Jordi Sànchez, expresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), ha sido condenado a nueve años de prisión y otros nueve de inhabilitación absoluta como dirigente de la sedición. Para Sánchez, la representación del Gobierno pedía un año de prisión menos. Su pena, como la de Jordi Cuixart, presidente de Òmnium Cultural, es menor a la impuesta a sus compañeros de banquillo porque ellos no era autoridades.
El Tribunal Supremo ha hecho pública este lunes la sentencia del procés, que concreta también las condenas al resto de los principales responsables -no huidos- de los graves hechos ocurridos en esta comunidad autónoma en septiembre y octubre de 2017.
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En relación con la implicación de Sànchez, el fallo señala:
-"El acusado asumió de forma voluntaria y con la aquiescencia del procesado Forn, que le confirió el rango de interlocutor, la promoción y el liderazgo de la concentración que tuvo lugar el día 20 de septiembre de 2017, a las puertas de la sede de la Vicepresidencia y Consejería de Economía. La convocatoria fue realizada por la asociación que presidía -Asamblea Nacional Catalana, ANC- canalizando lo que se había iniciado como concentración espontánea sin unos específicos, exclusivos y concretos convocantes en los primeros momentos de la mañana.
-"Su actitud en el desarrollo de los acontecimientos, coherente con su estrategia sediciosa, no era otra que la de dificultar y bloquear la actuación judicial. Sin duda, apostaba por dificultarla, ponerle trabas, hostigar y, por supuesto, desprestigiar ante la ciudadanía, tanto el ejercicio de la función jurisdiccional por Magistrados del poder judicial español como la labor de los agentes de la Guardia Civil que, en funciones de Policía Judicial, trataban de ejecutar la orden de registro".
-"De su liderazgo habla el desenvolvimiento –y hasta el desparpajo- con el que se dirigió a algunos de los 374 mandos policiales que pretendieron asumir su función. El acusado Sr. Sánchez disponía sobre lo que procedía o no hacer. En el juicio histórico hemos dejado constancia de su liderazgo en la dirección de esa multitud de ciudadanos que se concentraron en las puertas de la sede de la Vicepresidencia del Gobierno".
-"(...) Sobre las 23.41 horas, el acusado D. Jordi Sánchez -en compañía del también acusado D. Jordi Cuixart- se subió a uno de los coches oficiales de la Guardia Civil que habían sido dañados por algunos de los manifestantes y se dirigió, una vez más, a los presentes. El Sr. Cuixart manifestó hablar en nombre de las entidades soberanistas, así como del PDeCat, ERC y la CUP-CC, proclamando que «…todos estaban alzados» para luchar por su libertad y 380 manifestó que desde ese «altar», en clara referencia al vehículo policial, D. Jordi Sánchez y él querían convocar a todos los asistentes a una movilización permanente en defensa de los detenidos".
-"(...) Los hechos acaecidos los días 20 y 21 de septiembre prepararon el camino para que el 1 de octubre las urnas estuviesen en los centros previstos, éstos estuviesen abiertos y protegidos -«custodiados»-, frente a lo que ya se sabía iba a ser la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado".