la mujer. Después la ató a una cama con una especie de cuerda por las manos y los pies y se marchó.
La mujer pudo desatarse al cabo de 15 minutos y salió de la barraca, pidiendo ayuda a unos vecinos que avisaron a los Mossos d’Esquadra.
M.C.C., que fue inmediatamente detenido, negó los hechos pero el juez considera que "no aportó una versión coherente y creíble, incurriendo en contradicciones".
Por el contrario, la víctima hizo, "seria y firmemente, un relato fáctico coherente y congruente con lo narrado en el atestado policial" y con las lesiones apreciadas por los médicos.
El juez considera que existen riesgos de que el investigado trate de eludir la acción de la Justicia ya que, "si bien es de nacionalidad española con residencia en la ciudad de Figueres junto con su mujer e hijos, no consta ningún dato relativo a su situación personal ni profesional, carece de ingresos habituales y de trabajo y modo de vida conocido (por cuanto no ha acreditado ni mínimamente ningún extremo), lo que conlleva que aumente exponencialmente el riesgo efectivo de fuga".
El magistrado, sin embargo, no estima acreditada la reiteración delictiva, "a pesar de la multitud de antecedentes policiales que tiene el investigado con sus correspondientes detenciones y antecedentes penales", porque ninguno de esos antecedentes es por presuntos delitos contra la libertad sexual.