El Tribunal Supremo ha impuesto 12 años de cárcel a Raül Romeva, exconseller d'Exteriors de la Generalitat, para quien la Fiscalía pedía 16 años de prisión, por los delitos de rebelión y malversación. Le condena también a 12 años de inhabilitación absoluta por sedición en concurso medial con malversación de fondos agravado por su cuantía.
Se trata de la misma pena a la que han sido condenados los exconsejeros Jordi Turull y Dolors Bassa.
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En concreto, la sentencia recoge que el exconsejero será sometido a las penas de 12 años años de prisión y 12 años de inhabilitación absoluta, con la consiguiente privación definitiva de todos los honores, empleos y cargos públicos que tenga el penado, aunque sean electivos, e incapacidad para obtener los mismos o cualesquiera otros honores, cargos, o empleos públicos y la de ser elegido para cargo público durante el tiempo de la condena.
Esto es lo que la histórica sentencia recoge sobre Romeva:
-"La prueba practicada permite tener por acreditada su relevante posición institucional en el Govern, en su calidad de encargado de la difusión internacional del proceso puesto en marcha de forma concertada por los acusados".
-"El acusado Raül Romeva, asumió la estrategia exterior del Govern para legitimar internacionalmente el referéndum. Era conocedor de que estaba promoviendo la creación de una legalidad paralela y que, mediante la movilización ciudadana y el apoyo internacional, se podría neutralizar la capacidad de las autoridades gubernativas y judiciales para ejercer las funciones constitucionales que les son propias. Pese a todo, el día 28 de septiembre de 2017 llegó a afirmar públicamente que «si ganaba el referéndum se declararía la independencia en 48 horas desde que se hiciese oficial el recuento».
-"Buena parte del esfuerzo argumental de la defensa del Sr. Romera estuvo dirigido a presentar a éste como un hombre comprometido con los movimientos pacifistas, un verdadero «…militante de la cultura de la paz», partícipe siempre de la convicción de que la construcción de la paz es la mejor herramienta para el logro de una sociedad justa. Ese perfil del Sr. Romeva es un hecho notorio que la Sala conoce, elogia y
respeta. No alberga la más mínima duda acerca de su compromiso con la paz. Sin embargo, nada de eso se pone en cuestión en el relato histórico que sirve para fundamentar su condena. El juicio histórico no convierte injustamente al acusado en un hombre violento. Se limita a reprocharle su actuación concertada con el resto de los acusados, encaminada a la creación de un conjunto normativo aprobado por un órgano autonómico manifiestamente incompetente para ello. Y hacerlo alentando una movilización ciudadana que incluía la resistencia y oposición material y física, así como un apoyo internacional dirigido a privar unilateralmente, por la vía de hecho, de toda fuerza ejecutiva a las decisiones de las autoridades gubernativas y judiciales legitimadas democráticamente por nuestro sistema constitucional".