Los vocales del Consejo General del Poder Judicial Enrique Lucas, Roser Bach y Victoria Cinto han planteado que el órgano de gobierno de los jueces -en prórroga desde el pasado diciembre, cuando debió ser renovado por el Parlamento- debe imponerse una "autocontención" en materia de nombramientos de altos cargos de la carrera "hasta que llegue nuestro relevo".
Así lo exponen en los votos discrepantes que han presentado a la decisión del Pleno del CGPJ de aprobar las bases de las convocatorias para elegir a dos magistrados de la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo y a los presidentes de las Audiencias Provinciales de Córdoba y Orense.
Los escritos, redactados por Lucas, se refieren a la "necesidad" de que el CGPJ "modere" el ejercicio de sus atribuciones en materia de nombramientos judiciales discrecionales "habida cuenta de la prolongación de la prórroga de funciones en la que nos encontramos".
Los consejeros no cuestionan la legitimidad del órgano de gobierno de los jueces para ejercer sus funciones aun habiendo superado la duración normal del mandato. Pero "una cosa es reafirmar nuestra legitimidad de origen y otra muy distinta cómo debamos ejercitar las atribuciones que nos corresponden en un contexto de forzosa interinidad en el que, con razón o sin ella, se nos contempla con cierta desconfianza desde distintos ámbitos", añade en referencia a las críticas de las asociaciones Francisco de Vitoria, Jueces y Juezas para la Democracia y Foro Judicial Independiente por los "numerosos y continuos" nombramientos que sigue realizando el CGPJ.
Los vocales sostienen que, pese a las últimas reformas legales introducidas para reforzar la objetividad de los nombramientos judiciales, "en la forma de seleccionar las ternas y de confeccionar las propuestas de nombramiento no existe una auténtica motivación".
A su juicio, lo que originalmente se planteaba como algo razonable ("la necesidad de cubrir vacantes y evitar problemas de funcionamiento de algunos órganos judiciales a través de nombramientos sustentados en un amplio consenso y con arreglo a unas bases más estrictas en cuanto a la motivación de las propuestas y de los acuerdos") "ha tornado en la convocatoria masiva de plazas, algunas todavía no vacantes, sin un examen previo de su urgencia que se resuelven recuperando viejas prácticas odiosas de reparto y compensación entre quienes forman la mayoría sacrificando cuando es preciso la idoneidad de los candidatos".
"Acabemos con la vertiginosa carrera para agotar todos los nombramientos posibles que se ha lanzado y, cuando no exista ninguna duda de la imperiosa necesidad de un nombramiento concreto que no pueda esperar a que lo realice el siguiente Consejo, seamos consecuentes con las bases que hemos aprobado y acordémoslo observándolas estrictamente", concluyen.