El mayor de los Mossos d'Esquadra Josep Lluis Trapero, responsable de la Policía catalana cuando se celebró el referéndum ilegal del 1-O, ha sido absuelto por la Audiencia Nacional del delito de sedición por el que la Fiscalía pedía para él 10 años de prisión.
La Sala Penal de la Audiencia Nacional, cuya sentencia se conocerá previsiblemente mañana, ni siquiera ha aceptado la calificación alternativa, mucho más benévola, de desobediencia. Por este delito, que castiga a las autoridades o funcionarios "que se negaren abiertamente a dar el debido cumplimiento a resoluciones judiciales" (en ese caso la orden del Tribunal Superior de Cataluña de impedir la celebración de la consulta independentista), el fiscal solicitaba multa e inhabilitación para cargo público.
Trapero, que fue cesado como responsable de los Mossos por el Gobierno de Rajoy tras la aplicación del artículo 155, mantendrá, de esta forma, su condición de funcionario policial, aunque desde 2017 estaba apartado de puestos de primera linea de mando.
La absolución se ha producido por dos votos frente a uno. El magistrado decisivo ha sido Francisco Vieira, de talante conservador, que al unirse al progresista Ramón Sáez, ponente de la sentencia, ha determinado el desenlace favorable al mayor de los Mossos.
La presidenta del tribunal, Concepción Espejel, también conservadora, ha formulado un extenso voto discrepante en el que sostiene que Trapero incurrió en un delito de sedición. Considera que en el procedimiento se han reunido numerosas pruebas de una pasividad deliberada de los mossos ante la celebración de la consulta independentista prohibida por el Tribunal Constitucional.
Fue la tesis que sostuvo la Fiscalía de la Audiencia Nacional, según la cual sin la "absoluta pasividad" y "tibieza" que mantuvieron los Mossos d'Esquadra el Gobierno de Carles Puigdemont no hubiera podido llevar a cabo la votación ilegal del primero de octubre de 2017.