Fernando Valdés ha presentado este miércoles su renuncia al cargo de magistrado del Tribunal Constitucional después de que el juez de la Sala Penal del Tribunal Supremo Andrés Martínez Arrieta propusiera el pasado día 7 juzgarle por un presunto delito de maltrato en el ámbito familiar.
Al día siguiente de conocer la decisión del Supremo, Valdés mantuvo una reunión con el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, durante la que ya se barajó la posibilidad de la renuncia como mejor opción para salvaguardar la imagen y credibilidad del tribunal.
El otro camino habría sido la aplicación, por primera vez en la historia del TC, del artículo 24 de su ley orgánica, que prevé que por una mayoría de las tres cuartas partes de los miembros del tribunal se suspenda a un magistado en caso de procesamiento. La acomodación de las diligencias a los trámites del procedimiento abreviado es una resolución equivalente al procesamiento.
La vía de artículo 24 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, que hubiera permitido a Valdés conservar el cargo a la espera de una sentencia que confía absolutoria, hubiera sido más traumática para el tribunal, obligando a sus miembros a pronunciarse sobre la suspensión de un compañero.
El hecho de que Valdés se encuentre en prórroga de mandato desde noviembre de 2019 ha pesado también la decisión, con la que el magistrado pierde el fuero ante el Supremo y el caso pasará a un Juzgado de Violencia sobre la Mujer.
Su renuncia al cargo reduce el peso del actual grupo minoritario del tribunal, que queda limitado a Juan Antonio Xiol, María Luisa Balaguer y Cándido Conde-Pumpido.
Valdés, de 75 años de edad, fue detenido por la Guardia Civil el pasado 10 de agosto tras una discusión con su esposa, que salió a la terraza de la vivienda pidiendo socorro.
De acuerdo con la resolución dictada por el Supremo sobre los hechos indiciariamente acreditados, el magistrado, "al percibir que los gritos eran oídos por personas que se encontraban en un parque público al que daba la vivienda, introdujo a la mujer de forma violenta al interior, cerró la ventana y corrió las cortinas, continuando en el interior la discusión".
Desde el exterior "los viandantes percibieron movimientos bruscos y golpes, que determinaron una lesión, no diagnosticada, en el dorso de la mano derecha de la mujer".
Valdés ha negado siempre que el incidente sobrepasase los límites de una mera discusión conyugal y defiende firmemente su inocencia. Tras la detención el TC optó por arroparle y esperar el curso de los acontecimientos. Pero lo cierto es que al atestado de la Guardia Civil siguió la exposición razonada de la jueza de violencia de género que examinó inicialmente los hechos, luego la Fiscalía vio motivos para abrir una causa en el Supremo y ahora el alto tribunal considera que hay base para ir a juicio.
Fernando Valdés, actualmente de baja en el TC por motivos de salud, deja pendiente la sentencia sobre la ley de seguridad ciudadana, entre otros asuntos relevantes. Catedrático de Derecho Social, Valdés formuló un voto particular discrepante de la decisión del tribunal de avalar la reforma laboral de 2012. Una de las últimas sentencias de las que ha sido ponente denegó el amparo al exconsejero catalán Raül Romeva contra su encarcelamento preventivo en la causa del 'procés'.