"No sé si me dejo [por responder] alguna cosa", ha concluido la fiscal general, Dolores Delgado, en referencia a las preguntas que le han formulado ese martes los parlamentarios durante la que ha sido su primera comparecencia en el Senado.
En lo que se refiere al PP, se lo ha dejado todo porque Delgado -que ha repetido hasta tres veces su "respeto" al Parlamento, "que representa al pueblo"- ha optado por ignorar al segundo grupo de la Cámara y no ha contestado a ni una sola de las preguntas de su portavoz, Fernando de Rosa.
"¿Qué le parece que su relación con Villarejo y Baltasar Garzón ponga en peligro la causa Tándem?", "¿es consciente de que Garzón ejerce la defensa letrada de varios investigados muy relevantes en la causa?", "¿le parece ético no abstenerse?", eran algunas de esas cosas que Delgado ha dejado sin contestar.
"Cada vez sus cloacas huelen más a podrido", ha espetado a Dolores Delgado el portavoz del PP en una dura intervención en la que le ha reprochado su "falta de imparcialidad, de ética y de estética" y la ha acusado de "haberse convertido en la comisaria del Ejecutivo en el mundo de la Justicia". "Deje de lado sus amistades peligrosas y, si no es así, váyase y no avergüence más a la carrera fiscal", le ha dicho.
Otras cosas ante las que Delgado ha guardado un silencio sepulcral han sido el "intercambio de información por beneficios penitenciarios" -como pretende Luis Bárcenas siguiendo la estela de otra condenada en el caso Gürtel, Isabel Jordán- o el retraso en la presentación de los recursos contra el tercer grado concedido por segunda vez a los presos del procés. "¿Por qué la Fiscalía ha esperado a que pasaran las elecciones catalanas? ¿Ha colaborado de esa manera en la campaña para beneficiar a Salvador Illa?".
La fiscal general ni siquiera ha contestado a las cuestiones más relacionadas con el funcionamiento de la institución, como el nombramiento de Javier Zaragoza como delegado antidroga en el Campo de Gibraltar, designación que ha sido impugnada por el fiscal jefe antidroga, José Ramón Noreña, por considerarla "ilegal" e "improcedente".
También ha guardado silencio a la pregunta sobre "cuándo va a consumar su idea de nombrar a la actual fiscal de Sala de violencia de género [Pilar Martín Nájera] responsable de la materia civil, para hacer hueco [en violencia de género] a la presidenta de la Unión Progresista de Fiscales [Teresa Peramato]?".
"Ataque machista"
Quien sí ha respondido al PP ha sido el portavoz socialista, José María Oleaga, que calificó que "ataque personal excesivo, repugnante y machista" la intervención de De Rosa.
"Usted era juez", le ha recordado, "y lo dejó para ir a un cargo con Francisco Camps. No sé si se enteró de la corrupción que hubo en ese Gobierno. Luego marchó al CGPJ, volvió a la Judicatura y fue nombrado presidente de la Audiencia de Valencia. ¿No estaba preparado para ese cargo, no era usted imparcial?", añadió el portavoz socialista para replicar las dudas del portavoz del PP sobre la idoneidad de Delgado para ser fiscal general del Estado.
De todas formas, las críticas a Delgado no han provenido sólo de las filas populares. Miguel Sánchez López, de Ciudadanos, ha afirmado que el nombramiento de Delgado "constituyó una anomalía desde el punto de vista de la pulcritud institucional y democrática" y "sienta un precedente indeseable" porque sus antecedentes como diputada y ministra "ponen en tela de juicio su idoneidad como fiscal general".
También incidió en que "nos preocupa su complicidad con Villarejo. ¿Le ofreció la libertad a cambio de atacar al PP y al Rey? ¿nos puede hablar de Rianxo y su 'éxito garantizado'?", preguntó, sin éxito, en referencia a una de las comidas que Delgado y Garzón tuvieron con el comisario hoy encarcelado.
Carles Mulet, de Compromís, también ha aconsejado a Delgado tener "cuidado con las comidas que se hacen con personas peligrosas, llámense villarejos o florentinos".