Juan Carlos I plantea una segunda regularización fiscal por los pagos de su primo Álvaro de Orleans
El rey Emérito ha acudido a amigos empresarios para que le presten más de 4 millones para legalizar los fondos recibidos de la Fundación Zagatka.
25 febrero, 2021 21:14Noticias relacionadas
Juan Carlos I ha planteado a la Agencia Tributaria llevar a cabo una nueva regularización fiscal tres meses después de haber presentado una primera "declaración fuera de plazo sin requerimiento previo" mediante la que abonó a la Hacienda Pública 678.393,72 euros por las donaciones recibidas del empresario mexicano-británico Allen Sanginés-Krause.
Esta segunda regularización tributaria afecta a los fondos procedentes de la Fundación Zagatka con los que se abonaron gastos del rey emérito, especialmente viajes en aviones privados, con posterioridad a la abdicación de la Corona en favor de Felipe VI, en junio de 2014. A partir de ese momento, don Juan Carlos perdió el privilegio de la inviolabilidad que tenía como jefe de Estado.
La Fundación Zagatka fue constituida en 2002 en Liechtenstein por Álvaro de Orleans-Borbón, primo de don Juan Carlos y residente en Mónaco, que sostiene que esa estructura es suya y no del rey emérito.
En una declaración prestada en octubre de 2018 ante el fiscal suizo Yves Bertossa, que mantiene abierta una investigación sobre el origen del patrimonio que don Juan Carlos ocultó en Suiza, Álvaro de Orleans-Borbón manifestó que ha pagado viajes privados de Don Juan Carlos como una "ayuda" porque "pertenezco a la rama familiar que, gracias a sus actividades en la industria italiana, tiene más medios a su disposición".
Viajes con Corinna
Álvaro de Orleans, piloto aficionado, declaró a Bertossa que "Juan Carlos I se me acercó preguntándome si podía encontrarle un avión privado para un viaje que quería hacer en un futuro próximo. Lo hizo porque sabía que yo tenía contactos en el negocio de la aviación. El asistente del Rey contactó con mi asistente para los siguientes viajes".
Luego se enteró de que Zagatka había abonado viajes de la entonces amante del rey Juan Carlos, Corinna Larsen, y consideró que "no me correspondía a mí financiar sus gastos". Álvaro de Orleans tiene una opinión "muy negativa" de la relación de su primo con Larsen y así lo dijo a Bertossa.
Orleans-Borbón reclamó a Corinna el coste de sus viajes. Para ello se puso en contacto con uno de sus abogados, Dante Canónica. "Le dije que me entristecía saber que [Corinna] había podido beneficiarse de estos viajes cuando consideré que la financiación de los mismos era una ayuda para mi familia", explicó al fiscal de Ginebra. En 2011 figura un ingreso de tres millones de euros en Zagatka que, según el titular de la fundación, corresponden al reintegro por Corinna Larsen de los viajes que le fueron pagados indebidamente.
Álvaro de Orleans no ha reclamado, por el contrario, el coste de los vuelos que le financió a Don Juan Carlos y que ahora éste sopesa regularizar.
Empresarios amigos
Los asesores del rey emérito han llegado a la conclusión de que los fondos recibidos de Zagatka deben ser regularizados al igual que lo han sido los procedentes de Sanginés-Krause, ya que podrían ser objeto de actuaciones de la Administración tributaria o de una investigación de la Fiscalía. De hecho, la Fiscalía General del Estado pidió a Bertossa toda la documentación de la que dispone sobre Juan Carlos I y no ha cerrado las diligencias que tramita desde el pasado junio sobre la fortuna suiza del rey emérito.
Las fuentes consultadas calculan una cifra en torno a los cuatro o cinco millones de euros el coste de esta segunda regularización. Los gastos de viaje abonados por Zagatka desde 2014 ascendieron a ocho millones.
Las mismas fuentes aseguraron que esta vez don Juan Carlos no recurrirá a la línea de liquidez bancaria que utilizó para la regularización realizada el pasado 9 de diciembre. En esta ocasión ha contactado con empresarios amigos con el fin de firmar con ellos préstamos que le permitan reunir el dinero.
La regularización se plantea ante la Agencia Tributaria estatal a través de un incremento de patrimonio en el IRPF y no, como en el caso de la anterior, en el impuesto sobre donaciones. Esta última vía hubiera supuesto una cifra aún mayor.